Mentir, Engañar...

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Estaba lloviendo afuera, dudaba si Tord vendría a visitarme, ya hace unos días he estado enfermo y me ha escrito diciendo que me visitaría pero no veo acción de aquello..


Mire por mi ventana esperando ver el paraguas que utilizaba Tord para las lluvias.

Esperé.., esperé y esperé.. tal vez debería rendirme. Agarre un paño para limpiarme la nariz que soltaba algo de mucosidad por mi nariz.

Bajé mirada triste, realmente quería Tord estuviera allí, aunque eso me hiciera ponerme un cubrebocas para no contagiarlo, anhelaba su presencia.

-¡Tommy, tienes visita! -. Escuche la voz de mi madre y después la puerta de mi habitación que tocaba.

Pensé que era Edd o inclusive Matt, pero ellos ya me habían venido a visitar por la mañana, me levanté y abrí mi puerta, encontrándome con la persona que tanto quería ver.

-¡Tord! -. Pero me cubrí la boca para ponerme un cubrebocas, cuando ya lo tenía lo mire sonriendo. -Pensé que no vendrías.

Le di paso a mi habitación, Tord solo me sonrió y se sentó en mi cama.

-¿Te encuentras mejor? -. Poca fue la emoción que escuchaba en su voz.

Mis ojos recayeron un poco, me senté un poco lejos en la cama para que no lo contagiará.

-Sip.. un poco mejor -. Me quedé en silencio, bueno, los dos nos quedamos en silencio.

El ambiente estaba un poco tenso, lo mire y no sé que me sucedió que mire a su cuello y estaba con una marca de labial.. era un beso... Sentí como si mi corazón se fuera a quebrar, sentí como si todo se caía abajo.

-Tord.. ¿Por qué tienes ese beso..? -. Le pregunté, note como Tord se alarmó y se cubrió.

-No es nada, fue mi mamá -. En su voz noté la mentira.

-No me mientas, yo sé perfectamente que tu madre no te da besos y mucho menos allí -. Me levanté molesto.

El ceño de Tord se frunció, quitando su mano del beso.

-Bueno, si vas a estar así, mejor me largo, maldito celoso y tóxico -. Se levantó, y al salir, azotó la puerta.

Me quedé en silencio, me quite el cubrebocas y empecé a sentir como las lágrimas se asomaban por mis cuencas, pero cuando las quise detener ya estaban resbalando por mis mejillas y cayendo al suelo, no eran lágrimas pequeñas, eran grandes y a montón.
Apreté con mi mano mi camisa con fuerza, sintiendo como mi corazón parecía quebrarse en pedacitos.

Tord.. me estaba engañando..

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