Needles and Pins

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You're pins,

I'm needles.

Let's play.

Al día siguiente, luego de resolver el problema con el amplificador, se pusieron manos a la obra para comenzar los preparativos para el concierto. Todo parecía ir viento en popa, pero lamentablemente a la organizadora se le había olvidado un detalle muy importante.

—¿Y bien?—preguntó Castiel a Lynn una vez la vió bajando por las escaleras del sótano.

La tarde anterior, luego del incidente con el delegado, trató de evitarlo. Hasta que Lynn había aparecido arrastrándolo, no solo a él, si no que a su mejor amiga, Rosalya, y a ese chico nuevo el cuál no recordaba su nombre, para ayudarles a despejar el sótano.

Cuándo lograron mover las cajas y los trastos del lugar, a Rosalya se le ocurrió la idea de merendar todos juntos. Castiel aceptó para no quedar como el aguafiestas.

Y la verdad pudo ser un momento agradable, dónde pudo quizás haber intercambiado más de un simple "hola" con el chico nuevo ( Armin, se recordó a sí mismo, asi es como Lynn lo había presentado), de no ser por la presencia de Nathaniel, que estuvo pegado a él todo el tiempo. Al menos tuvo la decencia de declinar la oferta de comer con ellos y se fue rápidamente. Había hablado de forma tan fría y seca que todos notaron que estaba de mal humor, más nadie se atrevió a preguntarle qué le pasaba. Aún así, el pelirrojo notó la mirada preocupada de Lynn, y ya temía que la chica lo iba a acorralar antes de irse para preguntarle si tenía algo que ver con ello, pero por suerte eso no ocurrió.

Simplemente asumió que su mal humor se debía a lo ocurrido esa mañana.

—Ya le he preguntado a todos...—dijo Lynn, algo decepcionada—Nadie ha aceptado. O más bien, nadie sabe...

El problema que tenían era que les hacía falta alguien que tocara la batería. Castiel ya se había hecho la idea de que no sería tarea fácil. Tocar la batería requería no solo de buen oído y buena memorización, sino de estamina y fuerza para realizar los movimientos de manera precisa.

—Me parece que te falta alguien a quien preguntar...—Dijo Lysandro distraídamente. Estaba sentado en el suelo revisando su libreta y unas hojas de cuaderno sueltas que tenía desperdigadas a su alrededor, sin duda seguía firme con su idea de tocar por lo menos una canción original en el concierto.

—La verdad le he preguntado solo a aquellos que "cumplen" con el perfil que buscamos—dijo haciendo comillas con sus dedos para dar énfasis—Al menos el amigo de Kim ha aceptado prestarnos la batería, ¿Creen que acepte venir y tocar?

Ya les había hecho el gran favor de prestar la batería sin pedir nada a cambio, dudaba que quisiera hacerles el favor de no solo presentarse, si no de acudir por cuatro horas, todas las tarde por los siguientes dos meses a practicar con un grupo de adolescentes.

Se mantuvieron en silencio unos momentos, tratando de pensar en alguien en ese instituto que estuviera para la labor y que no fuera un imbécil como Armin, que creía que podría tocar con su batería de juguete en el escenario.

—¿Le has preguntado a Nathaniel?—cuestionó Lysandro distraídamente.

¿Qué? ¿había oído bien?

—¿¡Estás loco?!—No pudo evitar sentirse traicionado. Luego de contarle lo ocurrido el día anterior, de explicarle sus sentimientos encontrados en el parque y por no mencionar la cantidad de veces que se había quejado con el albino por alguna tontería que Nathaniel había hecho o dicho, ¿se le ocurría semejante idiotez?

Del Odio Al Amor Hay Dos Pasos - CDM (Castiel x Nathaniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora