Papás
Charles suspiró mientras cerraba el salón y se dirigía hacia su auto.
Hace un año y medio se había graduado de la universidad y para su suerte, el profesor de sus prácticas lo había recomendado en una escuela y meses después, lo llamaron a trabajar allí y ahí seguía, luego de un año y cada día amaba más su trabajo.
Se comió una última gomita antes de entrar al auto y conectar el teléfono a los altavoces para así poder hablar con su mamá mientras conducía.
—Hola bebé de mamá. —saludó su madre una vez respondió y Charles puso los ojos en blanco ante el apodo.—¿Cómo estás?
—Hola, mamá. Muy bien... —hizo una pausa mientras terminaba de salir del estacionamiento, antes de volver a hablar. —Mamá, te llamaba para pedirte la receta de la lasaña, llevo semanas con ese antojo.
—Oh, claro amor, déjame la busco en la libreta que compartíamos tu mamá y yo. —Charles asintió a pesar de que su madre no lo podía ver. —¿Al final no fuiste con Carlos a comer lasaña ayer?
—Ugh, ni me lo recuerdes. —dijo con asco. —No sé a él quién le dijo que en ese lugar cocinaban bien. Sólo una cucharada de eso y vomité casi todo lo que había comido en el día. Fue horrible. —escuchó como su mamá tarareaba en afirmación. —Oh, mamá, si ves ahí en la libreta la receta del pastel de limón que haces, también me la envías, por favor.
—Charles, a ti casi no te gusta el limón.
—Últimamente me ha entrado el antojo, mamá.
—¿Te hiciste alguna prueba de embarazo recientemente? —preguntó e inmediatamente Charles tosió con nervios.
—¡¿Qué?! —gritó. —¿Para qué? No invoques ese tipo de cosas, mamá, yo-
—Bebé, llevas días diciéndome sobre todos los antojos que te han dado.
—interrumpió la alfa. —Sería bueno que te hicieras una, ¿No lo crees?—Sería en vano. Carlos y yo nos cuidamos.
—Esas cosas a veces suelen fallar. —recordó y Charles no respondió nada, considerando lo que acaba de escuchar. —Cariño, ya encontré las recetas, te mandaré todo en un mensaje, ¿De acuerdo?
—Sí... De acuerdo. Gracias, mamá. Te amo.
—Te amo.
La llamada terminó y minutos después, dos fotos llegaron al celular de Charles. Una con la receta de la lasaña y otra con el pastel de limón. Inmediatamente empezó a conducir en dirección al supermercado para comprar lo necesario y en el camino no pudo evitar no pensar en lo que acababa de decirle su mamá. Si, era cierto que llevaba muchos días teniendo antojos de todo tipo y sentía que últimamente estaba comiendo más dulce del que solía comer normalmente y a todo eso se le sumaban las náuseas que sentía a veces con algún olor y el deseo sexual que de repente había aumentado en él.
Bien, definitivamente su mamá podría tener razón y necesitaba hacerse una prueba, pero lo haría luego de preparar su lasaña.
Una hora después, cuando ya había metido todo al horno, sintió como la puerta era abierta y el olor de su alfa llenaba el lugar. Carlos no tardó en llegar hasta la cocina y acercarse a él para darle un beso. Un largo, amoroso y extremadamente caliente beso.
—Hey, ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó el omega acariciando los cabellos del mullet de su alfa, los cuales estaban más largos.
—Extremadamente agotador pero interesante. —respondió Carlos, acariciando la cintura de su omega. El alfa ahora trabajaba en un laboratorio, estudiando e investigando bichitos, como solía llamarles Charles. —¿Y el tuyo?
—Bien. Muchos niños gritando, jugando y corriendo.
Se besaron un par de veces más mientras esperaron para que la cena estuviera lista y luego de comer mientras hablaban de cosas de su día y lo que sabían de sus amigos, vieron televisión hasta que Charles no aguantó más y terminó besando a su alfa llevando todo a algo más.
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Pasó una semana y Charles seguía con muchísimos antojos, así que saliendo de la escuela no aguantó más y fue a comprar dos pruebas de embarazo para salir de la duda de una vez.
Una vez en casa, leyó las instrucciones y se apresuró a hacer todo antes de que Carlos llegara y sus nervios aumentaran. Esperó el tiempo que decía en la caja de la prueba y trató de tranquilizarse para no tener un ataque ahí solo y encerrado en el baño. Cuando por fin el temporizador le avisó que el tiempo había pasado, suspiró y tomó ambas pruebas, con las manos sudorosas y temblando.
—Oh, por Dios. —susurró, sintiendo una lágrima bajar por una de sus mejillas.
Él y Carlos serían papás. Ambos. Estaban esperando un hijo o hija.
Sintió su marca picar mientras caminaba hasta la sala y ponía ambas pruebas en la mesa del centro. Seguramente por el lazo, ya le había transmitido al alfa de Carlos como se sentía y lo más probable era que muy pronto llegara a casa.
Luego de diez minutos pensando y pensando cosas, Carlos llegó y no tardó en acercarse a él y abrazarlo.
—Amor, ¿Que sucedió? Sentí por el lazo que... —El alfa paró de hablar cuando vió ambas pruebas en la mesa. Estiró una de sus manos para tomar una de ellas y miró a Charles y luego a la prueba varias veces, sin parpadear. —Tú... estamos... tú.... ¿Estás embarazado?, ¿Cuándo?, ¿Cómo? Yo... ¿Estás bien con eso?, ¿Me alegro o que quieres hacer? No... no sé que decir. ¿Son de verdad?, ¿No es una broma?
Charles sonrió con cariño al ver a su alfa preguntar tantas cosas tan rápido y con expresión confundida. Se acercó para darle un corto beso a Carlos antes de hablar.
—Alfa... Claro que puedes alegrarte, yo estoy feliz con esto. —dijo acariciando la mejilla del pelinegro. —Estoy embarazado, esperando un cachorro de mi alfa, el alfa que amo más que nada en este mundo. No sabes lo feliz que me hace eso.
—Por Dios, Charles. —Carlos lo atrajo para darle besos por todo el rostro. —Me haces tan feliz cada día. Soy la persona más feliz a tu lado. —dijo sobre sus labios antes de besarlo.—Debí suponerlo. Tus antojos, tu aroma hace días es más dulce y cuando he hablado con tu mamá ha insinuado cosas. —Charles rió mientras negaba. Su mamá no cambiaba ni cambiaría, al parecer. —Te amo, te amo mucho y me haces el más feliz de todos y me encargaré de hacerte feliz siempre.
—Ya lo haces, alfa. —respondió sonriendo y acariciando una de las mejillas de Carlos. —Te amo.
—Te amo, mi omega.
Ambos se besaron, se besaron hasta que se cansaron y tuvieron la necesidad de ir a buscar algo para comer.
Estaban demasiado felices y Charles no podía creer que el que empezó siendo su alfa falso por un fin de semana, fuera el mismo alfa del que ahora llevaba una marca en el cuello y del que estaba esperando un hijo.
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pretending (but not so much) › charlos
Fiksi PenggemarCharles de verdad lo último que quiere hacer es ir a ese reencuentro de egresados que estaban planeando sus compañeros del colegio. Tiene varias razones, pero la principal es obvia: no ha conocido a su destinado y no quiere, mejor dicho, se niega a...