-Imprudente.- "El último Héroe del Olimpo." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 12: La fobia viene con dos cabezas.

Pov Annabeth

Me desperté de golpe a la mañana siguiente. Todos seguían durmiendo, menos Silena. Ella se encontraba sentada cerca de Beckendorf, y por alguna razón, y en algún momento de la noche, los pegasos habían entrado al orfanato.

-Annabeth.- Sonrió. -Buen día.-

-Uh... hola.- Parpadeé rápido y tomé mi mochila.

Silena tuvo que ver que estaba ansiosa buscando, porqué se levantó de su lugar.

-¿Qué sucede?-Preguntó.

-Necesito hacer una llamada.-

Intenté enviarle un mensaje a Thalia por Iris. Tenía que hacer el intento al menos, pero por supuesto que no funcionó. Sin una ubicación fija, no tendría caso. Parece que para la diosa, "campamento de las cazadoras de Artemisa" no era lo suficientemente específico.

Lo único que recibí fue una grabación de "I Can Sing A Rainbow", con una agradable voz femenina en off que me decía: "La persona que intentas contactar a estado se encuentra fuera de la red". Así el arcoíris escupió mi dracma de vuelta a mi regazo.

-Tártaros.- Gruñí.

-¿Las cazadoras?- Silena había hecho la última guardia. Estaba sentada con los pegasos, acariciando la melena de Celestia. -¿Para qué las estás llamando?-

-Necesito hablar con Thalia. Ella...-

Antes de que pudiera terminar mi frase, los brazos de Percy se agitaron en su sueño y golpearon a Clarisse en las costillas. Ella se despertó de golpe y sacó su cuchillo de inmediato, casi sacándole un ojo a Michael.

-¡Wow! ¿Qué tártaros te sucede?- Michael, al despertarse con el destello de bronce en su rostro, se deslizó hacia la mochila de Clarisse. Se oyó un fuerte crujido cuando aplastó el alijo de comida chatarra de ella.

-¡Eres un idiota!- Gritó Clarisse.

-¡Viejo, estás intentando matarme mientras duermo!-

-Eh, lo siento.- Dijo Percy frotando sus ojos. -Fue mi culpa.-

-Di immortals...- Alex se quejó ahora despierto. -¿Que no pueden hacer más ruido?-

Beckendorf se sentó y preguntó.

-¿Qué está pasando?-

-¡Está bien, basta!- Moví los brazos para llamar la atención. -Nadie está intentando matar a nadie.-

-...y aún así.- Se quejó Clarisse. Abrió su bolso y repartió las patatas fritas aplastadas para el desayuno.

-¿Qué decías antes sobre los Cazadores?- Preguntó Silena. -¿Por qué los llamabas?-

-¿Llamaste a los cazadores?- Preguntó Alex con confusión.

-Sí, pero escucha, hay algo más importante. No sé si alguno de ustedes volvió a soñar con las jaulas anoche...-

Todos asintieron y me miraron expectantes.

-Luke, quiero decir Cronos, se movieron. Ahora están en Richmond.- No le expliqué cómo había reconocido la escena.

-Richmond...- Repitió Alex en un murmuro, casi como si lo dedujera.

-Bueno, son buenas noticias.- Dijo Clarisse. -Eso está a sólo una hora de aquí. Llegaremos enseguida si nos ponemos en marcha ahora.-

-Pero ¿por qué Richmond?- Preguntó Beckendorf. -Supongo que tiene sentido que se estén moviendo hacia el norte, pero si hay un patrón en los movimientos de Cronos...-