A Atlas le iba bien en la escuela, tenía buenas notas y muchos amigos. No tenía novia porque no quería dejar a su madre. En su inocente cabecita pensaba que si tenía novia tenía que irse de la casa.
Gema observó como su hijo iba creciendo sin detenerse.
Atlas se interesó en el basquetbol así que se metió al equipo de la escuela.
Un cazatalentos lo vio y lo quizo de inmediato.
Como Atlas era menor de edad el hombre tenía que hablar con los padres.
Christopher lo investigó de adelante hacia atrás.
El hombre se intimidó ante el fuerte aura del ministro.
Hablaron por un largo tiempo con el señor.
-¿Es esto lo que quieres, Atlas?
-Sí, madre.
Christopher contactó a su abogado e hicieron un contrato.
-Si ese hombre te hace algo que no quieres, tú ven a mí y dímelo.
-Sí, padre.
Atlas abrazó a sus padres con alegría.
....
Las prácticas empezaron y los exámenes se acercaban.
Gema apoyaba a su hijo en todo lo que podía.
Se contactó con un nutricionista y este le dijo qué era lo que su hijo necesitaba comer.
Ellos se habían mudado de casa. Cada cuadro fue arrancado de la pared. Los muebles fueron tapados por sábanas.
Esa casa tenía demasiados recuerdos.
-Deja de llorar, Gema.
-Eres un insensible. Esta casa tiene tantos recuerdos.
-Nos lo llevamos todo con nosotros.
Christopher palmeó el hombro de Gema.
-Volveremos algún día.
Todos los videos que guardaron las cámaras lo sacaron.
Esos videos grabaron el crecimiento del pequeño Atlas.
Cada risa. Cada llanto. Cada travesura.
Gema lo guardo todo y se lo llevó con ella.
Atlas miró la casa con nostalgia.
-También vas a llorar como tu madre?
-Ella tiene razón, eres un insensible.
Christopher rodeó el hombro de su hijo.
-Pasé por muchas cosas y eso hizo lo que soy hoy en día. No aprecio las cosas materiales sino a las personas. Las cosas pueden desaparecer pero no los recuerdos.
-Y si tienes alzheimer?
-Incluso con esa enfermedad siempre recordarás algo.
Atlas abrazó a su padre.
-Eres el mejor.
-Lo sé.
....
Gema era la fiel asistente de su hijo.
Lo seguía en cada entrenamiento. En cada reunión.
Luego vinieron los partidos.
-¿Cuándo es?
-El próximo mes.
Christopher se quedó pensando.
-Haré lo que pueda para estar ahí.