—Vale, ¿ahora que sucedió en tu sesión de estudios de hoy?— pregunto Rowan, divertida.Esa tarde, después de que Olivia llegara de la biblioteca, había estado murmurando para si misma y cada tanto decía en voz baja: Eres una idiota, Rodrigo.
Olivia negó con la cabeza sonriendo forzadamente, Rowan alzó una ceja dándole a entender que no le creía nada.
—Ya, bueno.— soltó el aire rendida, la chica de ojos cafés era muy insistente. —Algo sucedió hoy, una tontería mía, nada más.—
Row sabía, por el tono que utilizó Olivia, que debía ser de algo vergonzoso. Por esa razón no la obligaría a contárselo si ella no quería, Rowan respetaba su privacidad. ¡Basta! Eres la mejor amiga más perfecta del mundo, Rowan Blanchard. Se elogió a ella misma sonriendo con triunfo. Suerte que nadie sabía lo que cruzaba por su mente. Pero, Row estaba un poco preocupada por su amiga, ¿Que había sucedido tan vergonzoso de lo que Olivia se arrepintiera tanto?
Se le quedó viendo, Olivia estaba un segundo concentrada en su cuaderno y al siguiente pegaba la frente contra la mesa murmurando: Idiota, idiota. Rowan no comprendía su extraña actitud, pero estaba que durara unos días más así, era sumamente divertido verla alterada. Al día siguiente Row se levantó temprano, fue de puntillas hasta la puerta de su mamá, iba a tocar, pero entonces escuchó unos leves sollozos.
Las lágrimas ahogadas de su mamá le rompían el corazón, con el pasar de los meses había comenzado a ver a su papá como el culpable de todo esto. Su mamá y ellas eran infelices por ese desgraciado, si quedaba alguna pizca de amor de Rowan hacia su padre debía de estar en lo más profundo de su ser. Después de estar arreglada y desayunada fue a la casa de Olivia, tardaron un poco más en llegar al instituto porque Olivia no encontraba un lazo que combinara con su blusa.
—¿Ya hoy no te sientes tan idiota?— pregunto burlonamente mientras veían a su amiga en el pasillo.
Olivia piso su pie antes de irse con Madison y sonreírle con cariño, Rowan río internamente adolorida. Estaban las tres, al igual que siempre, cambiando cuando Sabrina muy feliz captó la atención de la castaña. Ella y sus dos compañeritas de juego estaban caminado hacia el lado contrario que Rowan, cuando pasaron junto a ella la chica de ojos avellana decidió fastidiarla dándole un empujón que envió a la rubia contra los casilleros.
—Aww perdón.— se disculpó falsamente la castaña mientras observaba fijamente a Sabrina, que estaba recuperándose del susto.
La Jenna enana Ortega estuvo a punto de lanzarse hacia ella, la ojimiel la detuvo rodeándola con sus brazos para que así no alcanzara a la alta. La pequeña extendía las manos como si fuera un gato a punto de aruñarla, a Rowan se le hacía divertido.
—¡Déjame, Av! La voy a matar!— le decía furiosa y al escuchar sus palabras, Rowan no pudo evitar reír, enojando mas a la chica.
—Claro niñita, quiero ver eso.— se burlo cuando Madison tras suyo rio junto a ella. Al igual que siempre, Olivia las observaba mientras reía disimuladamente, a la ojimiel no parecía gustarle ni un poco.
Parecía querer darle un golpe a Olivia, la castaña que seguía riéndose estaba ya preparándose para colocarse en el medio de ellas dos.
—Te debería dar un...— comenzó la ojimiel soltando a Ortega y avanzando dispuesta a atacar a la chica de ojos chocolate, Row estaba a punto de hacer algo, pero todos observaron como Sabrina se colgó del brazo de la ojimiel.
De inmediato la sonrisa burlona desapareció de sus labios y tensó la mandíbula, Olivia al igual que ella ya no veía la situación divertida.
—Avy... déjalas... no, no valen la pena.— los ojos verdes miraban con preocupación a la ojimiel, logrando una actriz en el estómago de la castaña.
