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No se veía muy feliz de estar en la sala de su casa mirando películas con su hermano y amigos sin hacer nada más. Dongmin estaba tan aburrido como harto de ese día, aunque fuese su cumpleaños.

Y quizás, el irse a su habitación a dormir no estaba siendo tan mala idea.

—Voy a dormir un rato. — dijo levantándose del sofá con pesadez. — si mamá pregunta, solo díganle que estoy dormido y que no quiero ser despertado por nada del mundo.

—¿Quieres que vaya contigo? — preguntó Sanha mirándolo desde el suelo, donde se encontraba abrazado por el hermano mayor de Dongmin. El Omega negó sonriendo.

Después de terminar una pequeña discusión con su hermano subió las escaleras con mucha flojera. Es que, todos los años son fiestas en grande, muchas personas entrando en su casa, muchos regalos y comida deliciosa. Todo lo que Dongmin le gustaba, ¡pero no!, tenía que haber estúpida nieve en marzo.

¡Nunca ha nevado en marzo! ¿Por qué este año si? Ahg, resulta tan frustrante para él estar encerrado en su hogar sin hacer nada más que dormir, siempre es su primer pensamiento. Y no porque sea un Omega flojo, sino porque Minnie así se lo pide. Ese lobo si es flojo y bastante dormilón. Dongmin lo ama casi todo el tiempo.

Casi.

Se tiró en su cama boca abajo y se estiró tanto como quiso mientras sonreía. Pues sus sábanas aún tenían el delicioso aroma de Bin sobre ellas. Dongmin no evitó removerse sobre ellas para impregnar el aroma ajeno sobre su ropa porque de todos modos ya lo tenía. Todo lo que usaba estaba lleno de Moon Bin, incluso sus bandas para el cabello y mochila. No era broma cuando decía que Bin era posesivo.

Se entretuvo tanto moviéndose que ni siquiera escuchó cuando abrieron su puerta y la volvieron a cerrar, fue consciente de que había alguien en su habitación cuando ese alguien estaba encima de él mirándole, sujetándole las muñecas con algo de fuerza mientras le sonreía.

Bin había subido detrás de él apenas tuvo oportunidad, eso quiere decir, apenas el papá Alfa de Dongmin se fue. Porque quería estar con él, siempre quería. Bin resultaba cómo un gatito cuando están a solas y aunque dijera que él es todo un Alfa poderoso capaz de intimidar a cualquiera, con Lee Dongmin es toda una masita que se sonroja y se siente tímido.

—¿Qué haces aquí? — preguntó el Omega mirándole fijamente los labios y luego los ojos. — se supone que te ibas a quedar viendo la película con tu hermano y Hyuk.

—Me aburrí. — respondió simple. — Además, quiero preguntarte algo.

Dongmin movió su cabeza un poco con una mueca en sus labios, pero sin dejar de mirarle. Moon Bin en serio era guapo, muy hermoso y súper imbécil, pero eso era punto y aparte.

—Qué sucede.

—¿Puedo besarte por primera vez?

La sorpresa invadió las facciones del lindo Omega sobre la cama, de no ser porque está acostado, probablemente se habría caído de nalgas contra el suelo. ¿Por qué Bin quería besarlo? ¿Ahora también quería marcar su boca con mordidas y saliva? No es como que le molestará, pero el primer beso ya le pertenecía a otro Alfa. No tuvo una relación con aquel chico porque apenas Bin se enteró lo espanto, pero estuvieron el tiempo suficiente para besarse. No quería ser malo y arruinar el momento entre ellos porque en serio quería besarse con Bin así que simplemente asintió.

El Alfa sonrió mostrando sus dientes y ocultando sus rasgados ojos en el proceso. Se inclinó lentamente hasta rozar sus narices suavemente, dándole un beso esquimal muy tierno que provocó un suspiro en el Omega. Bin solo podía pensar que Dongmin era hermoso todo rojito, que no importaba nada más que ellos dos.

Con su lengua delineó el labio inferior de Dongmin para ver cómo este abría su boquita levemente invitándole a entrar y bueno ¿quién es él para negarse? Junto sus labios con algo de fuerza contra los de Dongmin, moviendo las muñecas del Omega hacia arriba mientras se empujaba levemente contra él. No tenía más intención que besarlo y disfrutar la boca ajena, pero él jadeo que se perdió en sus labios, proveniente de Dongmin, lo hizo enloquecer.

Mordió los labios del menor sin llegar a hacerle daño y utilizó su lengua en aquel húmedo beso que estaban compartiendo. Dongmin tratando de seguir el paso mientras apretaba sus manos en puños por el constante movimiento del Alfa sobre él. Y es que, su entrepierna estaba doliéndole y el pantalón ajustado solo le molestaba más que nunca. Quería quitárselo, pero la fuerza en sus muñecas era tanta que ni siquiera podía moverlas.

—Omega. — susurro el Alfa sin alejarse realmente de los dulces labios del menor.

—Alfa. — respondió al borde del colapso. 

El Alfa que odio, ¿es mi Alfa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora