𝟷𝟺 • 𝙲𝚎𝚕𝚘𝚜 𝚒𝚕𝚒𝚖𝚒𝚝𝚊𝚍𝚘𝚜

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Dejo mi laptop sobre la mesa y miro a los lados, viendo al resto de mis compañeros platicando o viendo su celular. En la otra esquina del aula están Lucas, Tami y Danna hablando entre risas.

Vuelvo la mirada a mi laptop y me recargo sobre mi mesa, ignorando la voz de todos. La clase comienza, sin embargo, luego de unos minutos, al salón ingresa un chico de tés morena. Viste con elegancia y tiene una sonrisa tan bonita que incluso siento envidia.

Se presenta ante el salón, diciendo en un tono cálido: "Soy Dylan Brown". Las demás mujeres se ven tan emocionadas. El maestro le pide tomar asiento, lo veo buscar con la mirada y después se acerca a mi y se sienta a mi lado.

Dylan: vengo de intercambio desde Francia

Lo miro al escucharlo hablarme, él también me ve con una agradable sonrisa en su rostro. Me quedo unos segundos en silencio sin saber que responder. Ciertamente no parece Frances. Iniciando por su apellido que grita que es de Estados Unidos o Inglaterra y su gran pronunciación.

T/n: no pareces.

Hablo bajito algo apenada; él suelta una risita y asiente.

Dylan: mis padres son estadounidenses, yo nací en Francia y me crie allá, sin embargo, mis padres me hablaron en su idioma de nacimiento desde pequeño.

Yo asiento y ya más en confianza le devuelvo la sonrisa. Supongo que tengo suerte. Tal vez con Dylan cerca, no voy a tener que estar sola todo el tiempo en la universidad sintiéndome como una zombie en medio de tanta gente.

NARRA AIDAN

Mordisqueó la barra de chocolate en mi mano mientras espero pacientemente frente a la universidad de T/n. En la radio se reproduce Until I Found You así que golpeteo ligeramente el volante con mis dedos al ritmo de la canción.

Me detengo cuando noto como empiezan a salir en grupos de la universidad. Bajo el volumen y guardo mi chocolate en la guantera mientras miro por la ventana del auto, esperando a que T/n salga por la gran puerta de la universidad.

Suspiro esperando por ella. Normalmente es de las primeras en salir. Al inicio pensaba que simplemente era coincidencia, pero me he dado cuenta que ella corre para llegar más rápido hacia mi.

Pasan 20 minutos y ella sigue sin salir. Salgo del auto y me recargo en este sin dejar de mirar hacia la puerta. Aunque ya no salen tantas personas, siguen habiendo unas cuantas a los alrededores.

Giro mi cabeza unos segundos hacia la calle y cuando vuelvo a mirar hacia la universidad, veo a T/n ya saliendo, sin embargo, está vez no viene sola. Lleva una gran sonrisa en su rostro mientras habla con el hombre que camina a su lado. Ambos se ven tan amables que cualquiera pensaría que son pareja.

Tenso mi mandíbula y, aguantando las ganas de golpear a aquel idiota que va a su lado, solo acomodo mi cabello y relamo mis labios.

Aidan: ¡T/n! -grito su nombre, ella me mira y su sonrisa baja un poco-. Apúrate.

Murmuro caminando hacia ellos y sin decir nada más la agarro del brazo y la llevo conmigo hacia el auto. Siento tanta rabia interna, la cual solo logro sacar apretando su brazo y llevándola casi arrastrando. Me vale una mierda la mirada de todos sobre nosotros; no vivo de lo que esos imbéciles piensen.

La suelto empujándola ligeramente al auto y rodeo, subiendo yo primero. La miro subir al auto, se ve avergonzada. Subo el volumen en la radio y arranco el auto.

𝐄𝐱𝐢𝐥𝐢𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐄𝐝𝐞́𝐧: 𝐄𝐥 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 +𝟏𝟔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora