- 18 -

178 16 7
                                    

Fue tu alma buscando mi voz

Está vez, muy dentro de mi

Todo me dice que si,

Esta vez, no puedo mentir

La verdad llegó a mi.

—Contigo, Carla Morrison.

Domingo 28 de noviembre de 2021 - Medellín Colombia

Dos días desde que nos habíamos hecho novios oficiales, ese mismo día cuando regresamos a la casa mi papá nos estaba esperando, resulta que el señor ya sabía porque Richard le había pedido permiso. Un complot, y en mi propia casa.

—O sea que todos en esta casa sabían que Rich me iba a pedir que fuera la novia menos yo —dije tomando un poco de ensalada.

—Pues todos todos así como para decir que todos, no, Caro y yo no sabíamos —comentó Daniel cortando un pedazo de carne —cierto, ¿Por qué no sabíamos? Yo no recuerdo que me pidieran permiso —cuestionó mirando a mi novio.

—Porque él tenía que hablar con el dueño del circo, no con los payasos —respondió Leia como si fuera obvio.

Richard miraba a mi papá escuchando algo que le estaba diciendo.

—Pa, déjelo comer tranquilo, del susto no le pasa la comida que pecaito.

El moreno se rió.

Rocé su brazo con mis uñas, él me dió una mirada de lado y me guiñó un ojo.

—¿Si ella le decía que no, que hacía? —preguntó Leia de la nada.

—Estábamos en una terraza, sencillamente me lanzaba.

—Deje la bobada —regañé al paisa por ese comentario, ¿Qué va a estar uno rechazando a ese hombre?

—Doña Patico fijo si sabía —soltó mi hermano.

—Papito, yo sé absolutamente todo lo que pasa en esta casa.

—Patico, dígale de frente que deje de ser tan metido —sugirió Leia.

—Ya pues —dijo mi papá.

Tenía a Richard a mi lado izquierdo y a Leia a la derecha. Sentí cuando puso su mano sobre mi mano izquierda, acariciaba el dorso de esta.

—¿Te tomaste la pasta antes de almorzar? —preguntó, dirigí mi mirada hasta que conectó con la suya.

—Si, casi después de desayunar.

Mirándonos a los ojos se creó una tensión, de esas que me gustaba que se generaran entre nosotros dos.

—Si mi novia no me mira como Isa mira a Richard, no quiero nada —habló Daniel rompiendo la burbuja.

—¿Cuál novia? —pregunté.

—Pfff, ni novia tiene —se burló Leia.

A Richard le causaba gracia esos escenarios que mis hermanos montaban.

—Eso se resuelve —dijo Daniel —¿Cuántos años es que tiene su prima?

—¿Cuál de todas? —preguntó el moreno mirándonos a ambos.

—Juvena —especifiqué y Daniel asintió.

—Diecinueve —respondió el paisa —aunque con todo respeto no creo que seas el tipo de ella.

—¿Por qué no?

—Por cansón —dijo mi papá.

—No, no por eso, ella es igual.

APRENDER A QUERERTE - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora