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El zumbido constante de la estática se mezclaba con el bajo murmullo del televisor, un aparato antiguo que parpadeaba intermitentemente, llenando la pequeña habitación de un motel con sombras distorsionadas. Las paredes amarillentas, decoradas con manchas de humedad, parecían absorber el hedor a tabaco rancio y sudor que impregnaba el ambiente. El mobiliario escaso y desgastado —una cama con una cabecera de madera barata, un pequeño escritorio con pintura desconchada, y una lámpara de luz tenue que lanzaba un brillo cansado— completaban la deprimente atmósfera. La alfombra, ajada por años de descuido, era de un color oscuro indescifrable, demasiado sucia como para recordar su tono original.
A lo lejos, la voz distorsionada de una mujer en el noticiero se escuchaba desde el televisor. Su tono profesional, casi frío, contrastaba con la crudeza del tema que reportaba.
—"Otra víctima ha sido confirmada esta noche. El asesino en serie continúa su ola de terror en la ciudad. La víctima, Kenji Mitsuura, un respetado maestro en la Universidad de..."
El volumen bajo del televisor apenas lograba competir con los jadeos apagados y el sonido de los resortes del colchón que rechinaban rítmicamente en el centro de la habitación. Sobre la cama, un hombre desnudo, de cabello húmedo por el sudor, arqueaba su espalda brillante bajo la luz tenue. Cada movimiento que hacía parecía más violento que el anterior, sus caderas chocando con fuerza sobre el cuerpo que yacía debajo de él. Los jadeos entrecortados, sofocados, no eran de placer, sino de sufrimiento.
La prostituta, atrapada bajo su peso, lloraba en silencio. Sus ojos hinchados y maquillados de forma barata se llenaban de lágrimas que no podían caer debido a la presión de la mano del hombre cubriendo su boca. Su cabello enmarañado estaba enredado en la mano libre del hombre, quien tiraba de él con fuerza en cada embestida. Sus sollozos se ahogaban bajo los gruñidos del hombre, que repetía un nombre como un mantra enfermo, lleno de obsesión.
—Ritsu... —murmuraba entre dientes, casi de forma ininteligible, mientras su respiración se volvía más pesada y errática—. Ritsu...
La mujer temblaba bajo su control, su cuerpo se estremecía con cada movimiento brutal, mientras intentaba no gritar, no provocar más violencia. Sabía que cualquier resistencia podría traer algo peor. El dolor en su cuero cabelludo por los tirones y en su cuerpo por los embates era insoportable, pero su mente intentaba desconectarse de la realidad para evitar la magnitud del horror.
El noticiero seguía sonando de fondo.
—"Las autoridades han detenido a Shigeo Kageyama, principal sospechoso en el asesinato de la periodista Ichi Mezato, luego de encontrar ADN que lo vincula a la escena del crimen..."
El hombre sobre la cama soltó un largo gemido, sus movimientos se ralentizaron antes de detenerse por completo. Su cuerpo temblaba, los músculos de su espalda se tensaron, y finalmente, se desplomó sobre ella, jadeando. Durante unos segundos, la habitación quedó en un silencio sofocante, solo interrumpido por el sonido leve del televisor y la respiración pesada del hombre. Él se incorporó lentamente, aún agitado, dejando que la mujer debajo de él se liberara de su peso. La prostituta, con las manos temblorosas, intentó cubrirse el cuerpo con la sábana sucia, aunque sabía que no había forma de ocultar lo que acababa de suceder.
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EN LA MIRA│ShouRitsu
FanfictionInmiscuirse en los pasillos más oscuros de su hogar no era buen ingenio. Sentía presencias más allá de lo intangible, un ojo gatuno que lo observaba a toda hora y en cada lugar, incluso entre sus sábanas y a la hora de rezar. No estaba preparado par...