Allí donde el corazón se vuelve loco y la cabeza da vueltas; allí es donde no tienes salida. Ya estás hasta el fondo del abismo. Tú sabrás si es un abismo abrazador o uno tortuoso.
Owen
No sabe qué responderme. Parece que se debate entre muchas cosas y quiere formar en su cabeza un discurso cautelosamente eficaz para persuadirme. Soy bueno en darme cuenta de las mentiras, no me engañará.
Observo sus manos. Con una esconde la frágil, la maltratada. Quisiera poder tomarla de esa mano, darle un cálido beso y que mágicamente desaparecieran sus heridas. Pero la vida real no es así, lastimosamente.
—Lo siento, Owen. En verdad lo lamento.
Toma su collar y le da varias vueltas, nerviosa. Desde que se lo vi puesto en el yate he querido tocarlo y alagar a la persona que se lo obsequió o alagarla a ella por tan buena compra. Es un ámbar precioso.
—No quiero que te disculpes. Simplemente que me expliques qué sucedió para que de la nada no me quieras hablar.
Cuando la encontré en la enfermería de la Universidad pensé que se colgaria de mi cuello y me abrazaría, no fue así, fui muy lejos con los pensamientos. Evitó hablarme, se le veía incómoda y ansiosa. Luego Alejandro confirmó mis dudas. Sí está molesta por algo, y no sólo conmigo, también con Alejandra.
Suelta aire y evita mirarme.
—Ayer tuve una conversación con tu amiga Alejandra. — Frunzo el ceño. No me gustará la continuación de esta declaración —, ella me invitó a cenar, sin embargo, la cena terminó en advertencias. Me dijo que como mujer me aconsejaba alejarme de ti...
—Espera... ¿En serio dijo eso?
—Prácticamente sí.
Niego incrédulo. —No lo creo.
—¿Entonces yo estoy mintiendo? —Se voltea para irse —. Tonta yo por querer adornar lo que realmente dijo —susurra, pero la logro escuchar.
La tomo del brazo y la obligo a parar y mirarme.
—Ámbar, dime lo que realmente dijo.
—Owen ya sí, no quiero complicaciones en mi vida. Ella sólo quiso decirme que eras un picaflor como todos los hombres y me aconsejó, más nada.
No lo puedo creer. Alejandra se ha pasado conmigo.
—¿Por eso no me querías hablar? ¿Le creíste?
—Owen yo no te conozco.
—Le creíste entonces.
—No supe cómo actuar y como estoy en un momento de mi vida estresante no quise sumarme a más estrés. Solo somos conocidos y agradezco como te has portado conmigo.
—¿Y por qué un tema como ese y yo te traeríamos estrés? Si te trae estrés es porque sucede algo.
Si dejó de hablarme solo porque le advirtieron que era picaflor es porque le molestó escuchar eso, porque en el fondo no quería o no quiere que lo sea. Eso es una señal.
—No... No sucede nada... Owen ya te expliqué, ya quiero cerrar el tema.
Se escucha exasperada y nerviosa.
—Está bien. Solo quiero que te des la oportunidad de conocerme y que al final te des cuenta por tu propia cuenta realmente como soy. No te dejes llevar por las habladurías y los chismes sin fundamentos.
Ella me sonríe. —Vale, lo haré. Y por favor, no le digas a Alejandra de esto.
Yo asiento, pero le miento. Lo hablaré con Alejandra. No puedo creer que haya hecho eso, lo esperaba de Esmeralda, pero de ella jamás.
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Sin mirar atrás #PGP2024
RomanceÁmbar y Owen eran dos almas hermosamente rotas, ambos parecían poesía frágil y exquisita. Cuando ambos colisionan inicia un viaje sin retorno donde dos seres infinitamente imperfectos consiguen hallar hilo y aguja, sentarse a coser fisuras por fisur...