"EL VEREDICTO DEL DESTINO" [2] 🐈 ©

Capítulo 17. Expedientes.

✨Jenna Nattxon✨

Me senté en la mesa de conferencias, los expedientes que Blake me había dado abiertos frente a mí, pero mi mente no podía concentrarse. Las páginas estaban llenas de información crítica sobre la, organización las víctimas, Cootford, detalles que necesitábamos analizar y discutir, pero todo lo que podía pensar era en el reencuentro con Henry. Su rostro, su voz, cada palabra que había salido de su boca resonaba en mi mente como un eco interminable.
¿Cómo era posible que después de tanto tiempo, la vida decidiera volver a cruzar nuestro camino? Habían pasado cinco años desde aquella dolorosa separación, y aún así, aquí estaba, enfrentando la realidad de que estaba otra vez en la misma habitación que él. Una parte de mí quería creer que había superado el pasado, pero el encuentro había reavivado todas las emociones que había intentado enterrar. La frustración, el resentimiento, y, por supuesto, el deseo, todo se agolpaba en mi pecho, como un torbellino que no podía controlar.
Las desgracias siempre parecían perseguirme. Cada vez que pensaba que había encontrado un camino claro, que había logrado avanzar, algo o alguien aparecía para recordarme el dolor que había dejado atrás. Y Henry era ese recordatorio. No solo era el hombre que había amado, sino también el que había estado allí en el momento más oscuro de mi vida. La culpa me perseguía, y cada vez que lo veía, sentía que las heridas de aquel pasado volvían a abrirse, como si nunca hubieran sanado del todo.

Miré al expediente más cercano, intentando obligar a mi mente a enfocarse en las palabras impresas, pero todo lo que veía era la imagen de Henry mirándome, su expresión llena de sorpresa y esa chispa de dolor que ambos conocíamos demasiado bien. Sus besos, recordar todo vuelve a encender una llama en mí que creía extinguida. La conexión que habíamos compartido era innegable, y, sin embargo, esa conexión estaba teñida de un resentimiento que no podía ignorar.
¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué no podía simplemente dejarlo en el pasado y seguir adelante? Era frustrante, desalentador incluso. Cada vez que intentaba concentrarme en los expedientes, mi mente se deslizaba de nuevo hacia él, hacia lo que había sido y lo que nunca podría ser. Henry había sido una parte importante de mi vida, y su regreso solo complicaba las cosas.
Tomé una respiración profunda, tratando de centrarme en el caso ante mí. Sabía que tenía que dejar de lado mis sentimientos y concentrarme en lo que realmente importaba: las víctimas que necesitan justicia y las respuestas que debíamos encontrar. Pero, a pesar de mis mejores esfuerzos, la sombra de mi pasado seguía acechándome, recordándome que, aunque el tiempo había pasado, los lazos que había formado no se desvanecían tan fácilmente.
Me pregunto si alguna vez podría liberarme de esta carga, si alguna vez podría encontrar la paz que tanto anhelaba. Tal vez la vida tenía sus propios planes, y tal vez, solo tal vez, este reencuentro era una oportunidad para cerrar ciclos y enfrentar lo que había quedado sin resolver.

Pero en este momento, lo único que sabía con certeza era que, aunque intentara concentrarme en el trabajo, una parte de mí seguiría atada a Henry de por vida, y esa conexión sería difícil de romper.
Mientras intentaba concentrarme en los expedientes, la puerta de la oficina se abrió suavemente y Jackie asomó la cabeza. Su mirada, siempre perceptiva, se posó en mí, y pude ver que había notado mi malestar.

—¿Jenna? ¿Estás bien?—preguntó, su tono lleno de preocupación.

Apreté los labios, intentando desviar la mirada de los documentos frente a mí. —Sí, claro. Solo... hay mucho en qué pensar.— respondí, forzando una sonrisa que no llegó a mis ojos.

Jackie entró y cerró la puerta detrás de ella, dando un paso hacia mí. — No pareces bien. He trabajado contigo el tiempo suficiente para saber cuando algo no está bien. ¿Es por lo que encontramos en los archivos? ¿Te está afectando más de lo que quieres admitir?