XII

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Narra Kuroo

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La reunión finalmente había terminado y la mayoría de las altezas se habían retirado de él palacio, a excepción de el príncipe Kageyama y su omega, al igual que el príncipe Akaashi y su alfa Bokuto.

Decidieron quedarse un poco más de tiempo, pues los alfas y Akaashi insistían en que querían ayudarme a resolver el misterio detrás de la guerra y Hinata fue literalmente obligado a quedarse con Tobio para hacerle algo de compañía.

Todos se adaptaron rápidamente al castillo y comenzamos la investigación, mientras que Hinata decidió dar vueltas por el palacio y conocerlo, por lo cual le ordene a Kenma que le diera un pequeño tour por el castillo, lo cual acepto gustoso, pues implicaba dejar de hacer sus labores por un buen tiempo.

Últimamente la idea de hacer a Kenma una especie de asistente y mi mano derecha estaba rondando por mi mente, pues no me gustaba la idea de que él estuviera todo el día trabajando de forma ardua por unos simples centavos, así que prefería tenerlo cerca de mi y con un sueldo mayor, aunque claramente convencer a Kenma de eso sería un trabajo difícil.

Narra Kenma

Me encontraba dándole un tour por todo el palacio a el prometido del que según me había enterado era el príncipe de un reino llamado Karasuno. Honestamente no sabía mucho de otros reinos, pues en mi pueblo no solíamos mencionar lo que pasaba fuera de nuestro bosque.

Estar con aquel joven de cabellos naranjas era muy agotador, ya que era como un nomo revoltoso, a demás de que su estatura iba muy bien con aquella comparación.

El omega no paraba de preguntar cosas sin sentido y de admirar cada pequeño detalle en el palacio (cosas que ni a mi me parecían interesantes y se suponía que yo era el de clase baja).

—Por aquí esta el comedor real. Aquí será donde usted y su prometido coman por el resto de los días que se hospeden.

—¿Tú no comes aquí? —Negué con la cabeza un par de veces. Estaba bastante claro que un sirviente como yo no tenía autorización para disfrutar de una comida junto con los reyes y los príncipes. —¿Por qué? ¡Si es muy bonito!

—Lo es, alteza, pero yo no tengo permitido comer junto con su majestad el rey y la familia real. Después de todo, yo soy un simple sirviente.

—Eso es muy injusto.

—¿En su reino no es así? Disculpe el atrevimiento de mis palabras.

—¡No! En el Karasuno los empleados se pueden unir a nosotros a menos de que sea un evento importante, pero normalmente suelo comer con los empleados, los reyes y mi prometido.

—Vaya, se nota que el Karasuno es un gran reino. Mis respetos para ustedes, alteza.

—¡Llámame Hinata! Estamos en confianza.

—No podría permitirme hacer eso, alteza. —Continúe avanzando mientras guiaba al joven por el lugar.

—Por favoor. Seamos amigos, Kenma. –El omega me dedicó una gran sonrisa qué podría jurar que cegó mi vista por un par de segundos. —Estás saliendo con el príncipe Kuroo, lo que significa que tú, yo y Akaashi seremos grandes amigos al igual que nuestras parejas. Aunque en realidad yo y Kaashi ya somos amigos cercanos, solo que el es muy callado y algunas veces niega mi amistad, pero yo se muy bien que somos mejores amigos... ¡Tal vez podamos ser mejores amigos los tres!

—¿Quién dijo que estoy saliendo con el príncipe Kuroo? Quiero decir... Lamento la falta de respeto.

—Kuroo lo dijo durante la reunión, aunque no dijo exactamente la palabra "salir" si no que se refería a que usted y él estaban en un cortejo, pero prácticamente es lo mismo que salir, ¿no es así?

—Oh, supongo que es similar. —Honestamente no me molestaba que las personas se enteraran de mi "relación" con Kuroo, pero posiblemente el rumor se expandiría por el resto de reinos, cosa que no era de mi agrado.

