Amor Prohibido [COMPLETA] ©

PREFACIO

Prefacio

Me abrazó a mi misma. El viento helado zumba en mis oídos, me tiemblan las piernas y un poco los pies, no los siento, mi bata es muy delgada y todo el aire traspasa la tela y mi cuerpo arde de lo helado que está.

Me dan escalofríos y mi piel se eriza.

Caminó lentamente mientras una gotas de agua caen en mi cabello y rostro, empezó a llover, no tengo nada debajo de mi bata.

Siento como mi nariz está roja y mis ojos llenos de lágrimas.

Quiero morir…y desaparecer de este mundo.

No quiero saber más de la vida.

No quiero.

Puedo sentir que más gotas caen y chocan con el suelo haciendo un ruido, miro como las luces de los edificios brillan a lo lejos y como cada vez que me acerco a la orilla, mis ojos se cierran. Antes de cerrarlos completamente e irme de este mundo, miro a mi alrededor.

Ya podré descansar.

Podré ir con ellos…

Todo está oscuro, estoy en la cima del edificio a punto de caer y morir como tanto quise después de… esa tragedia.

Vuelvo a donde estaba y cierro mis ojos para caer del edificio de unos 20 pisos, pero no pude caer.

Maldita sea.

Unas manos agarraron mi cintura y me jalaron hasta la puerta, intenté detenerlo pero no, él era muy fuerte y yo no podía con él aunque supiera pelear.

No tenía fuerza.

Ni ganas de pelear.

___¡¿Qué haces imbécil?! ---le grité con tanta fuerza que él me apretó más y me cargó en sus brazos para bajar por las escaleras, seguían recorriendo mis lágrimas por mis mejillas.

—Te estoy salvando la vida—.Su voz expresaba enojo y furia, pero a la vez preocupación.

—No ocupo tu estúpida ayuda, ¡Suéltame! —le volví a gritar y pegarle en los brazos, pero no funcionó.

En tan solo segundos, me llevó a mi habitación y me sentó en mi cama, mi cuarto estaba caliente y sentía como se calentaba mi cuerpo y mi nariz por la temperatura. Él estaba parado frente a mí con sus manos en su cintura.

Ese chico de mi edad y rubio, estaba frente a mi enojado mirándome serio y dándome una mirada asesina. Él se caminó y cerró la puerta para que no entrara más el frío, luego volvió a su lugar con sus brazos cruzados.

—¡¿Qué estabas pensando?! ¿Quieres morir acaso? —me pregunto gritando, pero eso hizo que me enojara más.

Me pare de la cama y lo enfrente, él era muy alto y podía ver sus ojos de color azul como estaban llenos de furia y apretaba su mandíbula.

—Si, quería morir y desaparecer de este maldito mundo de mierda… y aparte ya no tengo objetivos o razones para vivir, yo ya no estaría aquí, pero tu llegaste y la regaste.

—No me interesa, tu no moriras o no hasta que vengues a tu familia, ¿No recuerdas lo que les sucedió?¿O acaso ya lo superaste?, porque yo miro lo contrario.

Mi pecho se apretó al escuchar esas palabras y los recuerdos invadieron mi mente, las sonrisas y caricias de mamá, de mis hermanos menores y como me regañaba papá cuando salía de casa sin permiso.

Todos esos recuerdos invadieron mi mente con rapidez y sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas, otra vez. Yo no era de demostrar mis debilidades ante alguien, pero él… él me conocía perfectamente y no podía culparlo.

—Que no se te olvide que yo sigo siendo tu jefa y me debes de respetar, aunque seamos amigos y nos conozcamos muy bien… ¡Yo mandó! —le puse mi mano en su pecho para que entendiera quién manda aquí, el solo agacho la cabeza y asintió.

—Está bien—.Levantó su cara y sus ojos se encontraron con los míos.

Su mirada era de tristeza y veía cómo se llenaban de lágrimas, algo no anda bien. 

—Lo siento—.Fue lo único que susurró frente a mi.

3 hombres de blanco entraron por la puerta y se acercaron directamente a mi, me agarraron de los pies y muñecas, les pegué, intenté zafarme de ellos, pero nada funcionó. Uno de ellos puso un trapo blanco en mi boca y nariz, a los segundos estaba perdiendo mi vista.

Solo miraba como esos señores me cargaron y me llevaron a sabe donde, el… Seth Dagger, él fue.

Él me traicionó…

—Es por tu bien Ada…

Fueron las últimas palabras que escuché antes de desmayarme y aparecer en un psiquiátrico.