IV

393 57 10
                                    

⎯⎯ㅤㅤִㅤㅤ୨ 👑🪄 ୧ㅤㅤִ ⎯⎯ ㅤ𝅭ㅤ𝅭

Narra Kenma

Me dirigí a mi hogar después de aproximadamente 14 horas trabajando. En definitiva estaba exhausto, pues mi rutina era demasiado pesada.

Prácticamente pasaba la mayor parte de mi día en el castillo, pero para mi fortuna también desayunaba y comía ahí, por lo cual me ahorraba una buena parte de mi sueldo.

Sin más, continúe caminando por las solitarias calles de el reino Nekoma. Era un lugar extremadamente silencioso y oscuro, pues era considerado de mala muerte y todo aquél que quisiera cuidar su pellejo, no pasaba por ahí a altas horas de la noche.

Para mi fortuna, yo era un brujo suicida, por lo cual no me importaba demasiado pasar por ahí. Si alguien se atrevía a tocarme un solo pelo terminaría sin corazón.

Sentí una presencia detrás mio, por lo cual decidí observar de quien se trataba. Ahí se encontraba un hombre con la cara totalmente cubierta y con un cuchillo en mano. Evidentemente era uno de esos locos que mataba omegas para quedarse con su dinero.

Para su mala suerte, se había metido con un brujo con el suficiente poder para hacerle pelea a un alfa. Si bien mi habilidad física no era para nada buena, mi magia me hacía mantenerme en un buen nivel y a salvo.

Comencé a esquivar torpemente sus ataques mientras observaba los alrededores, pues prefería morir a manos de un idiota que quemado en una hoguera.

Sin darme cuenta, el cuchillo de el hombre rozó sutilmente mi cintura y atravesó la tela de mi uniforme y a su par me hizo un leve daño, casi como si un gato me hubiese aruñado.

Antes de poder comenzar con mi actuación, una espada se clavó en el pecho del individuo. Inmediatamente voltee a ver al causante de tal acto, pues tenía miedo de ser el siguiente en su lista.

Al observar hacia arriba, me encontré con los ojos azabache del príncipe Kuroo. Lucía muy molesto, más de lo que jamás lo vi.

-¿P-Príncipe? -Lo llamé torpemente. No podía creer que estuve cerca de hacer magia frente al sucesor de la corona.

-¿Te encuentras bien? ¿Te hizo daño este idiota? -El monarca suspiró pesadamente, para luego apartar el ahora cadáver del hombre que había asesinado. El moreno me barrió con la mirada, encontrando así la respuesta a su propia pregunta. -¿Qué haces en una zona tan peligrosa a estas horas? Dios... No me imagino lo que habría pasado si yo no te encontraba.

"Yo mismo me encargaría del hombre" me dije a mi mismo, pues ni de broma me delataria de tal forma.

-No se preocupe... No duele para nada. -Calmé al otro, para luego hacer una reverencia tan perfecta como siempre. -Le agradezco mucho por todo. Pero creo que es hora de que me retire, necesito coser el uniforme.

-¡Espera! Te acompañaré a tu casa. No es bueno que un omega se encuentré en este tipo de lugares. -Intenté convencer al príncipe de que no era necesario, pero después de unos minutos me rendí y acepté su innecesaria ayuda.

-¿Puedo preguntar que hacía usted por estos rumbos? Digo, no es por sonar grosero, pero supuse que usted no visita mucho este tipo de zonas.

-Oh, no lo hago, claro que no. Es solo que me escapé de una importante cena que posiblemente defina el futuro del reino, ups. -La tranquilidad con la que admitió tal acto me hizo sobresaltarme.

-¿Qué usted hizo que? Digo... No cuestionó sus decisiones ni quiero sonar chismoso, pero dudo que sus padres estén felices con eso.

-Oh, claro que mi padre no lo está. Acabo de arruinar la quinta cita con una de esas omegas con las que me quieren comprometer. -El otro suspiró, para luego continuar avanzando.

-¿Cómo planea llegar al palacio después de eso?

