La tierra repleta de cesped verde temblaba bajo sus zapatillas de tacon y ella podía sentir las vibraciones bailar por su columna vertebral. Le gustaba estar en tierra, le agradaba la sensación de tener donde caer, pero amaba más la sensación de estar bailando junto al viento. Le encantaba estar sobre los demás, elevarse a una distancia que no cualquiera podría.
Akemi comprendía que era poderosa, y le encantaba que los demás lo supieran con solo observar su figura.
Cruzó sus brazos sobre su pecho y dió unos pasos de manera peresoza hasta llegar junto a Elizabeth, quién observaba la pelea de Meliodas contra Diane. — Preferiría seguir peleando con ella, pero Meliodas me robó el protagonismo. — Apoyó su mano sobre los cabellos oscuros del niño que acompañaba a Elizabeth, quién ya había retirado su sombrero a pedido de la peliegra de ojos rojizos.
— ¿Por qué querría pelear, señorita? Mi padre dice que es peligroso. — La observó aún teniendo su mano sobre su cabeza, disfrutaba como las largas uñas de la fémina jugaban con el.
Akemi parecía meditarlo a la par de Meliodas azotando los brazos de Diane con fuertes patadas. — Porque cuándo sabes que no corres riesgos, es divertido. También es divertido ver la frustración de tu enemigo, — Sonrió. — eso me hace realmente feliz.
— ¿Por qué no corre peligro? — Cuestionó con la curiosidad plasmada en su añiñado rostro.
— Mhmm, — Se removió en su lugar. — porque soy muy poderosa.
Retiró su toque dando unos pasos de forma energética.
— ¡Paren esto ya! ¡Ni siquiera me estan dejando participar! — Dijo indignada dejando al grupo a sus espaldas. A la par de sus pasos, sus manos a los costados de su figura comenzaban a cubrirse por hilos escarlatas. El duo de Pecados hizo caso omiso a sus palabras, por lo que movió sus manos hacía las siluetas de ambos, viendo como un rayo de luz chocaba contra las frentes de los susodichos y sus ojos tomaban un fuerte color rojo.
El par giró automaticamente observando a la mujer, quién sonreía cómo si fuese una niña con un juguete nuevo.
— ¡¿Qué es lo que les esta haciendo, Señorita Akemi?!
— ¡No me desconcentres, Elizabeth, temo reventarles el cerebro! — Dijo aún en su posición, aunque su voz sonaba frustrada. Como si hiciera un berrinche.
— ¡¿Es enserio?! — Preguntó alarmada. — ¡Lo siento!
— Obviamente no lo es, Elizabeth. — Nego moviendo su rostro de un lado al otro, moviendo su larga cabellera en el proceso. — No entiendo por quién me tomas.
Suspiró volviendo su atención a Meliodas y Diane.
— Bueno, basta de ver conejillos y flores. — Aplaudió rapidamente, haciendo que Diane observara el suelo con el seño fruncido, mientras que Meliodas dejaba de acariciar el suelo cubierto de cesped verde. — No creí que sus mentes fuesen tan faciles de controlar, me decepconan, chicos. — Fingió limpiar las lágrimas imaginarias que caían por sus megillas y bastó con que su dedo índice que moviera un poco para que sus dos amigos cayeran de rodillas al suelo con una expresión aturdida. — Era la unica manera de traerlos de vuelta. — Mintió cuando los hilos escarlatas comenzaban a desaparecer de los alrededores de ambos Pecados, quiénes la observaban fijamente sin comprender lo que sucedía.
El niño corrió tomando su falda en el proceso de colocarse a su lado. Akemi achicó los ojos ante el atreviento. — Un niño de campo no suele tener ese acercamiento con la gente que no conoce. — Se movió a un lado actuando cruel al arrebatar su atuendo de las manos del infante. Este le dio una rapida mirada que cuando se topó con la suya, comenzó a aguarse. Dió unos golpes en sus cabellos como forma de consolación, pero aún así mantuvo la distancia.
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RESENTMENT─── ban ¹
Fanfic╰─► ❝ we love sins united by the same love, loved by the same person ❞ La avaricia y el resentimiento parecían complementarse a traves del egoísmo, pero esta vez eran unidos por el sincero amor de dos Pecados culpa...