CAPITULO 27

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BANGCHAN

Estábamos emocionados por el inicio de los conciertos, los chicos practicaban muy duro y estaba muy orgulloso de ellos. Acabamos de terminar la última coreografía y nos sentíamos realmente agotados.

Necesitábamos un descanso, o al menos los chicos, no quería gastar sus energías antes de tiempo, les di el resto del día libre mientras yo me encargaría del asesoramiento del vestuario.

Y justo en eso era en lo que me encontraba, con Antho y el resto del equipo de imagen nos encontrábamos dando los últimos retoques a los trajes. La pelirroja y yo no solíamos mantener mucho contacto o conversación si habían personas presentes, no solo del equipo sino frente a los miembros también; había decidido que lo mejor sería mantenerlo solo entre nosotros; y vaya que disfrutaba todo aquello, aprovechamos cualquier oportunidad para desatar a rienda suelta las ganas que nos teníamos, pero sin embargo habían límites, aún no sentía correcto tomar algo tan preciado de ella, por lo que evitaba llegar a ese punto y no porque no le tuviera ganas, al contrario moría de ganas por entrar en ella, pero no era tan sencillo.

---Antho, puedes encargarte de organizar--- dijo una de las chicas sacándome de mis pensamientos y regresando a la realidad. La antes nombrada asintió sin mirarla--- Señor Chan ya no es necesario que siga aquí, si quiere puede acompañarnos para almorzar.

Tan importante era su almuerzo, como para dejar a la pecosa sola aquí con tanto por organizar, y está ni siquiera reclamaba, ahora que lo pensaba, ella nunca lo hacía, aceptaba todo lo que le pusieran en el camino, si recuerdo la vez en que nos conocimos, no me dijo nada, la manera en la que la trate estuvo verdaderamente mal, ese día no fue uno de los buenos para mí y estaba bastante frustrado, esa no es excusa para haberle dicho todas esas cosas, pero ella no hizo nada, no dijo nada, solo lo acepto en total silencio, eso fue ese acto lo que me despertó curiosidad hacia ella, pero luego si empezó a ser fuerte conmigo y a no aceptar solo porque era yo mis actitudes, lo que me demostró que no era solo una sumisa, tenía su carácter a pesar de su cara angelical. Eso me mantenía atado a ella, no era como alguien que conociera, ella era bastante exclusiva.

---No es necesario, si es tan importante si almuerzo pueden ir por el.---Les respondí y me dispuse a organizar el lugar ellas solo me miraron de mala manera y salieron.

---No era necesario que hiciera todo aquello--- la pelirroja había terminado su trabajo con el traje, mi traje específicamente y lo estaba guardando mientras hablaba--- yo siempre me ofrezco a limpiar el lugar.

Eran en serio lo que decía, ella tenía una ligera obsesión por el trabajo o estaba teniendo problemas en casa como para evitar volver.

---Porque te ofreces o aceptas hacer trabajos que no te corresponden, esto debería hacerlo ellas no tú sola?---le dije y ella solo levanto una de sus cejas en respuesta y comprendí lo que había dicho, era eso lo que generalmente yo hacía con ella, pero de mi parte había una razón, me gustaba tenerla cerca, confiaba en ella y admitía que hacia bien cualquier cosa que se le era propuesto--- vale vale, eso yo lo hago, pero esa parte no importa, a tu familia no le molesta que trabajes tanto?

---Yo no tengo familia--- respondió de manera fría, no había ninguna expresión en su rostro y eso me hacía imposible llegar a entender a qué se refería con aquellas palabras.

---te refieres aquí en Corea?--- me atreví a preguntar, quería saber más.

---No--- respondió negando con la cabeza--- mis padres murieron hace mucho y mi abuela también todo eso antes de venir a vivir aquí.

Entre tantas cosas, no imaginé que ella hubiese pasado por cosas así.

---Lo siento no debí preguntar.

---No importa, eso ya fue hace mucho--- intento restarle importancia, pero la frialdad del inicio había desaparecido y fue tomada por un semblante de tristeza. Me sentía culpable por hacerla sentir así.

Desde cuándo me importaba como se sentía alguien?

Ignore aquella pregunta y actúe a como mejor creía que debía.

---Debes tener hambre, vayamos a comer---le ofrecí y la tomé por los hombros sacándola del lugar, ella se sorprendió un poco por mi actitud repentina pero acepto ser guiada.

---Vayamos pero solo si yo decido el lugar.

---Y desde cuándo tu decides?--- bromeé con ellas, pero solo me gane una mala mirada de parte de ella y levanté mis brazos como símbolo de paz.

Subimos al auto y dejé que ella guiará el camino. El lugar era bastante apartado, no llegamos a salir de la ciudad pero si lo suficiente como para no ser reconocidos por nadie. Ella saludo a la dueña del lugar, por lo que notaba si solía venir a menudo, ya que la señora le pregunto si quería lo de siempre y la pecosa solo asintió ordenando por los dos y la dueña se marchó.

---Entonces este es el lugar del que los chicos tanto hablaban--- era una pequeña mentira, ya que nunca había escuchado a los chicos decir algo así, pero quería saber si había traído a alguien más aparte de mi, pero su expresión de confusión me dió la respuesta que quería.

---Eres la primera persona que traigo aquí, y no creo que los chicos conozcan de este lugar, así que deben de hablar de otro.--- explico mirando a través de la ventana disfrutando de la vista.

Aquellas palabras tranquilizaron algo en mi, pero al mismo tiempo despertaron algo más, que no lograba identificar bien y aquella extraña sensación en mi estómago volvió tan fuerte que no fue tan facil ignorarla. Más a un la manera tan pura en la que la pelirroja sonreía, lo serena que se miraba no ayudaban ella se notaba en paz y ahí supe que este era su lugar tranquilo formaba parte de un lugar seguro.

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