-No lo haré. Voy a dormir en otro lugar, tal vez en la calle o en algún hotel cercano. -Mis mejillas se enrojecieron al escuchar la mención de un hotel, pues normalmente en esta zona no se suelen utilizar precisamente para dormir.

-De ninguna manera va a dormir en la calle, alteza. -Solté un quejido casi audible mientras que me acercaba a mi casa y abría la puerta, invitando al otro a pasar. -Tengo... Tengo una habitación extra, si gusta puede quedarse ahí por mañana.

-No hace falta, Kenma. Puedo conseguir un hotel, dudo que sea tan complicado.

-Honestamente, no lo recomiendo. Los hoteles de la zona son algo... Ruidosos por la noche, por lo cual dudo que pueda descansar.

Finalmente logre convencer al príncipe de quedarse, por lo cual le mostré la habitación donde podría dormir. Decidí otorgarle mi habitación, pues me negaba que el hijo de aquel hombre pisara la habitación de la bruja más amable qué llegue a conocer.

Después de eso, lleve al alfa al comedor y comencé a preparar algo para él, pues había escapado de su oportunidad de cenar.

Decidí preparar algo simple: un plato de pasta con brócoli y pollo acompañado de café y una pizca de magia culinaria.

Después de entregarle su cena, me dirigí a mi habitación y cambié mi ropa por algo un poco menos formal. Un simple suéter largo con unos pantalones cortos. La pijama más cómoda del planeta.

-Es bastante grande, ¿vives aquí solo? No puedo imaginarme lo que es. Digo, yo vivo en el palacio, pero ahí tengo a mi hermano y a demasiadas personas con las cuales puedo hablar. -Comentó después de que volví de la habitación. Pude ver como me barría con la mirada, pero preferí callar.

-En efecto, vivo solo desde que, ya sabes... Acabaron con la vida de ella. -Trague duro mientras buscaba una aguja y un hilo, para después coser mi uniforme de trabajo.

-¿Qué hacías por ahí a esas horas? Podrías haber muerto...

-Bueno, si no trabajo también tengo el riesgo de morir de hambre.

-No sabía que pasabas tantas horas trabajando... En realidad nunca presté atención a esos detalles. -Nos quedamos en un silencio que yo consideraba incómodo por un par de segundos. -¿Por qué no duermes en el palacio? Tengo entendido que los trabajadores tienen la opción de hacerlo.

-Cómo comprenderá, príncipe, soy un omega. Digamos que no es lo más seguro para mi dormir en un lugar repleto de alfas, en especial con esto de la cacería de brujas. -Dije con tranquilidad mientras terminaba de arreglar el pequeño desastre que hizo el hombre que me había tratado de matar.

-Comprendo... En ese caso, te acompañaré todos los días a tu casa. - Mis ojos se abrieron como platos ante ese comentario. No necesitaba la protección de aquel tonto príncipe. Yo podía defenderme sólo.

-No hace falta, Alteza. Puedo cuidarme sólo.

-Mis ojos vieron otra cosa el día de hoy.

La discusión continuó por un par de minutos, pero como siempre el alfa ganó. Ese era el hombre más necio que llegué a conocer.

Después de que el alfa terminara de cenar, nos retiramos del comedor. Honestamente agradecí internamente qué no me preguntara el motivo por el cual no había cenado, pues era bastante incómodo para mi hablar sobre eso.

Me despedí del príncipe con una reverencia y estaba a punto de entrar a la habitación, pero la voz contraria me detuvo.

-Por cierto Kenma, puedes llamarme Tetsuro... O Kuroo, pero no hace falta que seas tan formal. Tomalo como un agradecimiento por dejarme pasar la noche en tu hogar.

﹋﹋ ୨★୧ '''˚ ੭

Efectivamente, yo sólo se actualizar cuando es de noche.

Por alguna razón el capítulo 3 tiene más vistas que el 2¿¿??

En fin, muchas gracias por el apoyo al fic. Estoy muy contento por ello, pues al parecer si les está gustando.

Aunque honestamente acabo de desbloquear un nuevo miedo porque un lector que tuve en mi cuenta más famosa lee este fic a pesar de que son dos fandoms completamente distintos.

Coronas y varitas - KuroKen Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora