O2.

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Charles y Max llegaron a la cafetería y Lando, Pierre y Carlos ya los esperaban en una de sus mesas habituales.

Charles después de haber pensado mucho, decidió que sí le pediría a Carlos que fingiera ser su alfa durante ese fin de semana de la reunión de egresados. Max tenía razón, nada malo podía pasar y, además, el pelinegro era muy amable y simpático; preferiría fingir con él que con otro alfa de su universidad que apenas conoce.

Ya había tomado la decisión, pero ahora le faltaba la parte más difícil: saber cómo pedírselo a Carlos.

—Char, tienes una cara de culo que se nota desde que pusiste un pie en la entrada. —dijo Pierre cuando el castaño se sentó frente a él.

—Jódete.

—¿Qué sucedió? —preguntaron Lando y Carlos al mismo tiempo.

Charles inmediatamente llevó su atención hacia el alfa pelinegro. Había algo en él que le atraía, pero no sabía qué era; además de su intenso aroma que siempre hacia gimotear un poco a su omega interior, no sabía qué era eso que a veces lo hacía quedarse mirándolo de más.

—Crearon un grupo para invitarnos a la reunión de egresados de nuestro antiguo colegio. —explicó Max.

—¿Y eso es malo por...?—inquirió Carlos.

—Porque no toleramos a nuestros ex-compañeros, duh. —dijo Max resaltando lo obvio. —Además, Charles no quiere que Samantha presuma que es anudada y él...

Charles lo cortó dándole un golpe debajo de la mesa.

—¿Piensas ir, Char? —cuestionó Lando. Él sabía todo lo que aquella chica le había hecho en los tiempos en que estudiaron juntos y cómo muchos de sus compañeros eran terriblemente insoportables.

—Eso creo. —respondió en un murmullo y dejaron el tema ahí.

Todos continuaron comiendo y conversando durante un rato hasta que Carlos anunció que debía ir a una de sus clases y Charles se levantó corriendo para hablar con él.

—Hey, espera, espera. —pidió alejándolo un poco de la mesa.

Carlos frunció el ceño y lo miró.

—¿Sí, dime?

—¿Hasta qué hora tienes clase hoy?

El omega se estaba sintiendo terriblemente nervioso y, sentir el olor del alfa más cerca, no le estaba ayudando para nada a calmar eso.

Maldita Samantha y su idea de hacer una reunión de egresados.

—Esta es mi última clase y sólo dura una hora. —respondió Carlos extrañado. —¿Por qué?

—Es que... Necesito pedirte algo. —soltó sin mirarlo a los ojos. —¿Podemos hablar cuando tu clase termine?

El otro se quedó en silencio por un rato y mirándolo fijo, a pesar de que los ojos de Charles quisieran mirar a cualquier lado menos a él.

—Supongo. —accedió. —Te mando un mensaje cuando salga de clase.

—Seguro, genial. —Charles estaba tratando de sonar relajado, pero sabía que se estaba viendo patético. —Te veo al rato.

Carlos asintió y le regaló una sonrisa antes de alejarse.

Charles se quedó parado en su sitio y luego suspiró, volviendo a la mesa con los chicos.

—¿En qué te estás metiendo, Charles?—se preguntó en un susurro antes de acercarse a ellos.


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pretending (but not so much) › charlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora