muslos | gongfourz

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꒰ Actualidad ꒱ 

Llegaron a casa de Taesan y tal y como esperaban, sus padres aún no llegaban.

No era una sorpresa.

Se abstuvieron de cualquier otra cosa que no fuese ir al cuarto de Taesan y jugar videojuegos en tranquilidad, con la casa vacía y en completo silencio, estaba oscureciendo.

— ¿Puedo quedarme a dormir hoy?

— No. Mañana es jueves.

— ¿Y eso qué, Hyung? Quiero dormir aquí.

— ¿Trajiste los cuadernos de los bloques que te tocan mañana?

Leehan puchereó de mala gana y dejó el mando con el que jugaba a un lado, para ver directamente a Taesan, quién hizo una mueca de aburrimiento.

— Es un claro no, así que si piensas insistir, rindete.

— ¿Pero por qué? Podemos pasar a buscarlos mañana, sería lo mismo que ir a buscarme a mí en la mañana para ir a clases... ¿Sí? ¿Por fis? Hyung, por favor, quiero dormir contigo hoy — Siguió insistiendo.

Taesan pocas veces podía mantener un "No" con Leehan... y esta vez no sería la excepción, no podía solo rechazar y ponerle triste.

— Avísale a la tía Kim, entonces.

— ¡Sip! —Asintió contento mientras abrazaba el cuello del mayor con felicidad.

Leehan acabó con el abrazo de inmediato y acudió a buscar su celular para así enviarle un mensaje rápido a su madre, avisándole que se quedaría a dormir con Taesan.

El mensaje fue rápidamente respondido con algunos mensajes de "duerman bien", "no se duerman tarde" y más indicaciones de madre preocupada.

— Mami dice que te quiere mucho. —Habló Leehan apagando el celular para así sentarse a su lado con una pequeña sonrisa. Taesan asintió con su mirada en el televisor.

Leehan decidió guardar silencio durante algún tiempo... hasta por fin atreverse a sacar el tema a flote.

— Hyung... Los tíos Park casi no están en casa últimamente—Susurró desviando su mirada. Taesan le miró. — Yo quería saber... Solo si no te molesta. ¿Los tíos comenzaron a pelear de nuevo?

Taesan miró al de cabellos rubios sorprendido por la pregunta, más no pudo responder de inmediato. Tomó una bocanada de aire y sonrió.

— No, bebé. No. ¿Por qué preguntas eso? —Preguntó mirando con interés al otro, que le  miró de inmediato y sonriendo más aliviado.

— Que bueno... —Susurró asintiendo. — Hyung, no vas a estar triste por eso ahora. Pensé que como últimamente vas mucho a casa, sería porque los tíos tienen problemas, así era antes...

Taesan sonrió.

— Antes. Ya no es así, Hannie. Voy a tu casa porque me gusta mucho estar con un pequeño duende de cabellos rubios que habita allí. ¿Le conoces?

— Obviamente soy yo. —Rió. —A mí también me gusta estar con un gatito enojón que tiene bonitos ojitos.

Taesan sonrió tiernamente.

—¿Por qué me dices duende?

— Por enano.

— ¡Malo!

Rieron y continuaron jugando videojuegos con tranquilidad hasta que la luna ya gobernaba en el cielo.

Lo cierto era que las peleas entre sus padres habían vuelto, su padre le era infiel a su madre... pero ninguno quería separarse por Taesan.

Él decía que aquellas peleas no le importaban en lo absoluto, se decía a sí mismo que todos los padres podían tener problemas y que él no debía preocuparse demasiado... Pero lo odiaba y le dolía, seguía doliendole tanto como cuando era un niño.

Las peleas de sus padres habían comenzado a sus trece o catorce años... No hubo forma de lidiar con ello cada día así que siempre se quedaba en casa de Leehan cuando las peleas se volvían serias y ya todos los vecinos lograban escuchar.

Leehan había visto una parte de él que nadie más había visto.

Un Taesan llorón y muy débil.

Ya no quería preocuparlo, no quería que Leehan se preocupara por sus problemas, esta vez quería actuar de una mejor manera.

Lidiar con eso solo, sin involucrar a Leehanie.

— ¿Los tíos no van a llegar?

— No lo sé. — Respondió mirándole.

Una de las tiernas mejillas de Leehan se acumulaba al tener su cabeza descansando en su hombro. Se veía tierno.

— Yo tengo sueño... y quería saludar a los tíos cuando llegaran... — Siguió hablando, arrastrando las palabras.

Observó con cuidado los párpados cerrados del más bajo, sonriendo de forma inconsciente por lo bonito que se veía con aquellas largas pestañas. Suspiró.

Su mano bajó de forma tranquila a uno de los muslos rellenos de Leehan, amasando este con cuidado mientras Leehan abría sus ojitos con lentitud.

— Debes ponerte pijama para dormir, debo prestarte uno. Arriba.

— Pero tengo sueño..

— Anda, debes cambiarte.

Leehan puchereó de mala gana e hizo caso. Ambos se levantaron para prender la luz, Taesan buscaba entre sus cajones algún pijama de buena tela que lograra mantener caliente en cuerpo de Leehan ya que durante la noche estaba haciendo algo de frío.

Cuando encontró algo, Leehan fue a vestirse al baño dentro del cuarto. Luego salió y se recostó sobre la cama ya muerto de sueño.

— Debajo de las sábanas, Hannie.

— Mmh pero duerme conmigo, Hyung... quiero abrazarte mucho mientras duermo.

Taesan rió un poco y asintió.

— Ya voy pero acuéstate debajo de las sábanas en lo que me visto.

— Buenop.

La luz quedó apagada luego de que él salió del baño con el cuerpo envuelto de un pijama abrigado. Apagó la televisión, ordenó un poco el cuarto y entonces se acostó al fin al lado de Leehan, bajo las sábanas.

Kim ya estaba completamente dormido.

Sus ojos observaron de cerca y con encanto cada una de las facciones preciosas de aquel rostro que desde hace mucho no tenía tan cerca. Ya no solían dormir juntos, no como antes.

Acarició con cariño y con sus manos algo frías al tacto la mejilla abultada y rosada de Leehan.

No sabía si iba a poder dormir bien.

Temía que mientras dormía, su padre pudiese llegar a casa borracho con alguna mujer.

Suspiró un poco, su mano que antes acariciaba la mejilla de Leehan bajó hasta uno de sus muslos, acariciando este sin fuerza mientras cerraba sus ojos.

Era una mala costumbre, tal vez.

𓂃

Leehan abrió sus ojos con su respiración un tanto agitada, su vista era algo borrosa.

No tardó en sentir un molesto calor torturar su entrepierna, haciéndole fruncir el ceño y callar con sus dientes sobre sus labios algún posible sonido de satisfacción y desespero.

La mano de Taesan se acomodaba sobre uno de sus muslos, muy cerca de su sensible zona