「 ✦ 𝐃𝐎𝐒 ✦ 」

0 0 0
                                    

Bakugo caminó por el pasillo sintiendo una mezcla de alivio con tristeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bakugo caminó por el pasillo sintiendo una mezcla de alivio con tristeza. Tal vez debería regresar a aquella oficina y decir todo lo que estaba pasando, pero, en realidad, no necesitaba las palabras de su profesor en ese momento; sólo quería escuchar la voz de Izuku.
«Qué más da, es absurdo», se repetía a sí mismo entre sus pensamientos. Mismos que giraban incesantemente entorno a Izuku. En sus sueños siempre estaban juntos, pero fuera de ellos, ninguno de los dos entendía el porqué se conocían.

Era demasiado tarde para seguir en la escuela, así que caminó en dirección a la salida.
Andando por los pasillos notó que ya no había personas en los salones y que la mayoría de los pasillos estaban apenas iluminados con la tenue luz que se colaba por las ventanas.
La oscuridad del pasillo lo inquietaba; se sentía observado, aunque no podía determinar si era por la escasa iluminación, la falta de sueño o si realmente alguien lo estaba siguiendo.

Siguió avanzando por el pasillo, tratando de ignorar sus pensamientos, hasta que escuchó una voz muy familiar.

—¡Kacchan!— Exclamó una voz a lo lejos llamando la atención del rubio.

Bakugo se detuvo en seco y se giró rápidamente, sentía que su corazón saldría de su pecho, estaba asustado. Pero cuando vio a Izuku acercándose, una oleada de sorpresa y alivio le invadió. No esperaba ver a su amigo, considerando todo lo que había estado ocurriendo estos últimos días.

—¿Qué haces aquí a esta hora?— Preguntó el rubio, intentando recuperar el aliento.
Izuku sonrió ante la reacción de su amigo.
—No habías llegado a los dormitorios, así que vine a buscarte.—

Bakugo frunció el ceño, sintiéndose tranquilo en una mezcla de leve irritación.
«¿Qué es lo que ve en mí?» Pensaba vagamente.

—No era necesario que vinieras, podías mandarme un mensaje.— Dijo caminando a la par de su compañero.
—Lo sé, es sólo que quiero hablar contigo.— Explicó, mirando el perfil del más alto. Bakugo no dijo nada, pero Izuku sabía que su amigo estaba esperando a que hablara.
—¿Sobre qué? — Preguntó Bakugo, curioso sobre lo que Izuku pensaba decirle.

El joven más bajo miró durante unos segundos a su acompañante, y tomó aire como si estuviera reuniendo valor para lo que iba a decir.
—Sólo quería asegurarme de que estés bien. He notado que últimamente has estado más... Distraído.—

Bakugo se tensó por un momento, ¿de verdad es tan notable? Se preguntó a si mismo, dándose cuenta de que, con el tiempo sus sueños estaban comenzando a influir en su realidad. El cambio era evidente, especialmente porque Izuku aparecía dentro de sus sueños, pero, ¿por qué?
Con un suspiro contenido, Bakugo intento despejar esos pensamientos.
—Estoy bien, no es necesario que te preocupes por mí.— Dijo en un tono firme, aunque en el fondo sabía que sus palabras no eran del todo sinceras.
—Lo sé, Kacchan.— Respondió —Sólo quiero estar seguro de que estés bien, quiero protegerte.— Dijo Izuku con una sonrisa.
—Eres mi mejor amigo no puedo ignorar tus sentimientos.—

Bakugo se quedó en silencio, sorprendido por la sinceridad de sus palabras. No podía negar sus sentimientos, pero tampoco podía dejarse llevar por ellos.

—Tsk, siempre tan sentimental.— Murmuró Bakugo, pero sus labios se curvaron en una sonrisa suave, como si no pudiera evitar sentirse tranquilo. —Supongo que es bueno saber que alguien está conmigo.—

Izuku asintió, sintiendo que había logrado acercarse un poco más a su amigo.
Mientras seguían caminando, Izuku susurró para sí mismo, en un tono casi inaudible:
—Gracias por confiar en mí.—
Bakugo lo escuchó sin formular oración alguna.

Continuaron caminando en silencio, pero no era de ese tipo incómodo, sino un silencio cómodo, como si no necesitaran palabras para entenderse mutuamente.
El eco de sus pasos podía escucharse suavemente a través de los pasillos vacíos, llenando el espacio con una sensación de calma.
A pesar de la oscuridad, la presencia del otro les brindaba consuelo, un recordatorio de que nunca han estado solos.

La tranquilidad del pasillo los acompaño durante el trayecto, hasta que llegaron a los dormitorios.

Mientras caminaba hacia mi habitación, no pude evitar recordar nuestra conversación de hace un momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras caminaba hacia mi habitación, no pude evitar recordar nuestra conversación de hace un momento. Tal vez me hubiera gustado recibir lo mismo de ti, pero siento que no soy tan especial como tú. Sin embargo no es una inseguridad, es una conciencia de nuestra cercanía. Me siento agradecido de poder seguir contigo, sin saber qué significa exactamente eso.
Si tan solo pudieras decirme que está bien, que no importa lo que pase y que solo importa que estemos juntos... Creo que sería suficiente para ambos. Sé que no puedo esperar para que lo entiendas, al menos no ahora.

Así que me quedé en silencio, mirando el techo de mi habitación. Dejando que mis pensamientos se desvanecieran mientras el cansancio finalmente me alcanzaba.

—Es demasiado tarde.— Susurré, cerrando los ojos, permitiendo que la oscuridad me envolviera.

﹌﹌﹌﹌﹌✩♬ ₊˚.🦋⋆☾⋆⁺₊✧﹌﹌﹌﹌﹌

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

⋕𝗕𝗨𝗧𝗧𝗘𝗥𝗙𝗟𝗬ᵇᵏᵈᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora