𝟶𝟾 • 𝚂𝚞 𝚜𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊

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Rob: ¡Levantate!

Con las manos temblorosas trato de recargarme en el suelo para tratar de levantarme, apenas me levanto un poco siento una patada en mi abdomen que vuelve a tirarme.

Cassandra: ¡Robert, por favor cálmate!

Las voces suenan distorsionadas, hay vidrios por todos lados del suelo y aunque mi visión se encuentra mal, logro ver a la esposa de papá pararse frente a mi tratando de detenerlo.

Sus tacones de suela roja son tan altos que si se tuerce un pie terminaría rompiendo su tobillo, con un empujón de papá podría terminar en el hospital. Sin embargo, aún así se atreve a tratar de protegerme.

Rob: ¡No te quiero volver a ver, hijo de puta, debí dejar que la zorra de tu madre te llevará con ella, que te alejara de mi! ¡Eres una maldita desgracia!

Trato de mirarlo, limpio con lentitud la sangre que gotea por mi nariz. Escucho a papá aún gritar, pero no entiendo ni una palabra de lo que dice. Su voz me aturde, me levanto como puedo; recargando mi cuerpo en las paredes y tratando de mantenerme de pie.

Aún pelean, gritan, se enojan y de vez en cuando papá finge que le va a dar una cachetada. Cassandra es una mujer que papá conoció cuando ella tenía 12 años. Aunque ella podría fácilmente ser su hija, a él no le importa, tampoco le importa que solo este con él por el dinero que le da.

Me recargo de espaldas en la pared, mirándolos pelear, aunque me es casi imposible lograr ver bien sus siluetas. Sus voces son distorsionadas. En un abrir y cerrar de ojos los gritos de pelea se convierten en gritos de pánico.

Me enderezó sin entender que sucede y aunque tambaleó me acerco. Cassandra grita asustada repite el nombre de papá y está agachada en el suelo tratando de despertarlo.

Los miro con un sentimiento extraño en mi estómago.

Cassandra: ¡Es nuestra culpa, lo siento!

◁▽▷

T/n: ¿Aidan? -miro a mi lado. T/n me observa curiosa- ¿Estás bien?

Asiento y como mi desayuno sin decir nada más. Siento aún su mirada sobre mi, pero no digo nada. No soy capaz de mirarla a los ojos después de que prácticamente la empuje lejos de mi cuando se me insinuó de aquella manera.

Evan: hay algunas cosas que no entiendes de los hombres, hija.

El padre de T/n llega despeinado su cabello. Me enderezó mientras lo miro sentarse junto a nosotros en la mesa y tomar de su café.

Aidan: buenos días.

Él me sonríe y sigue hablando con T/n. Los miro en silencio. ¿Cómo podría acostarme con ella estando su padre en casa? Miro de nuevo mi plato, notando que ya está vacío, así que me levanto y lo lavo.

Aún siento una ligera presión en mi parte baja, como si mi cuerpo necesitará solo un estimulante más. El teléfono suena y el señor Evan responde, así que aprovechando que está distraído regreso a mi habitación.

T/n: ¿Me puedes llevar a la universidad?

Miro detrás de mi, al pie de la puerta está T/n, mirándome con sus mejillas sonrojadas.

Aidan: siempre te lleva tu papá, ¿no?

Ella asiente, se acerca y se sienta en la orilla de mi cama, mirándome desde abajo. ¿Por qué soy yo el avergonzado? Ella fue la rechazada, no yo. Aparto la mirada y suspiro.

𝐄𝐱𝐢𝐥𝐢𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐄𝐝𝐞́𝐧: 𝐄𝐥 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 +𝟏𝟔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora