La sensación de asfixia me invade, mientras la fatiga se apodera de mi cuerpo en medio del sueño. El aire parece negarse a entrar en mis pulmones, lo que me obliga a despertar de manera abrupta. En ese instante, me doy cuenta de que alguien está presionando una almohada sobre mi cabeza, intentando sofocarme. La desesperación se apodera de mí, llenándome de un terror indescriptible ante la inminente amenaza que representa esa figura oscura.
La falta de oxígeno se vuelve crítica, y siento que estoy al borde de la inconsciencia. En un último esfuerzo, la persona que me está asfixiando realiza un empujón final antes de retirar la almohada de mi rostro. Con gran dificultad, logró inhalar con avidez, llenando mis pulmones vacíos de aire fresco, mientras las lágrimas brotaban de mis ojos, testigas de mi angustia. A pesar de mi lucha por recuperar la calma, mi mirada se dirige hacia la puerta, donde un individuo enmascarado se prepara para marcharse. Quedó paralizada al notar el objeto que sostiene en su mano, un arma que, de manera inquietante, me fue enviada por mi madre.
Un sollozo ahogado escapa de mis labios mientras la figura enmascarada me apunta con el arma, y en un abrir y cerrar de ojos, desaparece de mi vista. La mezcla de miedo y confusión me deja aturdida, incapaz de procesar lo que acaba de suceder. La habitación, que antes parecía mi único refugio, se ha transformado en un escenario de terror, donde la traición y el peligro acechan en cada rincón. La incertidumbre de lo que vendrá a continuación me consume, mientras intento recomponerme y entender la realidad que me rodea.
Con un movimiento torpe y tembloroso, intento alcanzar mi teléfono, pero en un primer intento se me escapa de las manos y cae al suelo. Al recogerlo nuevamente, la angustia me invade y, entre sollozos, busco el número de mi madre, quien es la única persona capaz de brindarme la calma que tanto necesito en este momento de desesperación.
Mis manos, temblorosas y nerviosas, recorren la pantalla del dispositivo en un intento por localizar el número de mi madre, una tarea que parece casi imposible en medio de la confusión. Tras un breve instante de búsqueda, finalmente logro encontrarlo y un sollozo profundo escapa de mis labios. Eran las tres de la madrugada, y la sensación de peligro inminente se apodera de mí, ya que alguien había intentado asfixiarme, poniendo en riesgo mi vida.
La noche se tornaba oscura y aterradora, y la presión en mi pecho aumentaba con cada segundo que pasaba. La idea de que alguien había intentado acabar con mi existencia me llenaba de pavor, y la única esperanza que me quedaba era la voz tranquilizadora de mi madre al otro lado de la línea. Con el corazón acelerado y la mente en un torbellino de pensamientos, sabía que debía comunicarme con ella para encontrar un poco de paz en medio de esta tormenta emocional.
Yo: Madre, acaban de intentar asfixiarme, deseo irme.
Madre: ¡Delaney Rymer!
Yo: ¿Sí, madre?
Madre: No te moverás de allí, quédate donde estás y asegúrate de que el responsable enfrente las consecuencias. Has esperado lo suficiente, ahora solo queda un poco más.
Yo: ¡Madre, acabo de informarte que intentaron matarme!
Madre: No te crié para ser débil, eres fuerte e inteligente; utiliza esas cualidades a tu favor, querida.
Yo: Mamá, estoy muy asustada.
Madre: Te amo, Delaney, y saldrás adelante. Transforma ese miedo en determinación y enfréntalo.
Yo: Tienes razón madre, no soy una debilucha. Soy tu hija, la jodida Delaney.
Madre: Asi se habla, lleva a esa perra a prisión y recupera mi arma, era mi favorita.
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H de ? :¿Quién mató a Brais?
Mystery / Thriller¿Escribir la biografia de un muerto? Delaney Rymer es una escritora que está luchando contra la propuesta que le cambiaría la vida, aunque su instinto le dice que no debe escribir la biografía de la biografía de un muerto. A pesar de sus reservas...