CAPÍTULO 3

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Recogimos la tienda y las demás cosas. Debíamos volver, ya que si no lo hacíamos, de seguro mis hermanos enviarían a los soldados a buscarnos. Seguí mirando hacia el horizonte, en busca de Xataka. Eran ya tres meses desde la batalla en la nueva tierra. Mucho tiempo sin saber de él.

Temía que los Shiyloper se hubieran dado cuenta de que Xataka me había ayudado. Sí eso fuera cierto, él ya estaría muerto.

-Amor, ¿estás lista?

Gaviota y Raza habían llegado muy temprano, y ya estábamos listos para emprender el camino de regreso.

Escuché un zumbido, un sonido agudo; se me erizo la piel, porqué lo reconocí, era el mismo. De manera inmediata con la yema de mis dedos, me tapé los oídos, para evitar que aquel sonido me hiciera daño.

Levante la vista y me encontré a Ofir de rodillas, intentaba no hacerle caso al arma sonora. A él se le hacía más difícil. Cerré los ojos, e intenté avanzar hasta Ofir. Llegué a su lado y lo tomé con mis brazos. Lo envolví y acerqué su cabeza a mi pecho.

-Tranquilo, puedes con esto.

Intentó zafarse de mí, haciéndome a un lado. Lo tumbé al suelo y me puse sobre él, sujetándolo con mis rodillas. Coloqué mis manos sobre las suyas que se encontraban en sus oídos. Lo miré fijamente y él hizo lo mismo. Estaba temblando, su cuerpo se movía de manera fuerte debajo de mí.

-Ofir, enfócate en mí, ya pasará.

Su mente le ordenaba que se quedara conmigo, pero su cuerpo le exigía avanzar hacia la nave enemiga. No importaba nada en esos momentos, solo salvarlo. Empecé a besarlo, mientras aún seguía el sonido. Gaviota y Raza se removían nerviosos, ellos presentían lo que estaba pasando.

Ofir dejó de moverse, soltó un suspiro, y se relajó. Retiré mis manos, el hizo lo mismo con las suyas. Me tomó de la cintura y me pegó más a él. Duramos por más de cinco minutos en esa posición, hasta que el sonido cesó por completo. Me levanté con cuidado, la nave aunque no era visible debia estar en un lugar no muy lejano. Mi cabeza martillaba, y me dolían los músculos, había logrado sobrevivir al ataque, pero era muy peligroso estar allí.

-¿Estás bien? -pregunté.

-Sí, me siento un poco mareado, pero estoy bien. ¿Y tú?

-Estoy bien, sin embargo debemos irnos de aquí cuanto antes. Los Shiyloper se dieron cuenta de nuestra presencia.

Eso comprobaba que el traidor seguía entre nosotros. Y ese alguien, les había informado a los Shiyloper acerca de nuestro paseo.

-Tienes razón, pero si los Shiyloper saben que estamos aquí, lo más probable es que el príncipe también lo sepa. Y siendo así, él debe venir a buscarnos.

Ofir estaba en lo cierto, tendríamos que arriesgarnos o irnos sin hablar con Xataka.

-Escondámonos cerca de la muestra que dejé, si Xataka viene, lo veremos primero.

Llevamos todas nuestras armas, y caminamos hacia el sitio en el cual habíamos dejado el collar. Alcé la vista al cielo, y a lo lejos vi algo que me dejó atónita.

Las naves de los Shiyloper estaban allí, eran tres de ellas. Habían vuelto, después de que tenía la esperanza de que no volverían, lo hicieron. Nos escondimos detrás de una gran roca. Ofir saco los binoculares, y empezó a observar el horizonte.

-Hay muchos, los soldados están haciendo sus tiendas. También parece que hay algunos formando filas.

-No puedo creer que después de lo que sucedió, tengan el descaro de volver a nuestras fronteras. Están a pocos pasos de nosotros, y estoy segura de que querían capturarnos.

Trilogía mañana 3 (LIBERACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora