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Desperte temprano, tengo la costumbre temprano para hacer las cosas rápido, y salir de ellas lo antes posible .
Cuando me había terminado de cepillado los dientes, escuchó la puerta de mi cuarto abrirse, agarro la toalla que estaba a un lado del lavado y salgo .
Cuando estaba por mirar hacia la puerta siento unos brazos alrededor de mi pierna .
Era el pequeño Caesar, me sonreía contento y alegre, está tan resplandeciente que me sorprendió mucho, ¿Como puede un niño ser tan lindo y resplandeciente? .
Le Sonrió y acarició su cabeza, el me extiende los brazos para que lo cargué, lo cual hago sin pensarlo mucho .
El deja sus brazos alrededor de mi cuello mirándome fijamente, mantenía su sonrisa y sus mejillas de un color rojizo .
Sonia: oh amaneciste alegre .
Caesar: . . .si, por qué tu estás aquí .
Sonrió complacida y doy un beso en su mejilla, algo que lo sorprende .
Sonia: me alegro oír eso, vamos abajo, hay que darte de comer, y yo tengo que vestirme para acompañarte, ya que iremos a dar un paseo .
Lo bajo y voy asta mi armario, dejando ver la poca ropa que tenía, colgada en ganchos ordenada, agarro la que me gusta más y la pongo sobre la cama .
