—Mira lo que ha capturado el pirata...
Me paseo junto a Harry, Harley, Cordelia y... ahora Ben. No me extraña que Harry haya conseguido secuestrar a la pequeña bestia. De hecho, era todo cuanto esperaba de mi primer oficial. Harry es bastante eficaz en lo que hace, siempre lo ha sido.
Él me mira.
Me dispara esa sonrisa llena de maldad.
—Lo que sea para mi capitana.
Sonrío con cierto orgullo mientras me acerco.
—Ven conmigo —le digo más de cerca. Harry frunce el ceño, sus labios se curvan en una ligera sonrisa—. Y vosotras dos, vigiladle bien.
Ambas me asienten, así que puedo tomarme un descanso de quince minutos mientras espero a que den las doce y Mal aparezca.
Y de paso me llevo a Harry.
~
Espero a que cierre la puerta del camarote con pestillo.
Tal como se da la vuelta, lo agarro con fuerza del abrigo de cuero y lo beso. Lo atraigo hacia mí, hasta que doy la vuelta y le hago chocar la espalda contra el escritorio. Su risa durante el beso me hace sonreír.
—Has hecho un buen trabajo capturando a ese príncipe —le digo. Me cuesta mantener un tono de voz firme cuando me muerde el cuello suavemente—. Mal está en mis garras. Y la varita casi está en nuestro poder. Tendremos venganza y justicia, Harry.
—Áuradon temblará ante ti cuando salgamos —ronronea en mi oído. De alguna forma consigue que mi pulso se acelere en mi corazón. Sus manos me agarran por la cintura con firmeza, pero puedo sentirlo juguetear con los cordones del corsé—. No tendremos que ser prisioneros de esa barrera nunca más. Y seremos libres...
Recupera la compostura para poder mirarme a los ojos.
—Libres por fin —susurra. Tiene un brillo en la mirada cuando habla de salir de la Isla, y me hace acordarme a cuando éramos niños y fantaseábamos con lo que haríamos si fuéramos libres.
Le paso la mano por el pelo y prácticamente se derrite bajo mi toque. Vuelvo a conectar nuestros labios, y el suave suspiro que deja escapar me estremece. Meto mis manos bajo su camiseta, acaricio su piel caliente. Subo una mano por su espalda, aprieto su cadera, le clavo suavemente las uñas. Juego con él.
—¿Te estorba algo, amor? —su sonrisa osada y llena de arrogancia roza mis labios.
—Pues a decir verdad... —Le quito el pesado abrigo rojo de cuero y lo tiro por los suelos. Luego deslizo mi mano por su brazo, y él atrapa con rapidez mis labios de nuevo.
Una de sus manos deshace con facilidad el primer nudo del corsé, y ya sé por dónde está llevando esto. Con la mano que mantiene puesta en mi cintura, me acerca discretamente hacia él hasta que nuestros cuerpos se rozan. Su otra mano baja hasta mi pierna y me roza la piel sutilmente.
Me está pidiendo permiso.
Y yo no me aparto.
—Esto también me estorba —le digo mientras le subo la camiseta. Se me va la vista rápido a su torso desnudo, sin duda digno de admirar.
Deslizo mis manos por su pecho, desde sus caderas hasta sus hombros. Harry me bebe con la mirada, retirando con sutileza el chaleco pirata que llevo puesto.
—Uma —susurra mi nombre como una súplica. El mero sonido de su voz pronunciando mi nombre de esa forma me hace sentir poderosa, de una forma que no sé describir. Podría escucharlo una y otra vez decir mi nombre así, como si solo yo fuera merecedora de la adoración. Como si fuera una diosa.
Esto es lo que me hace darme cuenta. Sé bien que si ahora no me aparto, no voy a ser capaz más tarde. Y aunque me encantaría quedarme un poco más en este camarote, ya casi son las doce. Hago un esfuerzo por apartarme de él. Sus labios buscan los míos al instante en que nota ese desagradable espacio. Luego sus ojos azules, llenos de fervor y confusión, se encuentran con los míos.
—Ya van a dar las doce, Harry —le recuerdo, y su mirada me hace querer estallar en risas. No me ha soltado aún, tiene sus manos entrelazadas en mi cintura.
—Algún día quemaré todos los relojes a bordo de este barco —gruñe.
—Seguro que sí —me río, pero un beso suyo me interrumpe. Sus movimientos casi me hacen olvidar la existencia del tiempo de nuevo, pero me separo una vez más. Apoyo ambas manos en su pecho mientras me inclino hacia atrás para poner más distancia entre nosotros—. No hay tiempo.
—No necesito mucho tiempo —me dice, más serio que en todo este rato—. Ya lo sabes.
Sonrío un poco.
—Tendremos todo el tiempo del mundo una vez tenga esa varita en mis manos.
Sus labios eventualmente se curvan en una sonrisa ladeada y, despacio, aparta sus manos de mi cintura, dejándome escapar de sus brazos. No le quito la vista de encima cuando se agacha a coger el abrigo y la camiseta que yo misma le quité.
Así como él se viste otra vez, yo me sacudo un poco la ropa. Antes de que me pueda poner el chaleco, Harry se acerca por detrás y me agarra de las caderas con cuidado. No tardo en darme cuenta de que está anudando los mismos cordones que él deshizo antes.
—No puedo esperar a salir de esta isla —me dice al oído, su cálido aliento me acaricia el cuello—. Me muero por ver la cara de Mal al darse cuenta de que ha perdido, por fin.
Sonrío al pensar en todas las formas en las que podría humillarla una vez yo haya ganado. Me doy la vuelta rápido, cojo su tricornio y se lo pongo en la cabeza, ganándome una de esas sonrisas suaves que solo a mí me enseña. Luego agarro mi abrigo.
—Entonces consigamos esa varita de una buena vez.
Le entrego media sonrisa, quitando el pestillo de la puerta.
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VIAJE AL PASADO ~ Una historia basada en Descendientes 4
FanficCordelia y Harley solo iban a asistir a la presentación de la nueva directora de Áuradon: su madre. Luego volverían al barco y navegarían con normalidad. Pero su destino se vio afectado cuando, por culpa de una reina muy furiosa y un reloj mágico, h...