Ingesta Excesiva

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Enid se miró detenidamente en el espejo del baño, la sombra bajo sus ojos eran aún más notorias que el día anterior, ella culpó a los días tan estresantes en la universidad, escondiendo el verdadero problema. Sin querer pensar más en ello y cómo estaba retrasada, su clase comenzaba en 1 hora, las disimuló con maquillaje.

Antes de salir del apartamento compartido con su novia, agarró una botella de agua, no tenía tiempo para desayunar ni pasar por su panadería favorita. Enid con rapidez bajó las escaleras y corrió hasta el metro, hoy tampoco podría conducir su auto, estaba en el taller mecánico.

Enid tuvo que apresurar sus pasos para llegar a tiempo y antes de entrar a su clase, le envió un mensaje a Wednesday. Sonriendo después de leer la respuesta, Enid escogió un asiento al final del salón.

Al terminar con sus clases, ella corrió hasta la entrada de la universidad, por esta vez quería ser la primera en llegar, pese a su esfuerzo, su novia ya la estaba esperando. Enid la saludó con un ligero beso.

—¿Qué tal tu mañana? — Enid preguntó mientras entrelaza su mano derecha con la izquierda de Wednesday.

—Sin contratiempos— Contestó brevemente.

Enid al principio de su relación encontraba estos momentos de silencio un tanto incómodos, luego comprendió que a Wednesday le agrada más escucharla que hablar de sí misma, por lo que Enid siempre conversaba de su día, esto continuó hasta que se fueron a vivir juntas. Ahí comprendió que Wednesday se expresaba de forma más física que verbal.

Cuando estaban por llegar al auto, Enid se tropezó, Wednesday agarró la cintura de su novia para evitar su caída.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, me siento un poco mareada— Enid desde que despertó se sintió mal y solo beber agua no le ayuda a mejorar su estado.

—¿Estás segura que solo es eso?— Wednesday hace semanas que quiere tener una conversación seria con su novia, sin embargo, por sus exámenes no quiso agregar más estrés a sus días. Ahora sería la ocasión perfecta para hablar de su baja de peso y sus constantes dolores de cabeza.

—Sí, verás que después de almorzar estaré completamente recuperada. — Enid se sentó en el asiento del copiloto y lanzó su bolso en el asiento trasero. Wednesday no se quedaría conforme con una respuesta tan sencilla, aprovechando que ambas tienen la tarde libre, conversarían en la comodidad de su apartamento.

—¿A qué lugar quieres ir a comer?— Wednesday arrancó el auto después de revisar el espejo lateral y la pantalla ubicada en el tablero, no tenía ningún obstáculo para salir del estacionamiento.

—Comida rápida, quiero ir a ese local para conseguir los peluches, solo me faltan 3— Wednesday sabía a qué lugar se refería, hace dos días fueron al mismo lugar. Lo bueno es que la comida es entregada directamente en el auto.

La fila para pedir la comida no era tan extensa como se imaginaron, Enid una vez más le preguntó a Wednesday si estaba segura que estaba de acuerdo con el lugar.

—No estaríamos acá si no quisiera, además preparan unas aceptables hamburguesas. — Wednesday antes de conocer a Enid nunca consumió ese tipo de alimentos. Ahora al menos una vez por semana piden comida a domicilio o vienen hasta este local, aunque esa frecuencia ha cambiado hace dos meses.

—Solo espero tener suerte y completar la colección— Enid también revisaba su celular, específicamente su galería de fotos.

—Por eso no te preocupes, sé muy bien cómo convencer a las personas — Wednesday pisó el acelerador, solo quedaban dos autos delante de ellas. Enid se rió ante aquellas palabras, a veces solo bastaba una mirada intimidante de su novia para conseguir lo que sea.

Wednesday le entregó las cajas de comida y peluches y manejó rumbo a su hogar. Enid sin esperar llegar hasta el departamento se comió el contenido de las dos cajas y ya estaba esperando comer la tercera.

—¿¡Enid!?— Wednesday dice sorprendida mientras no despega la vista de la carretera. Ella vio de reojo como una tercera caja fue lanzada hacia el asiento de atrás.

—Lo siento de verdad, tenía mucha hambre— Enid también terminaba de beber el tercer refresco. Wednesday se abstuvo de comentar acerca de una situación que se venía repitiendo hace tiempo.

Wednesday estacionó el auto frente al edificio. Enid se bajó del auto y agarró su bolso y las cajas de cartón, le pidió a su novia que llevara sus 3 peluches, ella no dijo nada, solo los tomó entre sus brazos y siguió a Enid hasta el departamento.

Enid botó de inmediato las cajas al pequeño bote de basura de la cocina. Su bolso lo dejó en el suelo y fue directamente al baño. Wednesday se sentó en el sofá y dejó los peluches en el espacio libre esperando a su novia, la conversación no podía retrasarse más.

Enid volvió después de varios minutos y deseó darse la media vuelta al ver el rostro serio de su novia. Tenía una corazonada del motivo por qué Wednesday estaba sentada con sus brazos entrecruzados. Se sentó a una distancia prudente, las cajas de los peluches las separaban.

—Enid, ¿hay algo que debas decirme?— Wednesday prefería ir al grano.

— ... — Enid permaneció en silencio, sabía que Wednesday sospecha de su reciente conducta.

Wednesday suspiró y le agarró ambas manos —Enid, así cómo tú me ayudaste antes, estoy para ti, para superar cualquier dificultad que estés enfrentando.

—Son solo asuntos relacionados con las clases— Enid mintió y se sintió terrible por eso, sabía que solo era una etapa y no quería preocupar a su novia.

—Debes cuidar tu salud, estás más delgada no comes apropiadamente— Wednesday pensó que esos episodios de ingesta excesiva de alimentos se debía a un hecho aislado, se equivocó.

—Ya verás que en pocos días seré la misma— Enid no deseaba pensar en eso, porque le costaba asumir que tenía un problema con la comida.

Wednesday solo la atrajo hacia ella y le dio un beso en la frente y la abrazó, Enid sintió algo de alivio, pero a la vez se sentía mal por no ser sincera con su novia.

Los días siguientes transucrrieron casi igual, Enid seguía teniendo problemas con la comida hasta que un día su cuerpo simplemente colpasó.

Wednesday llegó al anochecer, se extrañó al encontrar el departamento en silencio y a oscuras, cuando encendió las luces vio a Enid desmayada en el sofá, de inmediato corrió hacia ella y la intentó despertar, sin tener éxito, llamó al número de emergencias, debía esperar a la ambulancia.

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Enid despertó y cuando quiso mover su brazo izquierdo no pudo, tenía un catéter para tratar su deshidratación. Wednesday se levantó de la silla y agarró su otra mano.

—¿Qué pasó?— A Enid le costó hablar.

—Te encontré desmayada— Dijo simplemente, no deseaba agobiarla con preguntas.

—Yo...— Enid se sintió abrumada y solo tenía deseos de llorar.

—Tranquila podemos conversar más tarde— Wednesday se sintió aliviada, sin embargo la culpa no se desvaneció, porque sabía que sus problemas alimenticios no se podrían superar sin ayuda, ahora solo podía confiar en que la salud de Enid no se viera perjudicada.


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Día 21: TCA 

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