lugar de origen

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El polvo anteriormente posado en el suelo comenzó a ser movido de su lugar gracias a la escoba del británico, escuchaba una linda canción que resonaba desde una radio mientras tarareaba. Aquel día Argentina trabajaba así que no lo vería hasta la noche, pensaba cocinar algo sencillo para la cena ya que no tenia muchas ganas de preparar nada elaborado.
En un momento sus ojos se posaron en la ventana y se vió a si mismo en el reflejo, su sonrisa lentamente desapareció y miró su escoba para luego tirarla al suelo con sorpresa ¿que le pasaba? ¿No tenia orgullo acaso? Se veia tan patético.

Pronto comenzó a reflexionar, ¿como llegó a todo esto? Era un amo de casa casado con un tercermundista, él, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Miró sus manos y comenzó a reflexionar, ¿eso había elegido? ¿Vivir de forma tan hogareña con un hombre tan...tierno y simpatico? Ok definitivamente Argentina no era el problema, el problema era él.
Intentó tranquilizarse, comenzó a contar, uno, dos, tres...espera ¿estaba contando en español? Bueno, era obvio que lo estaba haciendo, despues de todo era un idioma que escuchaba seguido desde hace un par de años.
Muchas preguntan vinieron a su mente de un momento a otro, sobre todo la más importante ¿que hacia ahí? Y ¿Realmente estaba por amor o simplemente no tenia otra opción?

Tomó una bocanada de aire, sintió de repente como si se estubiera ahogando, solo era un pequeño ataque de panico, ya pasaria ¿verdad?
Decidió ir a prepararse un té para lograr tranquilizarse, puso la pava a calentar y esperó impaciente a que se calentara, no entendía lo que le pasaba, nunca había tenido esos pensamientos antes.
Finalmente pudo prepararselo y beberlo, pero al dar el primer sorbo se dió cuenta que algo no estaba bien, no tenia el mismo sabor estimulante ni siquiera cuando le agregaba leche. Decidió dejarlo reposando unos cinco minutos más pero ni así conseguia el mismo estimulante sabor que tanto le gustaba, era demasiado...simple y monotono.
Tras eso su angustia creció más, no entendía lo que le pasaba pero definitivamente no era algo bueno. Finalmente siguió con su día pero con aquel sentimiento aunque más leve aun presente.

Durante la noche Argentina sentia que algo andaba mal, notaba a su esposo más torpe de lo normal y mucho más distraido, en la cena decidió confrontarlo.

__¿estás bien?__preguntó con un tono preocupado, el británico asintió.

__si...solo he estado muy ocupado con la casa__rapidamente intentó desviar el tema__¿como te fue en el trabajo?

__algo te pasa.

__no me pasa nada, deja de ser tan insistente.

Todo quedó en silencio de repente y ambos se concentraron en su alimento, despues de unos veinte segundos el británico preguntó.

__¿porqué el té acá es tan soso?

__para mi es muy rico.

__pero no tiene esos toques amargos o acidos, simplemente se siente como agua caliente con saborizante y aromatizante__dio un soplido frustrado.

__¿no se supone que el té es eso?__Argentina se notó muy confundido ante la actitud tan extrañamente malhumorada del británico.

__el té es más que eso, es un honorable producto chino que me a marcado desde hace decadas__se apoyó contra la mesa mientras daba un suspiro.

Argentina hizo una mueca, dandole entender que se sentía un tanto incomodo con su actitud, Reino Unido calmó un poco más su expresión y dijo.

__ultimamente me siento...mal, Argentina, extraño mi hogar.

Tras confesar eso Argentina se quedó callado, no sabiendo exactamente que contestar, tras unos segundo por fin habló con una sonrisa comprensiva.

__te llevaré ahí en cuanto pueda.

Reino Unido lo miró impresionado.

__Argey, no hace falta.

__mantienes la casa limpia, me cocinas y te adaptaste a la perfección a mi idioma, te mereces eso y más.

El británico se sentia muy avergonzado, sabía que no sería nada barato y eso lo ponía más nervioso, no sentia que se lo meresiera.

__pero-

__ya está decidido.

Tras el tono firme del argentino, Reino Unido se quedó callado, finalmente aceptó la idea, sonrió y se quedó mirandolo fijamente sin que el otro lo notase.
Ese día al europeo se le ocurrió que solo el amor de su vida sería capaz de hacer algo así por él.

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