Fears | niall horan

v e i n t e

f i n a l

Es como si el tiempo se suspendiera en la habitación. Es como si después de las palabras de Joe todo se detuviera. Miro en mi regazo por un largo lapso de tiempo, conteniendo las lágrimas, deseando que el tanque de agua se vacíe y ya no haya más que derramar a la vez que pienso en lo que él dice, en el significado de sus palabras.

Él está inescrutable, mirándonos con diversión y maldad. Sumamente entretenido por el silencio que se forma entre nosotros. Estoy segura de que ambos pensamos en lo mismo, ambos estamos deliberando en nuestras mentes lo que esa propuesta que nos tiene puede significar, lo que puede causar.

Lo que puede destruir.

Y sé que será algo fatal. Algo que en sueños querría hacer, porque no hay manera en que ambos salgamos ilesos de esto. Tiene que haber consecuencias graves o si no esto no le valdría la pena a Joe.

Dejo de mirar a mi regazo, Niall está observándome cuidadosamente. Sus orbes azules detenidos en mí con cierta cautela. Me rompe verlo de esta manera y creo que a él le sucede lo mismo al verme aquí, atada a una silla y en peligro, cuando lo que él ha intentado todo este tiempo no ha sido más que tratar de alejarme de este momento. De impedir esta situación.

Pero aquí estamos.

Él suspira y eleva la mirada hacia Joe. Lo ve con desprecio, con odio y repulsión. Si a mí alguna vez me hubiera mirado de esa forma me hubiera sentido a tres metros bajo tierra. Muerta, porque es terrible lo que transmiten ese par de ojos azules que tanto me han atraído. Trago y carraspeo, atrayendo por completo la atención de los tres hombres en la habitación. Dos de ellos divertidos y el restante con pánico en su mirada.

"No lo hagas." Forma Niall con sus labios.

En realidad ni siquiera sé que es lo que voy a hacer. Estoy actuando por instinto, estoy haciendo lo que me corazón manda.

— ¿Qué es lo que quieres que hagamos? ¿Cuál se supone que sería ese "sacrificio"? —digo, sonando más segura de lo que pensé que haría. Niall abre sus ojos como platos ante mí.

—Maiah, déjalo. Yo-

—No. —interrumpo. —No, Niall. Esto es un problema mío, yo inicié esto y él tiene razón. Es un hombre despreciable, pero por hoy él está diciendo nada más que la verdad. Fue mi culpa y no tienes por qué estar involucrado. Tengo que resolverlo por mi cuenta.

— ¡Pero no tienes ni idea de lo que él quiere! ¡No puedes sacrificarte a ti misma! —grita, sorprendiéndome.

— ¡Por eso mismo estoy preguntando, Niall! ¡Tú tampoco puedes sacrificarte por mí! —grito de vuelta, creando un espectáculo bastante entretenido para Will y para Joe. — ¡Yo no estaría tranquila el resto de mi vida sabiendo que moriste por mi maldita causa! ¡¿Tienes idea de lo que sería para mí?! ¡Claro que no! —hablo en voz alta de nuevo, mi garganta duele a causa del tono que uso y a causa de las nuevas lágrimas y el nudo en mi garganta.

— ¡¿Y crees que yo me perdonaría?! ¡Por Dios, Maiah! ¡No eres siempre tú la que tiene que sufrir aquí! —responde de vuelta y casi puedo sentir su frustración apoderándose de mí. Sus ojos brillan y sé que ahora está reteniendo lágrimas.

Él siempre fue el fuerte, siempre lo sería. ¿Por qué se dejaría vencer ahora?

—Vamos Joe, dime de qué se trata. —insisto, olvidando las palabras de Niall, tomándolo como un caso perdido. No tiene sentido responderle cuando esto sería una discusión sin sentido y claramente sin un final.

—Maiah. —masculla Niall, ahora enfadado.

—Pero que tiernos. Vamos chico, supérala. Yo te dije que esto sucedería, yo te dije que a ella no le importabas lo suficiente, que ella pasaría por encima de ti sin importar cuantas veces suplicaras. Así es el amor. No siempre eres correspondido. —dice Will, mirando con burla a Niall. Poniéndose prácticamente de rodillas para estar a la altura de Niall y mirarlo condescendiente. —Debo admitir que es una chica guapa, pero de ninguna manera saldría con ella. No vale la pena tanto sacrificio. Es igual que su madre.