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Termino de almorzar, mirando una y otra vez el reloj de la cocina, calculando cuanto tardaría en almorzar sin cruzarse con nadie, Violeta apuro el ultimo trago de café, sujeto su bolso y poniéndose el abrigo se apresuro en salir hacia la calle.

Aun no estaba muy segura en como afrontar todo aquello, había dejado el desayuno de los demás dispuesto encima de la mesa de la cocina y cobardemente salio pitando hacia la biblioteca.

En su cabeza bailaban un millón de imágenes , casi perdió el autobús de cada mañana al distraerse con un escaparate de ropa de bebe, sacudió la cabeza aturdida y de una ultima carrera subió al autobús urbano.

Alberto fue el siguiente en aparecer en la cocina, las ojeras oscurecidas bajo los ojos, el pelo revuelto y la barba oscura asomando bajo el mono de trabajo del taller. Se sirvió una taza de café mientras las mellizas aparecían con sus mochilas al hombro.

Joder Alberto!-- menudo careto,-- has visto Rebeca-- menuda noche de juerga, eh?-- dijo dándole un codazo a Rebeca.

Ufff! Estoy muuuerto!, pero la miró guiñándole un ojo--, para nada la cambio por nada del mundo.

Y vas ir a si al curro?-- si pareces un zombi de ultratumba-- se rió Aura imitando los andares de los muertos vivientes.

Hoy no pienso pasarme mucho!, ahggggg! – bostezo con fuerza, a la vez que engullía una napolitana de la bandeja del almuerzo.-- así que...! a la mínima que pueda me largo pronto!

Vayaaaa hermanito! No será demasiada juerga para ti!-- mira que ya no eres un chavalín.

Alberto aparto la vista de la segunda napolitana para fijarse en su hermanita Aura, agachada delante de él colocando los libros en su mochila del colegio. Con aquella faldita de cuadros revelando un apetitoso culito carnoso delante de sus narices, meneándose solo con aquellas braguillas blancas tan excitantes.

Estaba hecho polvo, pero no muerto para no reaccionar ante tan sugerente visión matinal, la verga empezó a levantarse peligrosamente , y nada podía hacer para remediarlo.

Bajo la taza para poder apreciar los contoneos de ese culito delante de sus narices. Pronto como si adivinase como lo provocaba se levanto con su dueña mirándolo extrañada.

Oyeee... me has oído... , dijo agitando su mano delante de la ausente cara de Alberto-- Que si vas a venir a recogerme esta tarde?-- volvió a repetirle.

Ah, siii...-- sobre las 8, verdad?-- dijo Alberto recobrando el hilo de sus pensamientos.

Si, acuérdate... esta tarde hago de canguro de los niños de los Saenz, haré allí los deberes, así que..., solo pasa a buscarme.. te daré un telefonazo …. por si vienen antes... entendido?

Que si, pesada!... allí estaré.-- confirmo levantándose y desapareciendo rápidamente hacia la calle.

Aura no era muy experta en aquellas cosas , si jugaba bien sus cartas y efectivamente había comprobado el mas que evidente bulto tieso en el mono de su hermano, presumiria de follada con la tonta de Rebeca.

Con aquella idea en mente, abandono la casa con una sonrisa pintada en la cara , reuniéndose con su melliza en el portal de camino al colegio. Hablaron y hablaron todo el camino riendo sin parar , hasta llegar a las aulas.

Hijas rogando, Padre castigandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora