Lo siento lind@s si este cap me salió muy simple o mal escrito ❤️❤️ pero igual espero q os guste :) besoss 😘 disfruten del capitulo!!26 Enero, 1867, Margarita
- ¡Lilou! Sírvenos un té, hazme el favor- le sonrío a mi criada, que asiente frenéticamente y corre hacia la cocina, donde pronto escucho el fuego hervir.
Javier se sienta en el sofá junto a mi, y pasa un brazo por mis hombros atrayéndome a su pecho y besando mi frente.
-Feliz cumpleaños, cariño- le abrazo y apoyo la mejilla en el cuello de su camisa azul oscuro.
-Gracias. Hoy de verdad me siento bien y especialmente enérgica. Al fin tengo 17, un paso más hacia la madurez- le miro sonriente chispeando emoción por los ojos, y el ladea la cabeza hacia atras, encogiendo levemente los hombros para reír.Lilou se acerca con una bandeja de plata en las manos con platitos de porcelana, pastas que compramos en el mercado, y pequeñas tazas azules que humean por el té ardiendo que portan.
- Gracias, Lilou- ella sonríe y se reverencia unos centímetros, y luego mira a través del ventanal que lleva a nuestro balcón color crema, por la que vuelan unas palomas preciosas de plumaje castaño y blanquecino-. Querida, siéntate y deléitate junto a nosotros con esta estupenda merienda que nos has preparado- le animo con una mirada tierna y ella me sonríe agradecida mientras se sienta en un sillón de terciopelo rojo.
Me encanta mimarla porque se por lo que esta pasando; yo también viví en esa pobreza que sientes que te ahoga y no recibía mucha amabilidad.
Los tres sorbemos grandes cantidades de té de miel y jengibre, mientras noto la mirada de Javier en mi abdomen.
-Pronto nos dirán quienes se trasladarán al ejército marroquí- informa Javier, ahora soldado.
-No quiero que te vayas tú, Javi, te quiero mucho- le beso la mejilla y el se ruboriza, abriendo los ojos sorprendido.-Yo también te quiero- acaricida mi hombro con los dedos y apoya la cabeza en el respaldo del sofá, contemplando el techo blanco como si quisiera contar cada mota de pintura ahí invertida.
Mi criada desaparece y el escaso sol de invierno, que comienza a derretir los 6 cm de nieve en el suelo, chocan en su pelo negruzco y en sus piernas flacuchas, que caminan cojeando hacia la puerta de madera.
-¡Señorita!- exclama con su acento brasileño; y ante sus gritos Javier besa mi frente y me deja ir, rehaciendo mis pasos detrás de mi- El señor Max y su familia están aquí- Lilou me mira sonriendo, sabe como me emocionan sus visitas.
Corro al exterior, y mis tacones se hunden en la nieve.
-¡Tita! - Felipe se escapa de los brazos de su padre y corre hasta mi, rodeándonos con los brazos el uno al otro mientras le cubro el rostro con mis besos, causando que el ría junto a mi.
Max mira distraído a su prometida, que acuna y le da el pecho a su pequeño bebé. Dejo a Felipe en el suelo y le palmeo la coronilla.
-Luego jugamos, corazón- el asiente y comienza a dar saltitos a mi alrededor, con una sonrisa rebelde, escondiéndose debajo de mi falda y corriendo luego varios metros para dejarse caer en el suelo y romper a reír.
Decido que es el momento justo y perfecto para cojerlo por sorpresa; le doy la espalda a Max y observo su inmovilidad de reojo.
-Lo siento, Max, pero hoy es mi cumpleaños y me siento cariñosa...- murmuro por lo bajo y corro a través de la nieve.Salto a sus brazos y ambos reímos mientras el da vueltas con sus manos en mi cadera, asegururandome que no me dejará caer.
-Feliu cumpleaños, soñadora- suelta gritando para atraer a mi mejor amiga, que se acerca brincando aun con su bebé en brazos para abrazarme.-¡Falto yo!¡Esperadme! - el soldado sale a toda velocidad de mi taller de costura y salta sobre nosotros, carcajeando con fuerza y apretando las costillas de todos los que quedan a su alcance.
Los cuatro nos separamos y me quedo confundida al ver a Max con la boca entreabierta, con la locura como aliento que me empuja a girarme y saber así que le da tanta incertidumbre.
