𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟎

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𝐂𝐎𝐍𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐀𝐑𝐓𝐀

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Ona

Sentía una mezcla de nervios y anticipación mientras me dirigía al café donde había quedado con Marta. Sabía que nuestra relación estaba en un punto crítico, pero me encontraba en una encrucijada emocional que no podía ignorar. Los sentimientos que había estado tratando de entender respecto a Valeria habían empezado a afectar mi relación con Marta, y sabía que era el momento de ser honesta. Me preguntaba si Marta podría comprender la confusión que sentía o si esto significaría el fin de algo que también había sido importante para mí.

Cuando llegué al café, Marta ya estaba esperando en una mesa cerca de la ventana. La vi con una expresión que combinaba inquietud y determinación, y me sentí un poco más tranquila al ver que también estaba dispuesta a hablar. Me dirigí hacia ella y nos saludamos con un abrazo breve.

-Hola, Marta -dije, intentando sonar natural mientras me sentaba frente a ella. -Gracias por venir.

-Hola, Ona -respondió Marta, con una sonrisa forzada, -¿Cómo te encuentras? Sabes que estoy aquí para lo que necesites.

Pedimos café y nos sumergimos en la conversación que, a pesar de ser difícil, sabíamos que era necesaria. Mientras esperábamos nuestras bebidas, me tomé un momento para recoger mis pensamientos. La verdad era que me sentía desgarrada. Había pasado mucho tiempo tratando de entender mis propios sentimientos y mi relación con Marta, y ahora me encontraba en un lugar donde necesitaba ser honesta.

-Marta -comencé, respirando profundamente. -He estado pensando mucho últimamente, y me doy cuenta de que no estoy en el lugar emocional adecuado para continuar con nuestra relación.

Marta frunció el ceño, su expresión se volvió seria.

-¿Qué quieres decir con eso, Ona?

-No estoy segura de cómo decirlo -respondí, sintiendo el peso de mis palabras. -Lo que quiero decir es que, en este momento, me siento confundida y no puedo ofrecerte lo que necesitas. Mis sentimientos por ti han cambiado y no sé qué esperar para el futuro.

Marta asintió lentamente; sus ojos se llenaron de una mezcla de tristeza y comprensión.

-¿Hay alguien más en tu vida? ¿Alguien por quien sientas algo?

La pregunta me hizo estremecer. No quería herir a Marta, pero la verdad era que mis sentimientos hacia Valeria estaban influyendo en mi capacidad para estar plenamente presente en nuestra relación.

-Sí, hay alguien que ha estado en mi mente. No quiere decir que haya algo entre nosotras, pero me he dado cuenta de que necesito tiempo para entender lo que realmente quiero.

Marta se quedó en silencio durante un momento, mientras procesaba lo que acababa de escuchar. Finalmente, tomó un sorbo de café y miró hacia abajo; su expresión era una mezcla de dolor y determinación.

-Ona, te aprecio mucho y entiendo que te sientas confundida. Creo que lo mejor para ambas es que terminemos nuestra relación. No quiero que te sientas obligada a estar conmigo si no estás segura de lo que sientes.

Sus palabras me sorprendieron. La claridad con la que hablaba, a pesar del dolor, era algo que apreciaba.

-Marta, lo siento mucho. No era mi intención que esto fuera así, pero también creo que tienes razón. Necesito resolver lo que siento y ser honesta contigo y conmigo misma.

Marta asintió, aceptando la decisión con una mezcla de resignación y madurez.

-Lo entiendo, Ona. La verdad es que también creo que necesitas tiempo para ti misma. No te preocupes por mí. Me duele, pero sé que es lo mejor para nosotras en este momento. 

Las palabras eran duras de escuchar, pero me sentí aliviada de que Marta entendería la situación. La conversación, aunque difícil, me había dado una perspectiva clara sobre lo que necesitaba hacer. Me di cuenta de que esta ruptura era necesaria para que ambas pudiéramos encontrar lo que realmente queríamos.

Después de nuestra conversación, nos levantamos y nos abrazamos. Aunque el abrazo estaba lleno de tristeza, también había una sensación de cierre.

-Gracias por entenderme, Marta -le dije mientras nos despedíamos. -Te deseo lo mejor.

-Lo mismo para ti, Ona -respondió Marta, con una sonrisa triste. -Espero que encuentres lo que estás buscando.

Salí del café con una mezcla de emociones. Me sentí aliviada y al mismo tiempo con el corazón pesado. La ruptura con Marta había sido necesaria para mi propio crecimiento, pero también sabía que habría un camino por recorrer antes de poder entender completamente lo que sentía y lo que quería.

Mientras caminaba hacia casa, no podía evitar pensar en Valeria. Sabía que, para poder avanzar, primero tenía que aclarar mis propios sentimientos y ser honesta conmigo misma. La ruptura con Marta era solo un paso hacia ese entendimiento, y aunque el futuro era incierto, sentía que estaba comenzando a despejar el camino hacia lo que realmente deseaba.

El desafío ahora era enfrentar la confusión interna y encontrar el equilibrio entre mis sentimientos por Valeria y el proceso de sanación que necesitaba. Era un momento de transición, y mientras avanzaba hacia la próxima etapa de mi vida, sabía que necesitaba enfrentar mis emociones con sinceridad y valentía.

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▪ Aquí se hacen las cosas bien, hablar con Marta es la mejor decisión

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𝐄𝐋 𝐒𝐈𝐋𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈𝐒 𝐏𝐎𝐄𝐌𝐀𝐒 • Ona BatlleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora