Parte 4

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—Hija, ya llegaste.
Lo que pasa es que me llegó una amenaza de muerte.
Puede que ustedes salgan perjudicadas.

—¿Por qué te hicieron esa amenaza papá?

—Debo dinero a unas personas, y por eso me dijeron que si no pago pronto, me matan.
Tanto tu madre como vos puede que estén en peligro.

—Papá, ¿porque les pediste dinero?

—Hija, como sabes hace 6 meses hubo un problema económico en la empresa.
Y solo pagaban el 25% del pago correspondiente. Yo había conseguido estos sillones, y la computadora a pagos.
Así que el dinero no me alcanzaba, y pedí dinero prestado.
Ahora no se que hacer, esa gente me tiene totalmente en sus manos.

—Mamá, comeré en mi habitación mejor.

—Pero hija escucha...

—No, papá.
Ya no quiero oír nada.
No me siento bien. —dice Samanta, y saca lo que se comerá, para luego ir a su habitación.

Al día siguiente.
En casa de un joven universitario.

—Brandon, ¿Cuentame como te ha ido  este primer año en la Universidad?

—Padre, me esta llendo super bien.
Me encanta mi carrera de derecho.
Siempre había soñado con ser abogado.

—Me imaginaba que te estaba yendo bien.
Y sí hijo, tú tenías once años cuando nos dijiste a tu madre, y a mi.
Padres, efectivamente estudiaré derecho.

—A esa edad tenía sobrepeso.
Dure dos años al lado de nutricionistas para poder comer más saludable.
Quería llegar a ser un joven que tuviera un cuerpo delgado, y verme bien, para cuando llegara a estudiar en la Universidad, y ejercer mi trabajo.
Queria estar tranquilo ya que como   sabes, si uno es obeso puede tener varios problemas de salud.

—Correcto hijo.
¿Hoy qué harás?

—Quiero ir un rato al parque.
Yo estoy listo ya para salir.
Básicamente que llegaste antes de que me fuera.

—Bueno hijo.
Ve a despejarte un rato. —expresa el padre, y Brandon se va al parque.

Mientras con Samanta.
Ella estaba en el parque sentada, con lágrimas en sus ojos.
Tenía una angustia terrible, al pensar lo que le había dicho su padre de la amenaza de muerte. 

—¿Por qué le pasa esto a mi familia?
¿Qué haremos?
Mi papá seguro debe mucho dinero, y no lo puede pagar.
¿Qué pasará con nosotros?

—Niña, tras de obesa, llorona.
¿Vienes al parque a estar llorando o qué? —expresa una chica quien era más joven que Samanta.  

—Por favor.
No me molestes que no me siento nada bien.

—¿Cómo te vas a sentir bien si tienes sobrepeso chica?
Mírame, yo soy super delgada.
Y me siento super bien de salud.
 
—Que bueno que usted se sienta bien.
Ahora, por favor déjeme tranquila.

—Bueno me voy.
Pero no sin antes decirte que recuerdes mi nombre.
Soy Sabrina, una chica delgada y guapa de lo cual tu jamás llegaras hacer. —le dice, y se retira.

—Típico.
En este mundo hay jóvenes humildes, pero también hay unas que se creen mucho.
Yo no me creo mejor que nadie.
Más bien me siento en ocasiones menos que las demás chicas. —se decía Samanta para sí misma, pero aun con lágrimas en sus ojos.

—Hola, disculpe muchacha.
Yo no la veo bien.
¿La puedo ayudar en algo?
 
—No, joven.
Nadie puede ayudarme con lo que estoy pasando.
Esto es algo que no le veo solución.

—Sé que soy un desconocido, pero no soy una mala persona.
Me llamo Brandon, y estoy estudiando derecho.

—¿Enserio?
 
—Sí, hablo muy enserio.
¿Usted cómo se llama?

—Soy Samanta.
Aún estoy en la secundaria, pero este año me graduo.

—Que bueno.
¿Y tienes una carrera?

—No, la verdad no se que debería estudiar.
 
—Tendrías que pensarlo muy bien.
Ojalá pronto sepas que puedes estudiar.  

—Sí.
Tendré que ver.

—Que bello sos.
Me pregunto por qué un joven tan guapo habla con esa chica con sobrepeso.

—Me pregunto porque hay personas insensibles, y groseras en este mundo.  —expresa Brandon.

La chica no dice nada, pero tirá una piedra con el objetivo de darle a Samanta.
Sin embargo; algo no salió como esperaba la joven.
Ya que el impacto lo recibió el joven Brandon. 

El diario de una fea. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora