La situación en la que me encontraba me generaba una profunda inquietud. La única opción que parecía viable era depositar mi confianza en Hanna, ya que era la única persona que podía ayudarme a salir de este enredo. Sin embargo, a pesar de mi necesidad de apoyo, una sensación de desconfianza se apoderaba de mí, como si todo lo que estaba sucediendo fuera parte de un mal sueño. El misterio en torno al asesinato se volvía cada vez más complejo, y la idea de que confiar en Hanna pudiera ser mi única salida comenzaba a atormentarme.
Abordar este problema en conjunto podría facilitar las cosas, pero la duda me asaltaba: ¿y si cometía un error? Aunque en el fondo sabía que no debía dejarme llevar por el miedo, la presión de la situación me hacía cuestionar mis decisiones. La posibilidad de atrapar a la asesina y llevarla ante la justicia era un objetivo que me motivaba, pero la incertidumbre sobre la lealtad de Hanna me mantenía en un estado de alerta constante. La lucha interna entre la necesidad de colaboración y el temor a la traición se volvía cada vez más intensa.
A pesar de mis reservas, comprendía que la única manera de avanzar era enfrentar mis temores y actuar. La resolución de este caso no solo dependía de mí, sino también de la capacidad de trabajar en equipo, aunque eso significara arriesgarme a confiar en alguien que podría no ser lo que aparenta. La idea de que, al final, podría atrapar a la asesina y llevarla a prisión me daba un atisbo de esperanza, pero la sombra de la desconfianza seguía acechando mis pensamientos. Era un dilema que debía resolver, y el tiempo se estaba agotando.
Observé a mi alrededor, invadida por una sensación de pánico. Nos encontrábamos en medio del bosque, a unos dos kilómetros de la mansión, y por primera vez desde mi llegada, todos llevábamos ropa negra. Brais había fallecido hace poco más de un año, y de manera inesperada, las Miller habían organizado una pequeña ceremonia en este lugar tan alejado. Solo éramos cinco personas en total, y la inquietante posibilidad de que el asesino estuviera entre nosotros me llenaba de temor. Frente a mí, una lápida con el rostro de Brais se erguía solemnemente, rodeada de flores blancas, mientras la lluvia caía sobre nosotros, intensificando la atmósfera de tristeza.
La melancolía y las lágrimas inundaban el ambiente, y no pude evitar que las mías fluyeran. Todos parecían profundamente afectados por la pérdida. Hanna y Hellen se encontraban en el suelo, llorando desconsoladamente junto a la lápida, mientras que Frederik mantenía la cabeza baja, sumido en sus pensamientos. En contraste, Hillary se aferraba a mí, su llanto era silencioso, pero podía sentir cómo su pecho se contrae con cada sollozo. Su rostro estaba escondido en mi pecho, incapaz de enfrentar la realidad de la lápida que marcaba la memoria de su padre.
La escena era desgarradora, un recordatorio palpable de la fragilidad de la vida y del dolor que acompaña a la pérdida. La lluvia continuaba cayendo, como si el cielo mismo compartiera el duelo. En ese momento, comprendí que cada uno de nosotros estaba lidiando con su propio dolor, pero unidos por el recuerdo de Brais. La ceremonia, aunque pequeña, era un tributo a su vida y a la huella que había dejado en nosotros.
Apreté los dientes mientras acariciaba a Hillary, quien se encontraba devastada. El dolor que la consumía era palpable, y en ese momento, recordé a mi padre. Una oleada de ira y tristeza me invadió, y decidí envolverla con más fuerza, tratando de ofrecerle un poco de consuelo en medio de su sufrimiento.
La ceremonia que estábamos presenciando me parecía una farsa. La mayoría de los presentes tenían motivos más que suficientes para aborrecer a Brais, y todo lo que se desarrollaba ante mis ojos era un mero teatro, una representación tan miserable que me provocaba un profundo repudio. Las personas se disfrazan de inocentes, pero en el fondo, son capaces de cometer atrocidades. Agradezco a Dios por haber sido siempre auténtica, sin camuflar mi verdadera naturaleza, a diferencia de estos hipócritas que me rodean.

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H de ? :¿Quién mató a Brais?
Mystery / Thriller¿Escribir la biografia de un muerto? Delaney Rymer es una escritora que está luchando contra la propuesta que le cambiaría la vida, aunque su instinto le dice que no debe escribir la biografía de la biografía de un muerto. A pesar de sus reservas...