Continuamos con el recorrido por un par de minutos más, hasta que el príncipe heredero Akaashi Keiji se unió a nosotros y de un momento a otro nos encontrábamos sentados en una de las salas de él palacio y por respeto a los príncipes, yo decidí sentarme en el piso.

—No deberías continuar actuando como un plebello, Kenma. —Mencionó el azabache en un tono firme.

—Pero aun lo soy, alteza.

—No lo eres. Estás con el príncipe heredero de uno de los reinos más importantes y por ende, si todo sale bien, en algún momento serás el rey consorte. —Akaashi volvió a tomar la palabra mientras Hinata nos observaba en silencio.

Honestamente, jamás me había planteado la idea de que tal vez en algún momento yo me convertiría en el rey consorte y en el posible padre de los hijos de Kuroo, los futuros herederos al trono.

—Pero aún soy un soy un sirviente...

—Entonces tendrás que dejar de serlo, Kenma. Kuroo ya te dio la opción de que dejes de trabajar, ¿no es así?

—No quiero depender de él. Necesito ganarme las cosas por merito propio.

—Bien. No lo escuchaste de mi, pero kuroo nos comento sobre darte un nuevo cargo como su asistente personal y su mano derecha, lo cual te sube a un rango mucho mayor y por ende tendrías tú propia habitación en el palacio. Honestamente yo te recomendaría que aceptes eso, ya que es una gran oportunidad. —El príncipe se tomó un segundo para respirar —Te aseguro que te lo ganaste con tu merito propio. Se muy bien que Kuroo no le daría ese puesto a nadie en quien no confíe, por más que sea alguien sumamente cercano, así que si te lo da es porque realmente lo mereces.

—Lo pensaré. Muchas gracias, Alteza.

—No me vuelvas a decir así. Para ti soy Akaashi. —Su expresión cambió a una un poco más amigable. —Siéntate junto a nosotros. No eres un perro para estar en el suelo.

Acepte gustoso y me senté al lado de Hinata. Ahí comenzamos a hablar de un par de temas al azar, entre ellos algunos asuntos personales.

El príncipe Akaashi nos comentó sobre la falta que estaba teniendo de su celo, lo cual de inmediato encendió nuestras alertas (o por lo menos las mías, pues parecía que Hinata no comprendía la situación).

—¡¿ENTONCES TÚ Y BOKUTO HICIERON ESO?! —Gritó el pelirrojo tal y como lo haría un adolescente qué se acababa de enterar sobre el embarazo de su profesora.

—¡Cállate idiota! ¿No es más que obvio? Llevamos casados casi un año. —El omega se cruzó de brazos para luego continuar. —En algún momento tú y Tobio también lo harán, solo es cuestión de que la boda llegue.

Las blancas mejillas del mencionado se tiñeron de un intenso rojo. Inclusive parecía que acababan de revelar su más oscuro y vergonzoso secreto.

Así pasamos el resto de la tarde, hasta que por fin mi turno terminó y me pude retirar a mi hogar en compañía de Kuroo, quien como todas las noches, me acompañó hasta la puerta de mi casa.

—Descansa, gatito. Sueña con los ángeles.

—Me aseguraré de soñar contigo, Kuroo.

Las palabras de Akaashi rondaron por mi cabeza durante toda la noche. Tal vez podía darme la oportunidad y aceptar el cargo, pues después de todo tenía que dar una buena impresión al ojo público si quería avanzar con mi relación con Kuroo.

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Disculpen la falta de actualización, solo que la prepa me esta cogiendo duro y sin condón.

Ayer la subdirectora me confundió con mujer y me dijó que me dejara crecer el cabello¿?

En fin, el próximo cap es nsfw, lo prometo.

Por cierto, les recomiendo no saltarse ningún capítulo, ya que yo no hago capítulos nomas porque si. Todos tienen algún detalle importante.

Los tqm, no se olviden de votar.

Coronas y varitas - KuroKen Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora