6 LOS HERMANOS GARFIO

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Vamos andando a paso rápido.

Después del desagradable encuentro, Uma empezó a guiarnos a través de los muchos barcos del puerto. Llevamos un tiempo andando desde entonces, y ya casi no puedo disimular la cojera. El tobillo me arde de dolor a cada paso que doy.

—No volváis a hablar con él —nos advierte cuando pasamos junto al Jolly Roger.

Asiento en silencio y por el rabillo del ojo veo a Harley volver la mirada al imponente navío.

—¿Por qué dijo que le robaste a Harry? —como siempre, ella no puede quedarse callada.

Uma se queda en silencio unos instantes, sin mirar a ninguna de las dos o detener el paso.

—Porque es un gilipollas —reconoce al final. La rabia que le guarda es más que evidente.

—Eso ya lo sé —suspiro y cierro los ojos cuando mi hermana sigue hablando, ya que la respuesta de Uma no le ha servido como señal para que se calle, por lo visto—. Pero ¿qué relación tienen? ¿Por qué Harry se fue del barco?

De pronto nos paramos en cuanto ella se detiene. Uma gira la cabeza bruscamente y la mira. Y por la mirada de Harley, puedo imaginarme que no está muy contenta ahora.

—Mira, no me corresponde contártelo, ¿vale? —ha perdido la paciencia con ella; quién no pierde la paciencia con mi hermana—. Si de verdad quieres saberlo, pregúntale a Harry. Aunque yo que tú no lo haría, a menos que quieras que te enganche.

Harley asiente lentamente, por fin entendiendo que debería callarse ya. Aunque me llama la atención que ninguno de ellos quiera hablar del tema. Pero no pienso arriesgarme a preguntar.

—Vamos.

Intento seguir andando tal como ha dicho, pero con solo volver a flexionar el pie, me tropiezo. Me agarro torpemente a unos barriles que tengo detrás para evitar la caída, aunque esto también llama la atención de Uma. Ambas se vuelven y me miran raro.

—¿No sabes andar? —se burla, pero parece ligeramente más preocupada cuando me echa un vistazo. Supongo que nota cómo estoy levantando el pie izquierdo y que frunzo los labios—. Déjame ver.

Me levanta la pierna sin mucho cuidado, pero lo que consigue hacerme gemir de dolor es cuando me aprieta el tobillo con los dedos.

—Tienes un esguince —gira la cabeza a un lado y frunce un poco el ceño, mirándome el tobillo aún—, creo... Será mejor que te pongas un poco de hielo. Necesito pies moviéndose en mi cubierta.

Su tono puede sonar un poco severo, pero su mirada es más suave. Se preocupa por los de su tripulación, y lo demuestra de la forma que sabe.

—¿Podrás llegar hasta mi barco?

—No estoy segura —admito—. Me duele...

Uma me da una mirada rápida antes de girarse.

—No hará falta llegar hasta la Venganza Perdida —ella sonríe un poco, observando el barco que tenemos enfrente de velas carmesí—. Vamos.

Ella me pasa un brazo por la espalda como ayuda para caminar por la pasarela hasta que estamos en cubierta. Los piratas nos miran en cuanto notan nuestra presencia, como imaginé que harían. Es extraño, porque algunas caras se me hacen conocidas, como si tuviera el nombre de ellos en la punta de la lengua.

Y luego entiendo por qué.

—¡Harriet!

No puedo evitar sonreír aunque sea un poco cuando caigo en la cuenta de que he estado en este barco muchas otras veces de niña, cuando tenían que dejarnos con alguien porque iban a salir a algún casino o taberna. Harley y yo nos miramos al mismo tiempo, como si ambas supiéramos lo que está pensando la otra.

VIAJE AL PASADO ~ Una historia basada en Descendientes 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora