q u i n c e

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Es temprano aún, las calles están prácticamente desiertas y puedo decir que hasta lucen fantasmales. Estoy conduciendo por la ciudad con rumbo a casa de Niall, estoy aceptando lo que Marcie dijo ayer y tal vez es el único que tiene respuestas para mí, sin embargo, a causa de que él no contestó a ninguna de mis llamadas, me he visto obligada a hacer lo que estoy haciendo. Incluso estoy casi en pijama; solo he cambiado mi pantalón de pijama por los primeros jeans que vi en mi habitación, mi cabello está ajustado y enredado en un moño alto y mis ojeras son más visibles que nunca a falta de la base de maquillaje que usualmente las cubre.

Soy un asco. Pero estoy desesperada por respuestas, y la desesperación siempre te obliga a hacer lo que creíste jamás hacer.

Vislumbro la casi mansión de Niall después de casi una hora de trayecto, he tomado un atajo y distintas desviaciones para prevenir que alguien me siga hasta acá. No necesito que alguien se interponga en mi camino cuando menos lo necesito.

Dejo de tararear la canción que no ha abandonado mi mente en un par de días en un intento por recordar la clave de seguridad de las grandes rejas que resguardan el hogar del rubio.

Hogar. Me río en mi mente ante el uso de la palabra.

Salgo de mi auto con rapidez y me pongo de puntillas para alcanzar la pequeña caja que contiene un teclado numérico e inserto el código de seis dígitos mientras cruzo mentalmente los dedos para que sea esa y que Niall no la haya cambiado, no obstante, antes de que pueda terminar de insertar la clave, las grandes puertas metálicas se abren permitiéndome una gran visión del amanecer en los jardines de la casa de Niall.

Es hermoso, peligroso y tentador.

Troto al auto para aprovechar la oportunidad sin siquiera pensar en ello. Probablemente Niall debió ver mis mensajes, o escuchó mis mensajes de voz y se preparó para cuando yo llegara en cualquier momento. Con esos pensamientos, avanzo con lentitud por el sendero hasta que estoy frente a la casa que el trabajo arduo de los padres de Niall logró construir.

La puerta principal se abre con facilidad bajo mi tacto y entro cuidadosamente a la gran sala de estar. La televisión está encendida y algunos cojines del sofá se encuentran en el suelo, pero no hay nadie. Inhalo profundamente y camino poco a poco, cuidadosa de no provocar algún ruido y voy hasta la gran cocina. Sin rastros de alguien allí en bastante tiempo, me atrevo a decir. Me recargo sobre el lavaplatos y miro el suelo; hay algunos cristales en el suelo de lo que parecen ser vasos o alguna botella de cerveza. Lo que no me sorprendería, dado a la afición de Niall de beber más de la cuenta.

Salgo de la cocina soltando un gran suspiro, probablemente, si me hago notar en el lugar podría llamar la atención de él de cualquiera que sea el lugar donde se oculta.

Trotando subo las escaleras para llegar a la siguiente planta y buscar en su habitación. Las puertas de todas las habitaciones están abiertas, camino directamente a la de Niall y el desastre me hace abrir los ojos como platos y que mi mandíbula casi caiga al suelo.

No es el desastre usual de un chico de casi veinte años. Es el desastre que alguien haría cuando irrumpe en alguna habitación. Tal cual el de las películas. Los espejos están rotos, la ropa de cama y el colchón tirados en el suelo al igual que todas las prendas que fueron retiradas del closet de Niall. La ventana está abierta por completo y las cortinas se mueven sin control por el viento.

Tengo miedo de dar un paso adentro y encontrar algo terrible. Tengo miedo de respirar y percatarme de algún olor aterrador. Tengo miedo siquiera de seguir aquí y que lo que sea que hizo esto venga contra mí.

Estoy completamente aterrada ante las posibilidades que se arremolinan en mi mente.

Joder, siento mis piernas volverse gelatina y al mismo tiempo como si fueran de acero del más pesado. No puedo moverme, se me está haciendo difícil respirar y mis pulmones están ardiendo bajo las consecuencias. Estoy teniendo un ataque de pánico a tan solo un paso de la habitación destruida de Niall.

Fears | niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora