Pov Alex
Después de una larga noche de capturar la bandera, hormigas gigantes, dragones de bronces, fuegos artificiales y pavo para la cena, el resto de días pasó relativamente lento. Claro, el clima se volvía cada vez más frío, y todo el mundo podía sentir cómo se acercaba la primera nevada del año.
La escuela seguía siendo una pesadilla interminable para un chico con dislexia y desorden de atención. Sin mencionar que la detención se encargó de triplicarlo. Pero al menos era un pequeño escape del campamento, porqué las cosas de vuelta empezaron a volverse un poco más intensas. Sobre todo por el hecho de que una noche tuve pesadillas.
Y esta vez fue diferente, diferente en un sentido general... no me incluía solo a mi.
En el sueño, me encontraba en una sala de estar tenue y sombría, donde la luz del sol apenas lograba filtrarse a través de las cortinas arrugadas y polvorientas. La habitación estaba bien decorada con un estilo antiguo, como de los ochenta, con muebles de madera oscura que parecían haber sido elegidos por su aspecto vintage más que por su comodidad.
Pero las estanterías estaban en un estado de descuido, como si no se les hubiera prestado atención en años. Y había objetos esparcidos por todo el suelo. Si lo caracterizamos de una manera, basura, pero principalmente botellas de vidrio. Todas de vino o whisky... De verdad que le gustaba el alcohol.
Di immortals, esto era un desastre. Parecía la cabaña de Hermes. Era una linda casa, y seguro que con un poco de limpieza sería un hogar increíble.
Apenas deambulé un poco cuando algo capturó mi atención. Una pequeña barra en un rincón de la sala. No era raro encontrar barras de bar o cosas así en en hogares como este. No me sorprendió en realidad. Lo que realmente llamó mi atención fue alguien sobre ella.
Una mujer y que estaba... llorando.
Estaba de espaldas a mí, sentada en un taburete con los codos sobre la barra. Cabello rubio despeinado que caía sobre su espalda, y ropas de diseñador desaliñadas. Pero desde esta distancia podía oírla llorar en silencio.
Me sentí incómodo, y... de cierta manera, extraño. No sé, tenía esa sensación detrás de mi cuello, como cuando las descargas me advertían de algo. Me decía que hiciera algo, solo que no sabía que.
Pero el sonido de una puerta que se abría sonó detrás. Había una escalera que daba a un largo pasillo, dónde podía ver una luz iluminando la puerta entreabierta.
Apreté los labios y miré de nuevo a la mujer. Todavía podía oírla sollozar en silencio, murmurando pequeñas cosas que ya no podía descifrar. Y sin mucho ánimo de entenderlas, caminé a la puerta.
Cuando subí las escaleras y llegué al cuarto, la puerta detrás de mí se cerró y todo se silenció. Casi parecía una película de terror.
Tal vez debí haber pensado dos veces hacer esto, y arriesgarme en la sala. Pero cuando ves a una mujer llorando en una casa desastrosa como está es cuando las cosas salen terriblemente mal... para el protagonista de una película de terror.
Las paredes se difuminaron lentamente. Los objetos desaparecieron y me encontré en otro pasillo. Estrecho, oscuro y bordeado de barras de acero, como una celda de cárcel.
Esto no tenía sentido, más porqué fue también que Ethan Nakamura apareció de nuevo, caminando por el pasillo ahora con nada más ni menos que Alabaster C. Torrington. Un semidiós fibroso de cabello castaño a quien había enfrentado varias veces durante el año pasado.
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-Imprudente.- "El último Héroe del Olimpo." (Saga Percy Jackson x Oc)
AventuraEl frío regresa, marcando el inicio de una cuenta regresiva ineludible. A medida que las temperaturas descienden, la tensión aumenta y la oscuridad se cierne sobre el campamento mestizo. El destino del mundo en juego donde los semidioses se preparan...