Sus ojos se encontraron, debió de ser tan afilada la mirada que había en el rostro de Rowan que Sabrina se separó de Ava rápidamente. La castaña ahora observaba con fastidio a la ojimiel pero pronto su atención fue a la chica de ojos verdes. Le gustaba mucho cuando Sabrina se sonrojaba de esa forma, más si era por ella, le dio una sonrisa de muerte que no hizo más que aumentar el color rojo en las mejillas de la castaña.
—No... no vuelvas a empujarme.— dijo Sabrina un poco nerviosa y con la mirada en el suelo, la ojimiel para calmarle sujeto su mano y las dos se dieron un leve apretón antes de sonreír.
Rowan ahora mismo podía muy bien estar asesinando a la tal Ava con sus ojos, ¿Se llamaba así? Pero un enojo, del que no sabía de donde había salido, surgió en ella, rio falsamente atravesándolas con la mirada.
—¡Claro! ¿Y yo te voy a hacer caso?— si la ojimiel no soltaba a Sabrina, la castaña muy bien podía darle un golpe en la nariz.
Contrólate, Blanchard, no tienes ningún derecho para estar molesta. Si me vas a dar un golpe a la rarita está, es porque quieres, no por Sabrina. A veces su conciencia era mejor que un psicólogo, siempre le daba respuesta lógicas cuando ella estaba confundida.
—¡Si!— Sabrina se atrevió a responderle pero al ver los ojos verdes su seguridad comenzó a flaquear. —Por favor...— dijo un poco más bajo y con voz suave, Row volvió a sentir mariposas en el estómago al escuchar hablar así.
¡Di algo idiota, no te quedes callada! Rowan debería hablar, cuando ya estaba por hacerlo su mejor amiga la interrumpió.
No parecía ni un poquito feliz.
—Esto es una ridiculez, solo no te atravieses más en nuestro camino y ya.— dijo exasperada y mirando a la ojimiel con aparente disgusto antes de darse la vuelta e irse.
Madison, un poco confundida también por la actitud de Olivia, la siguió haciéndole señas a Rowan para que la imitara. La castaña aún estaba procesando lo que acaba de ocurrir, sentía como si fuera una retirada y el grupo de las raritas hubiera ganado. Miró feo a las tres chicas, deteniéndose más tiempo en Sabrina, antes de seguir a sus amigas por el pasillo.
—Okay, Olivia, ¿Que fue eso?— fueron las primeras palabras que salieron de la castaña cuando entraron al salón.
Olivia tranquilamente ocupó su asiento, sacando los libros mientras Madison se ubicaba tras ella y Rowan a su derecha.
—¿De que hablas exactamente?— se hizo la que no sabía nada.
Rowan resopló irritada, Olivia sabía exactamente a lo que se refería.
—De como perdiste los estribos frente a la rarita y terminamos huyendo.— su voy se escuchaba como reproche.
—En primera: no estamos en una batalla como para huir o ganar, Row.— dijo anotando la fecha en la primera página de su cuaderno. —Segundo: no perdí los estribos, solo quería cerrarle la boca de una buena vez al fenómeno.—
Row volvió a abrir los labios para luego cerrarlos.
—¿Ama?— pregunto un poco insegura, por cómo hablaba Olivia creía que se refería a la ojimiel.
Olivia negó con la cabeza mientras reía un poco.
—Casi, Row, vas mejorando.— admitió mientras seguía escribiendo. —Es Ava.—
Bueno me importa, el caso es que me dejaron como tonta y ni siquiera pude contestarle. Se cruzó de brazos hundiéndose en su asiento.
Olivia se encogió de hombros sin importarle mucho lo que creyera. Claro, no fue ella que quedó en ridículo frente a Sabrina. Rowan quería pensar que no le importas a la opinión de Carpenter, pero en estos momentos no estaba muy segura de eso.
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¿Les está gustando esto? Porque yo sinceramente amo estos secretitos que salen poco a poco
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RIVALES - ROWINA
Fiksi PenggemarRowan Blanchard tiene que comenzar la secundaria, junto a su mejor amiga Olivia Rodrigo, después del divorcio de sus padres que supuso una etapa difícil en su vida. Ella no creía en el amor, hasta que conoció a Sabrina Carpenter, la mejor forma de h...