capítulo 23

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Narrado por Ximena.


La advertencia de Dmetry, escondida en aquellas palabras aparentemente inocentes, la había captado perfectamente. Sabía que había un mensaje más oscuro en ellas, que no era evidente para cualquiera, pero el tono de su voz y la intensidad de su mirada lo delataban. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y no era por la ropa empapada que se pegaba a mi piel. De eso estaba segura.

Después de algunas risas entre ellos, sus acompañantes se habían marchado, dejándome sola con él. La incomodidad de compartir un simple espacio con Dmetry era casi insoportable. No quería mirarlo, no quería estar cerca de él, porque sabía que su mera presencia podía desencadenar una tormenta de emociones y situaciones impredecibles. Las posibilidades de que algo ocurriera, para bien o para mal, aumentaban exponencialmente si él estaba cerca. No quería correr ese riesgo. Necesitaba alejarlo de mí, mantener la distancia a toda costa.

Intenté concentrarme en otra cosa, fijando la mirada en mi teléfono, pero no pude evitar espiarlo de reojo. Su cabello húmedo le cubría casi toda la frente, y mientras acariciaba pensativamente el reloj roto en su muñeca, su pecho subía y bajaba a un ritmo que parecía demasiado relajado, casi celestial, como si nada pudiera perturbar su calma. Era exasperante.

De repente, como si hubiera sentido mi atención, levantó la mirada y, con un gesto despreocupado, peinó su cabello hacia atrás con la mano, revelando su rostro completo y fijando sus ojos en mis pies descalzos. Su mirada, tan directa y penetrante, me hizo estremecer. Sentí la necesidad de cubrirme, de protegerme de la vulnerabilidad que él parecía percibir tan fácilmente.

Sin pensarlo, volteé la mirada y me apresuré a ponerme los zapatos que había dejado cerca. Necesitaba salir de allí, alejarme antes de que el control que intentaba mantener se desmoronara por completo. Me puse de pie y, sin decir una palabra, caminé hacia el interior de la casa con urgencia. No podía, no quería, enfrentarme a él de nuevo hoy. Necesitaba tiempo, necesitaba prepararme mentalmente para lo que inevitablemente vendría.

Pero mis esfuerzos por escapar resultaron inútiles. Sentí su presencia detrás de mí, como una sombra que se niega a despegarse. Sus pasos resonaban detrás de los míos, seguros y decididos. ¿Me estaba siguiendo?

Aceleré el paso, casi corriendo, pero no podía sacudírmelo. No importaba cuán rápido caminara, él seguía allí, cada vez más cerca. La desesperación comenzó a instalarse en mi pecho, un nudo de ansiedad que crecía con cada segundo. Necesitaba una salida, una forma de poner distancia entre nosotros. Pero sabía que, mientras él lo deseara, no había lugar donde pudiera esconderme.

—¿A dónde vas? —preguntó con una frialdad que escondía algo más, un interés casi perturbador.

—Con los niños —respondí, sin detenerme, mientras buscaba con la mirada alguna señal de mis hijos, esperando que aparecieran de la nada, como si pudieran salvarme de esta situación.

—¿Estás segura de que es por ahí? —su tono era inquisitivo, pero había algo en sus palabras que me puso en alerta.

¿Qué le importaba a él? No entendía el propósito de esta conversación trivial, sentía que quería decirme algo más, algo que no lograba descifrar. Dmetry era demasiado impredecible, siempre había sido así, y yo sabía que cualquier cosa era posible con él. Lo ignoré y continué caminando, mi corazón acelerándose a cada paso. Pero él se movió más rápido, acortando la distancia entre nosotros hasta que me detuvo, sujetando mi mano con una fuerza que no me permitió resistir. Antes de que pudiera reaccionar, me empujó hacia la habitación más cercana, cerrando la puerta detrás de él con un sonido sordo que resonó en mi cabeza.

Miré a mi alrededor, atónita. Nos encontrábamos en un cuarto de limpieza, un espacio pequeño y estrecho, lejos de la vista de cualquier otra persona. No entendía por qué debíamos escondernos, no veía el sentido de toda esta situación.

YO SIEMPRE CONSIGO LO QUE QUIERO PARTE II  "JAQUE MATE MISTER D"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora