Cada que vez que tenía un momento libre se dirigía a la sala de los menesteres para poder continuar con su investigación y por las noches -cuando notaba que sus compañeros de habitación ya se encontraban dormidos- cerraba bien el dosel de su cama, procuraba que sus sábanas cubrieran todo su cuerpo y, acompañado por un lumus, se quedaba despierto hasta notar que Malfoy dejaba de moverse en una parte de su habitación (donde suponía que se ubicaba su cama).
Habían pasado ya tres días.
Tres días en los que notó que el rubio, cuando no estaba en su habitación, siempre era acompañado por lo que serían sus amigos.
Zabini, Parkinson, Nott y Goyle.
En ocasiones los cuatro, en otras solo dos y pocas veces iba solo uno a su lado.
Harry comenzó a considerar que fuese quien fuese la persona que lo había agredido (o personas) ya no iba a aparecer más. Por ello, ese jueves, a pesar de ser temprano, decidió que era bueno dejar su investigación por el día.
Quería convencerse de que era mucho por hoy pero, cuando apuntaba con su varita al pergamino, no lograba decir el hechizo y sus ojos se dirigían nuevamente a su nombre hasta que lo vio separarse de sus amigos.
Los cinco jóvenes estaban llegando al cuadro que pertenecía a la entrada de su casa cuando los pasos de Draco Malfoy se detuvieron unos segundos para luego alejarse rápidamente en dirección contraria. Aquello dejó totalmente extrañado a Harry, quien se quedó tratando de adivinar cuál sería el destino del rubio.
Cuando su nombre iba por uno de los pasillos del tercer piso, se vió claramente interrumpido. Las pisadas pertenecientes al slytherin se detuvieron cuando, de frente, se acercaban cuatro pares de pisadas.
Jack Edison.
Luc Durand.
Tobiah Morton.
Ezra Davies.
Los cuatros nombres rodearon al de Malfoy, cuyas huellas de pies retrocedieron lentamente hasta el borde de la pared.
El corazón del pelinegro comenzó a bombear de manera acelerada cuando, en ese desolado pasillo, una mezcla de marcas se enredaban siendo difícil identificar a quien pertenecía cada par.
Sacó de su bolso un pergamino con su pluma y escribió -aunque de forma desastrosa- lo más rápido que pudo aquellos nombres.
Luego guardó todo en su bolso y salió apresurado de la sala de los menesteres.
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Giró en una esquina bruscamente y ahí lo encontró.
— Joder, joder, Malfoy —salió en una exhalación dificultosa tras haber corrido.
El pelinegro empezó a avanzar mientras regulaba su respiración, tenía al Slytherin frente a él, sentado en el suelo, con la cabeza gacha y la ropa manchada y desgarrada en algunas zonas.
— ¿Qué hace aquí el Salvador? —la voz agotada y hastiada de Malfoy lo detuvo estando a solo unos pasos de su cuerpo.
— El Salvador llega antes de que lo malo suceda, Malfoy —se colocó de cuclillas a su lado, observando el perfil de su rostro magullado.
Los moretones que había visto el domingo estaban visibles, aunque se notaban menos ahora que otras más recientes se encontraban cerca.
— No siempre. ¿Qué haces aquí?
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Aroma a menta [Harco]
FanfictionRegresando a Hogwarts, tras la derrota de Lord Voldemort, comenzaron a tratar verdaderamente con sus segundos sexos. Harry, siendo un alfa, quiere encontrar la fuente de ese enloquecedor olor a menta. Draco, el dueño, trata de esconderlo lo que más...