Advertencia: Este capítulo contiene una escena subida de tono. No es contenido sexual explícito como tal.
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Los siguientes meses después del encuentro con Tamayo se los pasaron entrenando y matando demonios. En aquel tiempo llevaban enviadas más de veinte muestras de sangre.
No habían encontrado ni rastro del demonio de Takayama.
Para aquel entonces ya había aprendido y dominado tres de las seis posturas de la respiración del hielo. Aunque lo único que le continuaba motivando a aprenderlas era el acuerdo al que había llegado con Sabito.
Una vez que uno de los dos obtuviese el puesto de pilar del agua abandonaría su práctica para siempre. Por el momento iba ganando Sabito, había ascendido al cuarto rango antes que él. Podría tomar la delantera si decapitaba a una luna inferior, pero las que conocía habían tenido lugar cuando tenía más de dieciséis años y él, recientemente, había cumplido los quince en febrero.
Su siguiente misión fue en la prefectura de Shiga. En un terreno montañoso y boscoso que rodeaba varias ciudades y pueblos. Llevaban ya un par de años desapareciendo personas en esa zona siendo cada vez más frecuente hasta llevar once en ese mes de abril incluyendo a dos cazadores de séptimo rango.
Allí tenía que haber un demonio.
Patrullaron la zona de noche con la ayuda de dos quinqués. Los árboles eran tan frondosos y grandes que apenas dejaban pasar la luz de la luna.
Al cabo de una hora de estar en aquel lugar una densa niebla comenzó a levantarse quitándoles la poca visibilidad que tenían.
Se escuchó un grito desgarrador de una mujer y agarró fuertemente a Sabito por el brazo por miedo a que se aventurase a lo loco a tratar de salvarla, pero Sabito solo desenvainó una de sus espadas.
— ¡Te juro que como la mates te haré tener una muerte horrible! — lo amenazó Sabito.
Se escuchó un coro de carcajadas que le pusieron los pelos de punta. ¿Cuántos demonios había allí? Era extraño que trabajasen en conjunto; ¿Se habrían metido en una zona especial que utilizaban como refugio?
Soltó el brazo de Sabito y pegó su espalda contra la de él. Siguieron escuchando los espeluznantes gritos de auxilio de la mujer.
— ¡Os mataré a todos, me da igual cuántos seáis!
La niebla se disipó y pudieron ver que estaban rodeados por cerca de quince demonios. Había uno sobre las ramas de un gran árbol que sujetaba a una mujer que se retorcía y oponía resistencia.
— Sabito, cálmate y utiliza la undécima forma cuando nos ataquen. Tenemos que minimizar los daños. — le pidió.
Seis demonios se abalanzaron contra ellos, no logró cortarle el cuello a ninguno, pero les rebanó un par de brazos y piernas que en seguida les volvieron a crecer. Sin embargo, había habido algo extraño en aquel golpe. Había sido demasiado sencilla de ejecutar y no había encontrado ninguna resistencia, como si en lugar de estar defendiéndose de un ataque estuviese practicando la técnica.
Sabito si había logrado rebanarle el cuello a uno que se desintegraba como tantas veces estaba cansado de ver.
— Giyuu, ¿Tú también lo has notado? Ha sido como...
— Golpear el aire. — Terminó él la frase.
Sabito lanzó la espalda que tenía en la mano, atravesó a tres demonios como si nada y acabó clavándose en un árbol.
Todos aquellos demonios eran una ilusión. Los tres demonios a los que había golpeado se rieron.
— Para eso llevas una espada a mayores cuando tu respiración solo necesita una, ¿Para lanzarla? — se burlaron los tres como si fueran uno solo.
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Vuelta a la casilla de inicio
FanfictionContiene spoilers de toda la obra de Kimetsu no Yaiba, por favor no lo leas si no quieres spoilearte. Es un simple fanfiction donde se explora la idea de que pasaría si Giyuu Tomioka volviese a tener 13 años y Sabito todavía siguiese vivo. ¿Podría s...