Hablamos de ser directos y honestos, pero cuando la rabia y el miedo se aloja en el corazón retrocedemos dos pasos. Nos convertimos en algo que no conocemos por el temor a perder todo,por miedo a lo incierto.
Quince horas, faltan quince horas para que sea la feria. ¿Y estoy lista? Absolutamente no. Estoy en una crisis de estrés desmedido. No hago más que dar vueltas y vueltas en el área de estar de la Universidad. No sé de dónde carajos sacaré una cámara. Agoté mis opciones: Israil vendió su cámara, la de Ethan se descompuso el año pasado y ahora tiene una instantánea;eso no me funciona. Definitivamente debo ahorrar y comprar una, porque eso de estar estudiando periodismo y no tener herramientas está fatal.
Hera aparece en la sala de estar con su novio. Como siempre vienen toqueteándose.
—¡Hey! Estás aquí. —Alejandro logra verme —. Ayer te fuiste sin despedirte.
Lo miro y sonrío de medio lado. —Tenía prisa.
—Mucha prisa. —Añade Hera mirándome y alzando sus cejas.
Ambos se tumban conmigo. Inmediatamente trato de esconder mis manos, pero Alejandro lo nota y la toma antes que la oculte.
—¿Qué carajos te pasó? —Alza mi mano y me la enseña. Trato de bajarla, pero se me es imposible. Él es fuerte.
—¿Ámbar?—Hera se preocupa.
Logro bajar mi mano cuando Alejandro corrobora que su novia lo ha visto.
—No es nada, solo sucede cuando estoy estresada.
—Pues eso parece que has estado estresada todo el bendito día. ¿Qué va tan mal? — pregunta Hera.
—Es que mañana es la feria y no tengo cámara para hacer un reporte.
—Eso tiene solución. Tengo dinero suficiente para comprarte una —dice Alejandro.
Me hace negar. —Estás loco, jamás permitiría eso.
—Bueno fui exagerado, pero no es problema para mí. —Nota mi cara de desaprobación —. Bueno si no quieres, conozco a alguien que tiene una.
Me quedo pensando unos minutos y entra un pensamiento. Quiero mantenerme al margen de ese grupo.
—¿Quién es? —pregunto —. Que no sea tu hermana u Owen.
Entrecierra sus ojos confundido. Veo como Hera le da un codazo para que conteste rápido.
—No, es de Esmeralda, de Esmeralda.
Lo pienso. También es del grupo, mejor amiga de Alejandra y hermana de Owen. Pero la necesito de urgencia, ya queda poco.
—La necesitas, Ámbar. Sólo piensa en eso —me dice, Hera. Ella sabe que me estoy debatiendo entre si aceptar o no.
—¿Puedes decirle que me la alquile?
—Por supuesto, pero no creo que te cobre nada,ya verás.
Me quedo un rato con ellos conversando de la Universidad y de otros temas de la vida. Cuando se comienzan a comer y se ve que no van a parar pronto, me retiro.
Me meto al baño, pero no encuentro gel alcoholado y el mío ya se acabó. Miro mis manos. Sí se ven horribles, llena de rasguños rojos. Salgo del baño y voy a enfermería,allí debería haber aunque sea alcohol.Cruzo dos pasillos largos y por fin llego. Ojeo dentro, pero no hay nadie, así que entro y rebusco entre los estantes. Escucho la puerta abrirse,pero sigo buscando.
—¿No hay alcohol? —pregunto al que sea que esté entrando.
—No lo sé.
Dejo de buscar. Me quedo quieta mirando los estantes, pensando si irme huyendo o simplemente enfrentarlo.
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Sin mirar atrás #PGP2024
RomanceÁmbar y Owen eran dos almas hermosamente rotas, ambos parecían poesía frágil y exquisita. Cuando ambos colisionan inicia un viaje sin retorno donde dos seres infinitamente imperfectos consiguen hallar hilo y aguja, sentarse a coser fisuras por fisur...