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El eco del mazo del juez resonó por toda la sala del tribunal, y con ese sonido denso y reverberante, selló el destino de Shigeo Kageyama. Todos en la sala sabían lo que venía, pero el peso de la sentencia aún cayó como una losa de plomo sobre los hombros de los presentes. El juez, un hombre anciano con expresión pétrea, hizo una pausa, dejando que el silencio cargado de expectativas llenara el espacio entre las paredes adornadas con mármol frío y luz tenue. El aire, cargado de ansiedad, parecía apretar los pulmones de quienes aguardaban, cada uno incapaz de respirar con libertad, como si la misma justicia tuviera el poder de detener el tiempo.
Ritsu Kageyama, sentado en la primera fila junto a su compañero Sho Suzuki, apenas podía procesar lo que escuchaba. La sala del tribunal, iluminada por una luz opaca que parecía no tener calor, estaba colmada de tensión. Las palabras del juez flotaban en el aire, pesadas y llenas de una gravedad imposible de ignorar.
—Shigeo Kageyama —dijo el juez, su voz fría como el metal golpeando el silencio de la sala.
Ritsu sintió que el suelo se abría bajo sus pies. Todo lo que le rodeaba se volvió borroso, distante, como si estuviera observando la escena desde lejos, como un espectador en su propia vida. Cada palabra del juez perforaba su conciencia como golpes secos, incapaces de ser ignorados.
—Culpable de múltiples homicidios en el almacén de las afueras de la ciudad... culpable del asesinato de la periodista Ichi Mezato... culpable de complicidad con el asesino de los hermanos Shiratori y del maestro Kenji Mitsuura...
Cada palabra se sentía como una puñalada en el pecho de Ritsu. El peso de la sentencia, aún antes de que el juez la pronunciara por completo, lo aplastaba. Apenas podía respirar, su pecho oprimido por el miedo y la incredulidad. Sabía que su hermano estaba en problemas, pero nunca imaginó que las acusaciones llegarían a este punto. Nunca creyó que Shigeo, su Shigeo, pudiera estar involucrado en algo tan atroz.
El martillo del juez golpeó con un sonido seco y definitivo, resonando en toda la sala. Ritsu sintió que su mundo se desmoronaba por completo cuando escuchó la sentencia final.
—Cadena perpetua.
Esa única palabra resonó en su cabeza como una sentencia de muerte. Todo lo demás se volvió un murmullo distante, las voces de los familiares de las víctimas que comenzaban a celebrarlo, los sollozos contenidos, los susurros de justicia finalmente obtenida. Pero para Ritsu, todo era confuso, irreal. Su hermano, su sangre, estaba siendo condenado a pasar el resto de su vida en prisión por crímenes que no comprendía, crímenes que no podía aceptar.
En ese instante, todo su ser se paralizó. Su corazón latía con fuerza desmedida, un dolor agudo atravesó su pecho como si hubiera sido apuñalado. Giró la cabeza lentamente hacia Sho, quien también había sido defensor de Shigeo. Los ojos de su compañero reflejaban la misma sorpresa y desesperación que sentía Ritsu. La incredulidad se mezclaba con el desconcierto en sus miradas, compartiendo una impotencia abrumadora.
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EN LA MIRA│ShouRitsu
FanfictionInmiscuirse en los pasillos más oscuros de su hogar no era buen ingenio. Sentía presencias más allá de lo intangible, un ojo gatuno que lo observaba a toda hora y en cada lugar, incluso entre sus sábanas y a la hora de rezar. No estaba preparado par...