Capítulo 28

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La tensión en la sala de espera era palpable, como una sombra oscura que se cernía sobre todos. Cada segundo parecía un siglo, y el silencio se rompía ocasionalmente por los sollozos ahogados de Ruslana o los suspiros nerviosos de los demás.

De repente, el sonido de pasos apresurados resonó en el pasillo, y la puerta de la sala de urgencias se abrió nuevamente. Esta vez, no fue el médico, sino una enfermera que se dirigió directamente a Ruslana.

"TN ha despertado, pero está muy débil. Preguntó por ti", dijo la enfermera con suavidad. "Puedes verla, pero solo por unos minutos."

El corazón de Ruslana se aceleró. Se levantó con torpeza, sus piernas temblando mientras seguía a la enfermera por el pasillo. Los otros la miraron partir, sus expresiones una mezcla de esperanza y miedo. Violeta la alcanzó y le apretó el brazo, ofreciéndole una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora.

"Estoy aquí, Rus. Pase lo que pase, estoy contigo", susurró Violeta.

Cuando Ruslana entró en la habitación, sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a TN, conectada a varios monitores, su rostro pálido y cansado. Los ojos de TN se abrieron lentamente, y cuando vio a Ruslana, una débil sonrisa se dibujó en su rostro.

"Rus..." murmuró TN, su voz apenas audible.

Ruslana se acercó rápidamente, tomando la mano fría de TN. "Estoy aquí, TN. Perdóname, por favor. Todo esto es culpa mía. No debí... No debí dejar que las cosas llegaran a este punto."

TN intentó hablar, pero el esfuerzo parecía agotarla. Sus labios temblaban mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. "No es tu culpa... Yo... yo también... cometí errores."

Las lágrimas caían silenciosamente por el rostro de Ruslana mientras apretaba la mano de TN. "Te juro que haré todo lo que esté en mi poder para que te recuperes. No te dejaré sola, nunca más."

En ese momento, una alarma comenzó a sonar desde uno de los monitores. El corazón de TN estaba latiendo irregularmente. La enfermera entró de inmediato, su rostro se tornó serio, e hizo un gesto a Ruslana para que se apartara. "Lo siento, pero tienes que salir ahora. Necesitamos estabilizarla."

Ruslana se resistió, pero la enfermera insistió, sacándola suavemente de la habitación. Las puertas se cerraron ante ella, dejándola nuevamente en el pasillo, sola con su desesperación.

Regresó a la sala de espera, donde el grupo la recibió con miradas expectantes. "TN despertó, pero algo no está bien... Su corazón...", dijo, su voz temblorosa.

Antes de que pudieran procesar la información, Javi apareció en la entrada de la sala de espera. Su rostro estaba pálido, y su expresión era un reflejo de la culpa que lo atormentaba. Los ojos de todos se posaron en él, pero fue Martin quien dio un paso al frente, señalándolo con un dedo acusador.

"¡Javi! ¿Qué demonios hiciste?" gritó Martin, su voz llena de rabia.

Javi levantó la mano, en un gesto de rendición. "Yo... lo siento. No tenía intención de que esto llegara tan lejos. No sabía que TN tenía esa condición.

""¿Qué estás diciendo?" Ruslana lo miró, confundida, mientras el resto del grupo lo rodeaba, cada uno con una expresión de furia contenida.

De repente, el teléfono de Javi sonó. El tono resonó en el tenso silencio, y todos lo observaron mientras sacaba el dispositivo con manos temblorosas. En la pantalla apareció un nuevo mensaje de WhatsApp: "Todo salió según lo planeado. Espero mi pago.

"Kiki, que estaba lo suficientemente cerca, alcanzó a leer el mensaje antes de que Javi pudiera bloquear la pantalla. "¿Qué es esto, Javi?" exclamó, arrebatándole el teléfono de las manos.

RuslanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora