XIX

446 60 25
                                    

⎯⎯ㅤㅤִㅤㅤ୨ 👑🪄 ୧ㅤㅤִ  ⎯⎯ ㅤ𝅭ㅤ𝅭

Narra Kenma

Desperté con un enorme dolor en la zona de mis caderas, al igual que con un gran dolor de cabeza y por supuesto, demasiado sueño, debido a que pasamos la mayor parte de la noche y la madrugada haciéndolo.

Algunas veces había escuchado que los alfas tenían mucha energía en cuanto a las relaciones, pero Kuroo fue literalmente una bestia conmigo.

Aunque a decir verdad, no me arrepentía de absolutamente nada. Hacer eso con Kuroo fue una experiencia increíble y sin duda la gocé hasta el último momento, por lo cual posiblemente me entraría mi garganta demasiado seca y rasposa.

—¿Ya despertaste? Creí que estabas invernando. —Kuroo me dedicó una sonrisa bastante coqueta mientras que me mostraba la bandeja con comida que había preparado para ambos.

Al mirar con mayor detenimiento al alfa, me percate de que esté se encontraba completamente desnudo y por impulso observe mi cuerpo para percatarme de que, en efecto, yo también estaba como los Dioses me trajeron al mundo.

—¿De verdad te pondrás nervioso porque estamos desnudos? Relajate, ya vi absolutamente todo de ti. Jamás olvidaré tus gemidos pidiendo más y más. —Mi cara se tiñó de un intenso rojo, mientras que mis manos jalaron la sabana para cubrirme un poco más.

—Callate. Se supone que en el cortejo tienes que darme regalos y todas esas cosas, no dejarme inválido.

—No seas dramático. Fui bastante gentil contigo. —El joven se sentó a mi lado y dejó la bandeja sobre la cama. Ahí pude ver a más detalle lo que preparó. —El té es tuyo. Es un té anticonceptivo para... Ya sabes, prevenir accidentes.

—¿Cómo conseguiste eso en tan poco tiempo? —Pregunté curioso mientras comenzaba a devorar la comida. Mi estómago se sentía como un pozo sin fondo que necesitaba ser llenado de forma urgente.

—¿Poco tiempo? Ya es la 1 de la tarde, Ken. —Me quedé estático ante su respuesta. ¿Por qué no me despertó entonces? No podía perder un solo día de trabajo o terminaría despedido.

—Pero... El trabajo.

—No te preocupes por eso. Esta mañana hablé con el consejo sobre el asunto de ayer, así que oficialmente trabajas para mi. Ahora tendrás que obedecerme, gatito. —Kuroo guiñó el ojo de forma pícara.

—Genial. No te soportó ni una hora al día y ahora tendré que ver tu horrible rostro todo el tiempo.

—Qué puedo decir, soy encantador. —Ambos soltamos una carcajada y pasamos todo el desayuno en silencio.

Después de eso, decidimos que era mejor marcharnos de una vez, por lo cual yo fui directamente al baño a vestirme y a cambiarme mientras que Kuroo arreglaba todo el desastre que causamos debido a la noche de calentura.

Mis piernas y mis caderas dolían de una intensa forma, mientras que mi entrada aún se sentía un poco rara, pues esa fue mi primera experiencia sexual. Evidentemente no necesitaba brujería para saber que, en efecto, esa no fue la primera vez de el príncipe.

Una parte de mi se sentía bastante mal de saber qué yo no fui el primero que hizo sentir así a Kuroo, pero decidí ignorar todo eso, pues sabía que adentrarme en mis pensamientos era algo sumamente peligroso.

Después de un rato salí del baño y me vestí ahí mismo, ya que prefería evitar que el príncipe me volviera a ver desnudo. Honestamente mi cuerpo era una gran inseguridad que tenía, por lo cual prefería mantenerme lo más cubierto que se pudiera.

—¿Estás listo? Hora de irnos. —Preguntó Kuroo, a lo que asenti rápidamente mientras trataba de ocultar mi cara de sueño y el dolor de mis piernas. —¿Realmente te sientes mal? Entiendo si no quieres trabajar hoy, Ken. Lamento si fui muy rudo.

—No lo fuiste, lo prometo. Es solo que tengo una nula resistencia física. —Sonreí mientras tomaba la mano del contrario y lo guiaba hasta la salida.

—No tengo ganas de ir... Es horrible tener que poner buena cara mientras todo se va a la mierda. —Dijo Kuroo a mitad del camino.

—Ahora yo estaré para acompañarte. Seamos miserables juntos.

El silencio volvió a apoderarse de nosotros. Ahora que lo pienso, aquellos silencios al lado de Kuroo eran realmente reconfortantes y cómodos. Se sentía como hablar únicamente con miradas.

Al llegar al palacio nos adentramos hasta la oficina de Kuroo y ahí el me pidió ayudarlo con un par de cosas, las cuales acepté con una buena cara mientras me ponía a trabajar.

—Tengo que decirte algo, Kenma. —La voz de el príncipe me distrajo de mis tareas. —Pronto iniciará una guerra.

¿A caso era una broma todo eso? No podía ser posible. ¿Por qué nunca me lo comentó si se suponía que me tenía toda la confianza del mundo?

—¿Uhm? —Fue lo único que salió de mis labios.

—Cómo escuchaste. Los hombres que se metieron a... Ya sabes, el incidente. Ellos eran de ese reino.

—Bueno, pero supongo que eso es asunto del rey, no es así?

—Mi padre pronto va a fallecer, Ken. —¿Cómo mierda me podía soltar tantas cosas tan rápido? —Su estado de salud esta empeorando notablemente. Por esa misma razón no me ha conseguido un matrimonio, porque no puede ni levantarse de su cama.

—Entonces... ¿Pronto serás el rey? —Suspiré al notar los ojos cristalinos de Kuroo. —Lo lamento mucho...

—En realidad, no me importa que él muera. Creo que estoy bien con eso, es solo que... No quiero perder vidas por un asunto de hace años. —El alfa comenzó a jalar un par de mechones de su cabello, por lo cual decidí intervenir y tomar sus manos para evitar que esté se lastimara.

—Tranquilo. Estoy seguro de que serás un increíble rey. —Me senté en las piernas de el príncipe mientras abrazaba su cuerpo con bastante cariño. Era extraño ver a un chico tan grande físicamente en un estado tan vulnerable, pero Kuroo era mucho más sensible de lo que aparentaba.

—Creo que hay un infiltrado en todo esto, y sospecho que es Akaashi. —Volví a quedar estático. Evidentemente el omega no podía hacer eso, pues después de todo él posiblemente estaba en cinta y necesitaba cuidar de su familia, a demás de que jamás arriesgaría su pueblo.

—Lo dudo bastante... Pero creo que puedo ayudarte a sacar tu duda. —Kuroo me miró curioso, como si esperaba a que soltará toda la sopa. —El ojo que todo lo ve. Es un antiguo hechizo que ayuda a los brujos a observar a cualquier persona en el momento exacto.

﹋﹋ ୨★୧ '''˚ ੭

¿Creen que akaashi sea el traidor? ¿Quién creen que sea?

Se suponía que serían 20 capítulos, pero decidí cambiarlo a 25 porque esta recibiendo un apoyo muy bueno. :)

Voten por favor, sería de mucha ayuda.

Coronas y varitas - KuroKen Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora