Abril

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Las hojas se mecieron en lo alto de los árboles mientras el cálido sol las traspasaba y las nubes caminaban en el cielo azul provocando sombras en el pavimento. Las botas de Sebastián golpearon una roca y esta rodo por la acera, dejo salir un gran bostezo y paso su mano por su cabello azabache, de reojo miró los rizos castaños del cabello de Alicia y sonrió antes de lanzarse a abrazarla.

- ¿Tus padres siguen aquí? – cuestiono Alicia.

- Aún – confirmo Sebastián caminando sin deshacer el abrazo – Se van esta semana o la próxima, me alegra que se hayan quedado por más tiempo que en las veces pasadas.

Alicia esbozo una sonrisa y sus oscuros ojos fueron iluminados como si dos pares de estrellas alumbrarán en ellos, pero solo se trataba del sol, aunque este era una estrella ¿No?

- Alicia – Sebastián deshizo el abrazo – ¿Vamos juntos a tomarnos un café?

La mujer aparto la mirada y se la regreso con una sonrisa de oreja a oreja.

- Está bien.

Se dirigieron al café más cercano y tomaron asiento frente a la ventana; Un mocca y un capuchino en el centro de la mesa, un dúo de amigos cruzando de poco a poco palabras. Tomando entre sus manos la taza del capuchino y bebiendo un poco, Sebastián recito unas palabras:

- No sé cómo conocí a alguien tan importante para mí, como lo eres tú, Alicia.

- Lo mismo opino – asintió Alicia dibujando una cálida sonrisa en su rostro, ella sabía que prometer no es algo que debería hacer ya que en un futuro las promesas se olvidan, pero por el prometía no hacerte daño nunca, además ¿Cómo le haría daño a un ser querido?

- ¡Solo que el siguiente año pongamos las materias en la mañana!

- ¿Lo ves? Por eso nos llevamos bien, ambos somos tardistas para colocar las materias.

- Lo sé – Sebastián bajo la mirada un momento antes de elevarla y mirar a su amiga a los ojos – Cuando por fin salga de la U, vamos a comprar una casita juntos y vamos a llenarla de plantitas o aún mejor; compraremos una van y en vacaciones daremos una vuelta por ¡Todo! Colombia y lo haremos juntos – y continuó hablando con más emoción – Tendremos un álbum de fotos solo de nosotros dos, tendrá cartas, regalos y fotos obviamente.

Alicia asintió rápidamente y adjunto ideas.

- Todas las tardes saldremos de la van y beberemos un café mientras tenemos una bonita vista del atardecer y las noches de lluvia no tendré que sentir miedo ya que estarás a mi lado y yo estaré a tu lado.

- ¿Café? ¡Alcohol! – bromeó.

Las tontas, infantiles e inmaduras ideas siguieron surgiendo de la boca de ambos mientras el café se acababa y las risas tomaban inicio recordando momentos pasados.

-

El sol se ocultó tras las montañas o fue ahogado por el mar, pero eran las mismas luces de siempre que se formaban en las nubes, aquellas que cuando el cielo esta oscuro se siguen reflejando en lo bajo de las nubes y se mezclan con las estrellas y la luz lunar. En un charco de agua logró ver la luna reflejarse y le presto suma atención hasta que su concentración fue interrumpida por un horrible dolor abdominal que le provoco que se comenzara a retorcer mientras al mismo tiempo su cabeza comenzaba a dar vueltas y sintiera nauseas recorrer su débil cuerpo tan débil por la gran pérdida de peso que estuvo teniendo en las últimas semanas.

Le restó importancia y tras tomar un par de bocanadas de aire mantuvo la calma y soltó un largo suspiro antes de comenzar a caminar sin saber con exactitud a donde se dirigía. Al menos sabía que había pasado una hermosa tarde.

Amapolas para AgostoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora