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Por primera vez en mucho tiempo, se diría que meses, no despertó con migraña ni cansado. Aquella mañana le parecía gloriosa, le vino a la cabeza el día anterior y una sonrisa idiota se le pinto en la cara.

Por fin veía el final del oscuro túnel de la depresión, se ducho y vistió con esmero, pues sabia que debía visitar al director de la pequeña Eva, debía hablar seriamente sobre su pequeña salvaje, sin duda esperaba que el castigo no le impidiera volver como mucho en 2 semanas.

Tiempo suficiente para disciplinarla.

Todos se sorprendieron al verle preparando el desayuno, pero sin duda fue Violeta quien se quedo de piedra al ver como trajinaba en la cocina tan silbando alegremente.

Buenos días cariño,! – Hoy , me he dicho-- voy a preparar el desayuno, ya va siendo hora que ayude algo mas en casa. Y bueno aquí me ves... , batallando con la tostadora del diablo.

Si quieres ayudarme en algo, te dejo el zumo de naranja hija. Detrás tuyo esta el exprimidor.

Clarooo... Papa!- Uauuu, menuda energía la tuya.-- Veo que has descansado bien, ehhh??

Como un muerto, cariño. Que bueno es dormir de un tirón 7 horas. Mano de santo, – dijo guiñándole el ojo.

Venga, almorcemos antes que los peques nos dejen sin nada.

Se sentaron en la mesa entre una fuente de tostadas y el café caliente. Hablaron del trabajo de violeta como lo habían echo antes del accidente, entre risas y confidencias.

Los 5 minutos se convirtieron en 10 y sus hermanos empezaron a aparecer como todas las mañanas, primero Alberto , su cara aun algo dormida pero calzando el mono de mecánico , se sentó y comenzó a engullir tostada tras tostada, cuando llevaba cerca de cuatro y la primera taza de café se levanto de la mesa y ante la sorpresa de todos se inclino y beso la mejilla de Violeta.

Estaba todo buenísimo, como siempre. – y le sonrió desapareciendo antes de que esta pudiese cerrar la boca.

Has visto eso?, – una frase completa y encima amable!-- Vaya, vaya.-- murmuro Violeta.

Debe haberse dado cuenta de todo lo que haces por todos nosotros?-- ya iba siendo hora, no crees?

Bueenooo, hago lo que haría cualquiera... no?

La respuesta se vio interrumpida por la entrada de las mellizas , que con su cháchara habitual distrajeron cualquier pensamiento que pudiera cruzar por su confundida cabeza. Desayunaron entre bromas y risas , marchándose con un tirón cariñoso de sus trenzas.

Maria desayuno por primera vez en la semana en la cocina , sonrojándose al hablar de su milagrosa recuperación, estaba algo pálida, pero parecía que se sentía lo suficientemente fuerte para estudiar en el salón.

Violeta comprobó por el reloj, que si no se apuraba llegaría tarde de nuevo, dejo el desayuno de Eva preparado sobre la mesa y salio hacia la biblioteca despidiéndose de su padre con un suave beso en la mejilla.

Paco sintió por primera vez la tranquilidad apoderarse de él, recogió los restos de los desayunos y espero al ultimo comensal.

Desde la cocina podía ver, a Maria estudiando a dos pasos concentrada en sus lecciones. Cuando miro el reloj, se pregunto si tendría que arrastrar a su pequeña a la cocina a desayunar.

Hijas rogando, Padre castigandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora