Capítulo 24

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                                Narrado por  Dmetry


Después de que ella se marchara, dejándome con esta sed incontrolable de poseerla, la frustración me consumía. Me sentía humillado. Estaba atrapado en este pequeño cuarto que me asfixiaba. Miré mis nudillos enrojecidos, aún resentidos por haber golpeado la pared. Estaba más enojado conmigo mismo que con ella. No era capaz de controlarme cuando estaba cerca de ella. Después de revivir el sexo, mi atención entera estaba centrada en su figura, pero ella seguía siendo una roca, impenetrable, cada vez más lejana. Con cada minuto que pasaba, se volvía imposible establecer algún tipo de comunicación. Estaba completamente atrapada en su propio mundo, uno en el que solo ella era la víctima, y yo, sin duda alguna, su villano.

¿Qué tiene Ximena que me vuelve loco? Semanas atrás, casi había jurado que no estaba tan obsesionado con ella en el pasado, que había logrado separarme de esa tormenta. Pero ahora, cada momento que paso a su lado me arrastra de nuevo a la oscuridad, me obliga a enfrentar mis peores demonios. Es una mujer osada, capaz de herirme de verdad. Y lo estaba logrando. ¿Qué otra mujer se atrevería a tanto? Solo Vlanka, tal vez, con su obsesión y vanidad, había logrado desmoronar no solo mi vida, sino también a mi familia. Quise matarla yo mismo, pero sabía que ese acto me seguiría para siempre. Sin embargo, el odio que siento por ella sigue hirviendo en mi interior. Vlanka tocó lo más sagrado: mi esposa, mi hijo. Es un odio que no desaparecerá fácilmente.

Volví mis pensamientos a Ximena, la mujer que me había dejado en este estado. Aún sentía la erección, tensa y dolorosa, una necesidad que no podía ignorar. Necesitaba una ducha, y la necesitaba ahora.

Salí de aquella habitación, con la furia contenida, y alcancé mi teléfono. Localicé a Matt, asegurándome de que viniera cuanto antes. Entré en el despacho y me senté en el escritorio, apoyando la frente en mi mano mientras lo esperaba. Cerré los ojos un momento, tratando de calmarme. Necesitaba que esta maldita erección desapareciera. Respiré hondo, forzándome a pensar en cosas insignificantes, intentando despejar mi mente, pero ella seguía allí, ocupando cada rincón de mis pensamientos.

Matt había llegado, pero no me di cuenta de su presencia, perdido en mi propia misión de borrar esos malditos pensamientos, hasta que aclaró la garganta. Levanté la mirada y lo vi ahí, con el ceño fruncido.

—¿Te encuentras bien? —preguntó, observándome de cerca.

—No. —Respondí con frialdad, recostando mi cuerpo contra el respaldo de la silla.

—Te traje lo que me pediste. Lo dejé en la habitación.

—Bien. —Dije sin moverme. —Tomaré un baño y luego hablamos.

Necesitaba esa ducha, pero lo último que quería era que Matt me viera en este estado, como un maldito adolescente incapaz de controlar su erección en los peores momentos. Sería humillante. "Maldita Ximena", ya encontraré una forma de hacerte pagar por esto.

Matt asintió, aunque seguía con el ceño fruncido.

—¿Necesitas ayuda en algo más?

—Sí, una puta. Quiero una que se parezca a ella. ¿Podrías encargarte de eso para esta noche?

Lo observé mientras su expresión cambiaba por una breve fracción de segundo, como si lo que acababa de decir fuera más inusual de lo que esperaba. Disimuló bien la sorpresa, pero se notaba en la forma en que tragó saliva.

—¿A su esposa? —Preguntó, como si necesitara confirmarlo.

—Evidentemente.

—Está bien —respondió, aunque parecía tratarlo como una tarea titánica—. Lo intentaré.

YO SIEMPRE CONSIGO LO QUE QUIERO PARTE II  "JAQUE MATE MISTER D"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora