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Leehan se levantó de la cama con rapidez, sintiendo su cuerpo caliente y su mente perdida. Era de madrugada, sentir el tacto en su parte íntima realmente le asustó mucho.

Dejó a Taesan durmiendo sobre la cama solo mientras él entraba en el baño y cerraba la puerta con seguro. Su zona se sentía caliente y desesperada.

Pero no podía hacer cosas sucias en casa de su Hyung... no podía ni permitírselo ni podría perdonarselo. No estaba bien.

Lavó su cara, su corazón palpitaba con fuerza y su cuerpo sudaba a pesar del frío que hacía.

Se sentó sobre la tapa del inodoro y bajó sus pantalones junto a ropa interior con cuidado... No podía creerlo.

Su ropa interior estaba algo mojada, eso le avergonzaba... Pero era una respuesta natural... sí. Taesan no le gustaba ni nada parecido, solo era una respuesta natural.

Aún así no dejaba de ser... muy vergonzoso.

Notó sus muslos rojizos... ¿Cuánto había tocado Taesan aquellos lugares mientras dormía? Mordió su labio, viendo su piel lechosa con marcas rojizas e incluso algunas marcas de uñas, demasiado brusco para su gusto.

Ver aquello solo le hacía sentir escalofríos.

Imaginar las manos de su Hyung enterrandose en su piel, marcandole con sus uñas y tocando su...

No, no estaba bien.

Tragó saliva.

Debía tranquilizarse... y estar viendo las marcas de su Hyung en sus muslos no lo ayudaba en lo absoluto. Se removió sobre la tasa del baño con cuidado, se sentía necesitado.

Jamás creyó que algo como eso podría ocurrir...

¿Y si su Hyung hubiese tocado más? ¿Y si se hubiera despertado? Lo habría visto así...

No le agradó la idea.

Taesan debía dejar de tocar sus muslos.

𓂃

—¿Qué haces despierto tan tarde? —Alegó el pelinegro.

Leehan levantó su vista y comenzó a reír un poco.

—Estaba... aburrido... —Susurró.

Había estado caminando por toda la casa en un intento de tranquilizar aquellas sucias ganas.

—No es gracioso, Leehan. Hace frío, yo tengo sueño y mañana hay clases. Podrías enfermarte y yo no pienso cuidarte —Habló con molestia.

—Malo —Susurró caminando en su dirección con una tierna sonrisa, Taesan lo recibió entre sus brazos. —Ya no toques mis muslos.

—¿Eh? ¿Por... qué? ¿Estás molesto conmigo? —Preguntó realmente confuso y exaltado. Leehan levantó su rostro para mirarle. —No juegues, tonto... Sí te cuidaría si llegaras a enfermarte.

— Mm... Yo lo sé pero no es por eso... Solo ya no me gusta —Susurró viendo los ojos oscuros del mayor en silencio. Taesan frunció el ceño sin decir nada. —Ahora quiero dormir...

Taesan tomó las mejillas del más bajo con confusión. Leehan no dijo nada ni dejó de abrazarle.

—¿No te gusta por qué? —Susurró. Él se veía preocupado. —¿Tiene que ver con tu peso, Leehan?

— Noo... No es nada de eso—Insistió, soltando un pequeño suspiro.

No podía darle buenas razones y entendía que se sintiera algo confuso, pues era algo que ya era costumbre hacer. Taesan siempre tocaba sus muslos.

—¿Entonces...?

—No mientras dormimos... S-solo no mientras dormimos... Tú... -Susurró, bajando su cabeza con algo de vergúenza. —Tocaste mucho y me dolieron.

Bueno, era cierto, solo iba a saltarse la peor parte.

—Aah... Lee...—Susurró entre pequeñas risas y dejando caricias en las mejillas que no podía ver. — Lo siento, no lo haré mientras dormimos, lo prometo.

—Gracias—Respondió, alejándose poco a poco del cuerpo del otro.

—Ven aquí, feo.

Tomó su cintura con algo de brusquedad, acercándolo nuevamente y dejando un pequeño beso en su mejilla.

𓂃

—¿Puedo quedarme hoy también? —Preguntó sonriente. Jaehyun le miró entre risas.

Habían pasado a buscar a Leehan luego de clases ya que a pesar de saber que Taesan iba a salir a comer con Jaehyun, el insistió mucho, dejando miles de mensajes porque quería ir también. Extrañaba a Jaehyun.

—No. —Respondió Taesan suspirando mientras se sentaba en la mesa que comerían, Jaehyun miró en silencio como el más bajo se sentaba al lado de su amigo con un puchero. —Dije que no, Leehan, me despertaste a las cuatro de la mañana.

Pero esa había sido su culpa. Pensó Leehan. Él no quería despertar a Taesan, Taesan lo despertó a él... ¡Así que no era su culpa!

—Pero no volverá a pasar, además me desperté porque mis muslos dolían —Alegó. —Fue la culpa de Hyung, no mía.

Jaehyun frunció el ceño.

—Oye. Entiendo el punto pero ¿Qué necesidad había de pasearte de un lado a otro por toda la casa mientras cantabas? No entiendo, no tiene nada que ver y no es mi culpa.

—No estaba cantando, seguro era un fantasma. —Mintió formando un puchero más notable.—¡Además entiéndelo, Hyung! Si no me hubieras despertado, yo no habría caminado por la casa...

—Ni siquiera había necesidad. —Suspiró. —Seguro lo hiciste para despertarme, eres un demonio.

—Hola, ¿Puedo tomar sus pedidos?

Tuvieron que quedarse callados mientras Jaehyun ordenaba la comida por ellos.

El mayor de los tres no entendió bien la situación, o sí, solo que... ¿A qué se refería Leehan con que le dolían los muslos? Lo único que podía pensar era en cosas... no estaba seguro.

—Si me dejas quedarme te haré la tarea —Susurró. Taesan rodó los ojos negando. —Hyung, por favor. Prometo ayudar en limpiar la casa y esas cosas, además no despertaré...

Jaehyun suspiró y Taesan le miró ya rendido.

—Bien, pero la última vez.

Leehan le abrazó con felicidad.

—Lo consientes demasiado, por eso es caprichoso —Dijo Jaehyun, borrando la linda sonrisa de Leehan inmediatamente.

—Eso es mentira, no soy caprichoso —Alegó sintiéndose ofendido. Taesan le miró indignado. —¡No lo soy!

—Te comportas como uno siempre que está Taesan. —Volvió a decir cruzándose de brazos. Taesan le miró. —Deja de hacer todo lo que quiere y que aprenda a aceptar un no.

Leehan le miró con odio.

—lré a casa de Tae de todas formas.

—Ajá. Caprichoso. ¿Qué era eso de que te dolían los muslos?

—Bueno, Taesannie toca mis mus-

—N-Nada. —Interrumpió el pelinegro. —No es nada, se golpeó.

—Mentiroso. — Susurró haciendo mala cara. —¡Tú lastimaste mis muslos!

—¡Shh, ya cállate!

muslos | gongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora