Te puede gustar todo o nada, no hay intermedio. Y menos para el amor.
No creo en el amor a primera vista, creo en conocer poco a poco a un desconocido y enamorarte hasta de su respiración. No podría casarme jamás con alguien que apenas conozco, pero hay tantos casos así, que dudo de mi capacidad de autocontrol ante mis propias convicciones.Owen te derrite el alma. Lo veo, y no sé si es el frío de la noche, pero me hace querer romper todas mis reglas. Me ha traído a una cama, me ha traído chocolate caliente y ha prometido no tomar para cuidarme. No sé por qué lo hace, pero quiero pensar que es así de caballeroso con todas. O mejor no, mejor no pienso así. Con todas suena a que puede darme algo de celos; es bonito ser exclusiva.
Owen es como el chico soñado de las chicas: atento, caballeroso, guapo, detallista, inteligente. Como los chicos que uno lee en los libros y ruega que salgan y se casen con uno. Algún defecto tiene que tener —pienso—.
Doy un sorbo al chocolate y pego un brinco suave en la cama.
—Joder ¿Está caliente? ¿Te quemaste? —Me quita la taza de las manos, mientras yo afirmo ante su pregunta—.Lo siento, no lo probé antes de dártelo. —Sopla el contenido.
—Me va a dar diabetes.
—¿Por?
—Eres demasiado dulce.
—¿Ah sí?
Por alguna razón sus ojos me desestabilizan de repente, porque su 'mirada no es normal, es intensa y sé que pone a más de uno nervioso. He visto como pasa con Alejandra, e incluso con sus amigos. Tiene poder en sus ojos.
Ocurre un momento extraño, donde él y yo, solo nos miramos. Sigue soplando el chocolate, pero no despega sus ojos de mí. Yo miro a otra parte, pero regreso a sus ojos, para que no crea que le temo, o que tiene poder para hacerme flaquear. Sin embargo, no sé cuánto aguantaré.
El yate se tambalea un poco y llega la salvación. Se ha regado medio chocolate en la cama y él ha brincado porque aún seguía caliente.****
Un gran cartel adorna el pasillo de la facultad de lenguas. La feria es pasado mañana y yo apenas me entero. No tengo preguntas planeadas, no tengo micrófono propio, ni una buena cámara. Estoy frita.
—¿Por qué existe la Universidad? —Ethan se tira en el piso del pasillo y se queja. Trae gafas oscuras.
—Estoy molesta contigo. Es la primera vez que me dejas sola en una fiesta.
—Hay una explicación, cariño. Pero te la cuento después, ahorita estoy modo zombie.
—Se nota —le digo y me voy directo al baño.
Me quito la bolsa y la coloco al lado del lavado, me miro al espejo y veo mi rostro. Estoy completamente horrible, se notan las ojeras y el sueño es notorio. No debí asistir a esa fiesta, me veo terrible, incluso más que los que se alcoholizaron. Respiro profundo, mojo mi cara y lavo las manos. Por lo menos no siento malestar estomacal ni molestias mayores. Una preocupación menos en el día.
Le escribo a Israil que lo necesito ver y lo espero en el pasillo de su facultad. Llega minutos después.
—¿Pasó algo? Te ves... ¿Dormiste bien?
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Sin mirar atrás #PGP2024
Roman d'amourÁmbar y Owen eran dos almas hermosamente rotas, ambos parecían poesía frágil y exquisita. Cuando ambos colisionan inicia un viaje sin retorno donde dos seres infinitamente imperfectos consiguen hallar hilo y aguja, sentarse a coser fisuras por fisur...