Pov: Jennifer
Me encontraba sola en la cafetería, sumida en mis pensamientos. La risa de los demás alumnos me resultaba molesta, un sonido que se clavaba en mis oídos como un cuchillo. No podía soportar la presencia de Alison, Javier, ni siquiera la de Dylan. Me sentía frustrada, enojada, pero no sabía si con la vida o conmigo misma.
Me recosté en la mesa, apoyando mi cabeza en mi brazo derecho, y cerré los ojos. El cansancio me abrumaba, las pesadillas me perseguían. No había dormido en toda la noche, después de lo que pasó con mi padre. Solo me quedé en el frío suelo, mirando a la nada, pensando.
Mis ojos se sentían pesados, como si estuvieran llenos de plomo. Las voces se alejaban, se desvanecían en la distancia. Me perdí en el mundo de las pesadillas, donde la oscuridad reinaba. Y en ese momento, solo una frase resonaba en mi mente: «Te quedarás a mi lado en medio de la oscuridad».
Pov: Liam
Después del entrenamiento de básquet, Dominic y yo decidimos darnos un baño antes de dirigirnos a la cafetería para encontrarnos con las chicas. Al llegar, buscamos a nuestras amigas, pero no estaban por ninguna parte. Supuse que todavía no habían salido de clase, así que decidimos esperarlas. Encontré una mesa desocupada y le hice una seña a Dominic para que me siguiera. Pero al acercarnos, me llevé una sorpresa: la mesa estaba ocupada por Jennifer, que dormía con su cabeza apoyada en su brazo. Algunos mechones de cabello tapaban su rostro, y la capucha de su suéter cubría su cabeza. Me volví hacia Dominic, pero solo se encogió de hombros.
Me acerqué a Jennifer y retiré los mechones de cabello que cubrían su rostro. Sus ojos estaban cerrados, y su respiración era tranquila. Parecía disfrutar de su siesta. Pero yo no podía evitar sentir una punzada de preocupación. Cada vez que la veía, notaba que se miraba más pálida, más ojerosa y más delgada de lo normal. Era obvio que algo no estaba bien.
"Busquemos otra mesa" murmuré, levantándome. Dominic asintió, y empezamos a buscar. La cafetería estaba casi llena, pero finalmente encontramos una mesa no tan lejos de donde se encontraba Jen. Nos sentamos a esperar, y mis ojos inevitablemente se posaron en ella de nuevo. Quería saber qué la atormentaba, qué la hacía parecer tan frágil y vulnerable.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por Mel, que se sentó a mi lado con una sonrisa burlona.
"Odio a ese chico", dijo Kayla, frunciendo el ceño en señal de disgusto. Mel se rió.
"Tú a quien no odias, Kayla".
Kayla la fulminó con la mirada. "Cállate, no estoy muy feliz contigo". Su tono de voz era tajante, y todos nos sorprendimos. Kayla era la más carismática y amable de nosotros, pero cuando se enfadaba, era de temer.
Dominic intervino, confundido. "Amor, ¿por qué estás tan molesta con Mel?"
Melanie se volvió, incómoda, y Kayla acusó, con un pequeño berrinche, "Es una traidora". Dominic y yo nos miramos, confundidos. ¿A qué se refería Kayla con «¿traidora?» Las dos chicas se miraron, cómplices, y Melanie habló, después de dudar un momento.
ESTÁS LEYENDO
Loving wasn't enough
RomanceEsa historia no sólo es de romance sino también con temas delicados como lo son la ansiedad y la depresión. Me estoy informando lo mejor que puedo para poder tocar temas psicológicos como los ya antes mencionados y no quiero que nadie se sienta ofen...