Se me paraliza el cuerpo y mi corazón da un doloroso vuelco al ver al hombre de mi vida, al que no quise considerar como pasajero, ante mi; con el rostro demacrado y el pelo corto y revuelto, con barba de varios días extendida por sus mejillas, pálidas, y sus ojos azules ahora sin brillo ni pasión; sus labios secos alineados: desapareció su hermosa sonrisa que contagiaba felicidad; se sigue viendo en forma a pesar de todo el tiempo que paso, se le sigue reconociendo con el duque al verle el rostro.
Pero no como Nicolás, ese hombre no es mi amado Nico, del que estoy enamorada, por el que durante meses pensé que el sueño me había abandonado.
*****
26 Enero, 1867, Nicolás
Margarita salta sobre mis brazos y cierra los ojos, dejando el aire de su respiración en mi nuca; sonrió y ella me besa por primera vez, con labios húmedos y de color rojo, maquillados; su lengua se entrelaza con la mia y sus pequeñas manos acarician mi espalda.
-Te quiero...
Pestañeo y la veo ahí, a 20 metros alejada de mi, pegada a Max, otro hombre apuesto, una mujer que le mira meticulosamente semejante a un conejo en busca de información; y un niño de poca edad amarrado a su vestido, de falda ancha, color ciruela que resalta el color de su piel y su cuerpo ya de mujer, que despierta una atracción en mi que nunca había sentido.
Me mira con ojos fríos, helados si es posible; no expresa nada por mi, y por eso siento que lo he perdido todo. Max es el primero en reaccionar: coge al niño en brazos y se acercan a mi, ambos de gran parecido: pelo rizado y moreno yojos claros, por lo que deduzco que es su hijo al igual que s, Hebe que sostiene la mujer chismosa.
-Alteza- se reverencia y mi corazón se para ante su trato hacia mi, hacia la desaparición de nuestro constante tuteo y cálida amistad. El sonríe y me guiña un ojo, gesto que su hijo imita provocando,e empezar a reír-. Amigo mío, este es Felipe, mi hijito- revuelve la cabellera del pequeño, que le toca la mejilla y la nariz- y él es Paquito- señala al bebé y luego a la mujer que lo alimenta-, y ella mi prometida Sofía. Trabaja en el taller con nuestra pequeña soñadora- veo como Margarita pone los ojos en blanco, y deduzco que es un apodo que Max eligió para ella-. Creíamos que nunca volverías después de como te fugaste - niega con la cabeza apenado.
- Yo no me fugué- todos me miran sarcásticos menos Sofía, que dilata la nariz para "oler" mi explicación.
-El rey anunció que te fugaste con tu amante, un hombre por cierto- la ira invade mi cerebro y mis puños se cierran.
-Eso es falso- frunzo el ceño y decido resumir lo sucedido para no satisfacer a la prometida de Max- . Mi padre me encerró por algo que descubrí sobre el - pestañeó un par de veces y el silencio en el frío se vuelve incómodo.
-Me informaron de que hoy un hombre importante sería mi cliente. Supongo que se trata de ti. Pasa y te tomaré las medidas para confeccionar tu traje- añade Margarita con tono risueño pero sin mirarme.
-El traje para su boda- dice Max.
-Si, para su boda- la costurera tensa la mandíbula, pero para mi agria sorpresa, ríe descontroladamente-. Enhorabuena, Nico.
Caminamos por una sala ancha con enormes ventanas con balcones que dejan filtrar la luz; hay velas en mesitas de café sobre alfombras rojas y acogedoras. Llegamos hasta una sala blanca con un escritorio lleno de hojas y medidas, telas de diferentes colores y perchas en las que cuelgan vestidos originales y fantásticos. Me deshago de mi ropa y ella comienza a tomar medidas de mi cuerpo.
-Estoy obligado a casarme, Margarita. Sabes que yo te quiero.
Ella carcajea y deja de lado su labor, mientras un perro entra saltando a la sala.
-Si no quisieses casarte, sacarías la fuerza de voluntad suficiente como para decidir por ti- se aleja y agacha la cabeza- . Te quiero, pero te aseguro que no será fácil uñirnos con la palabra amor. ¿Estas dispuesto? - asiento sumiso ante ella- Entonces ámame como se debe amar.
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Florecientes bajo la luna [EN PAUSA]
RomanceSiglo 19, época en la que el amor es inexistente, escasea, y el matrimonio, siempre con infelicidad como religión, solo se contrae para concebir hijos, o herederos si la situación lo permite. En esta época no se permite perder tiempo en el amor, est...