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En la penumbra de la habitación, solo la luz azulada y vacilante de una pequeña televisión rompía la oscuridad. El zumbido suave de la estática llenaba el aire, creando un telón de fondo inquietante para la escena que se desarrollaba. La televisión, un aparato antiguo con una pantalla curva, emitía un destello intermitente mientras reproducía una vieja película de vaqueros contra apaches. Las imágenes granuladas de jinetes a caballo y disparos se proyectaban sobre las paredes, sombras danzantes que parecían cobrar vida en la penumbra.
Un sillón reclinable de cuero desgastado ocupaba el centro de la habitación. El cuero marrón estaba agrietado y manchado, testigo de años de uso y abandono. Al lado del sillón, una mesa baja sostenía una botella de whisky a medio vaciar, un vaso de cristal grueso y pesado, y un libro que servía como improvisado soporte para una tarjeta bancaria y unas líneas de cocaína cuidadosamente alineadas.
El cuerpo que reposaba en el sillón parecía estar en un estado de relajación total, sus pies descalzos descansaban en el borde del reclinable, mostrando uñas ligeramente descuidadas. Los pantalones oscuros caían holgadamente sobre sus piernas, y el torso atlético del hombre, apenas iluminado por la luz de la televisión, revelaba una piel blanquecina cubierta por una camiseta blanca de botones que estaba abierta, exponiendo su pecho.
En el pecho del hombre, una cicatriz horizontal atravesaba su piel, una herida reciente que aún estaba en proceso de cicatrización. La respiración del hombre era lenta y profunda, su pecho se elevaba y descendía rítmicamente, emitiendo un susurro apenas perceptible. Sus manos descansaban sobre los apoyabrazos del sillón, pero pronto se movieron hacia la mesa, tomando el vaso de cristal y la botella de whisky.
El sonido del líquido vertiéndose en el vaso resonó en la habitación, un suave gorgoteo que se mezclaba con el zumbido de la televisión. El hombre llevó el vaso a sus labios, y la luz de la pantalla reveló fugazmente una mandíbula fuerte y un par de labios finos. Bebió un trago largo, dejando que el whisky ardiera en su garganta antes de exhalar lentamente, disfrutando del calor que se extendía por su pecho.
Después de dejar el vaso de nuevo en la mesa, sus manos tomaron el libro, acercándolo a su rostro. Inhaló profundamente una de las líneas de cocaína, sintiendo el polvo blanco arder en sus fosas nasales antes de deslizarse por su garganta. El éxtasis de la droga se extendió por su cuerpo, sus pupilas se dilataron y un jadeo suave escapó de sus labios. Dejó el libro de nuevo en la mesa, acomodándose en el sillón para continuar viendo la película.
Sus dedos tamborileaban suavemente sobre el apoyabrazos del sillón, siguiendo el ritmo de los caballos galopando en la película.
En la oscuridad de la habitación, los pensamientos del hombre vagaban hacia una atracción enfermiza que no podía ignorar. Ritsu Kageyama, un joven abogado, ocupaba un lugar prominente en su mente. Recordaba con vívida claridad el momento en que lo había tenido a su merced, la sensación de poder y control que lo había embargado.
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EN LA MIRA│ShouRitsu
FanfictionInmiscuirse en los pasillos más oscuros de su hogar no era buen ingenio. Sentía presencias más allá de lo intangible, un ojo gatuno que lo observaba a toda hora y en cada lugar, incluso entre sus sábanas y a la hora de rezar. No estaba preparado par...